En el margen de “algunos pensamientos”, Lorrie Moore despliega una perspicacia anómala como “analista” política. En el final de uno de los textos incluidos en A ver qué se puede hacer (Eterna Cadencia), una antología de sus ensayos, reseñas y crónicas, traducida por Cecilia Pavón, la escritora estadounidense, una de las principales invitadas al 11° Festival Internacional de Literatura (Filba), que comienza este miércoles en el Malba con la conferencia inaugural de Fabián Casas, “Seis propuestas para los próximos millennials” –un guiño al título del libro de Italo Calvino, Seis propuestas para el próximo milenio-, reflexiona sobre Donald Trump. “La Casa Blanca es un poquito demasiado difícil para él. Y gobernar, algo más complicado y tedioso de lo que habría querido –advierte-. Quizá Trump abandone el puesto, para volver a su golf y a sus hoteles, dejándole el trabajo feo a Mike Pence (algo que el Partido Republicano no se tomaría a mal, a propósito). Trump ya se ha manifestado molesto por tener que leer esos malditos informes de inteligencia cada mañana: ¡muy repetitivos! Impredecible es una palabra que lo describe imperfectamente. Pero si dejara el cargo, tal vez la palabra ‘belleza’ podría volver a nuestro vocabulario. Sería bueno volverla a ver”.
La belleza del Filba como festival de literatura dirigido por Gabriela Adamo es la diversidad de invitados internacionales que combina en esta edición: desde el británico M. John Harrison al estadounidense Jonathan Lethem -dos escritores en lengua inglesa que se admiran y que se cruzarán en uno de los diálogos más esperados de esta edición el sábado a las 20 en el auditorio del Malba-, pasando por la italiana Helena Janeczek, la autora de La chica de la Leica, una novela que reconstruye la memoria de la primera fotorreportera Gerda Taro, muerta en el campo de batalla durante la Guerra Civil Española, hasta escritoras como la catalana Eva Baltasar, la francesa Julia Deck, la alemana Rike Scheffler (ver aparte), el argelino Jean-Nöel Pancrazi, la danesa Madame Nielsen, el británico Philippe Sands, el peruano Juan Manuel Robles, la chilena Alejandra Costamagna, el uruguayo Damián González Bertolino y los mexicanos Daniel Saldaña París y Hel-Ha López, entre otros. En las charlas, entrevistas y talleres también se presentarán escritores argentinos como Claudia Piñeiro, Hernán Casciari, Vivi Tellas, María Sonia Cristoff, Marcelo Cohen, Luis Gusmán, Emilio García Wehbi, Javier Daulte, Cynthia Edul, Ricardo Romero, Gustavo Ferreyra, Vera Giaconi, Inés Garland, Gabriela Cabezón Cámara, Gabriela Massuh, Carla Maliandi, Sebastián Martínez Daniell, Kike Ferrari, Walter Lezcano, I Acevedo y Ana Ojeda.
Como todos los años, el Filba despliega buena parte de su programación –diagramada por Amalia Sanz, Catalina Labarca y Victoria Rodríguez Lacrout- a partir de un tema, que en esta ocasión es la noción de límite. Como frontera que divide territorios, el límite es también un punto final, una línea simbólica o imaginaria que invita a no pasar. Un puñado de preguntas asoman en el horizonte de esta edición: ¿Qué sucede cuando ese límite es el territorio que se habita? ¿Se puede ocupar ese borde como quien transita un abismo? ¿Y qué pasa cuando estamos al límite? La literatura –también el espacio de la música como el de otras artes- es un laboratorio en construcción, que muchas veces incita a romper límites y fronteras para atravesar ese umbral que es generar un espacio desconocido. El festival, que se desplegará en varias sedes como el Malba, el Centro Cultural Kirchner, el Teatro Cervantes, el Centro Cultural de la Ciencia, La Confitería, El Sexto y Tito Livio, además de otras sedes barriales en Chacarita, terminará el domingo a las 20.30 en el Centro Cultural 25 de Mayo con una fiesta narrativa de la mano de Hernán Casciari.
La gran expectativa de esta edición la genera la primera visita de Moore (Glen Falls, Nueva York, 1957). La participación de la escritora estadounidense en el Filba –que en uno de los ensayos confiesa que “siempre tuve problemas con cualquier cosa parecida a una institución”- coincide con la reedición y nueva traducción de una de sus novelas más emblemáticas ¿Quién se hará cargo del cargo del hospital de ranas?, traducida por Inés Garland, y la publicación de A ver qué se puede hacer (también por Eterna Cadencia). Quizá la (mala) memoria pueda traicionar a quien escribe estas líneas, pero que Moore se presente en la sala María Guerrero del Teatro Cervantes (el jueves a las 20, entrevistada por el escritor Santiago Llach) es un acontecimiento. El “antecedente”, salvando el tiempo y las notables diferencias en la construcción como escritor y escritora, es cuando José Saramago presentó El hombre duplicado en el Teatro Colón, en 2003, acompañado del periodista Jorge Halperin. La segunda actividad que tendrá como protagonista a la autora de los libros de relatos Autoayuda y Como la vida, además de la novela Al pie de la escalera, será el sábado a las 17 en el Malba. Moore leerá fragmentos centrales de su obra, presentada previamente por una de sus traductoras: Inés Garland.
Otro invitado que alimenta pasiones entre los fanáticos de la ciencia ficción y fantasía es M. John Harrison (Inglaterra, 1945), un narrador que suele mezclar lo onírico con la realidad, buscando “el corazón de las cosas”, que será entrevistado el jueves a las 20 por Martín Pérez en el CCK. Habrá dos oportunidades más para poder escuchar al escritor británico, autor de Preparativos de viaje, publicado en la colección “Línea C” de Interzona en traducción de Marcelo Cohen; y El curso del corazón (Sigilo), con traducción de Andrés Ehrenhaus. Uno de los máximos exponentes del New Weird –término acuñado por el propio escritor que se podría traducir como “nueva narrativa extraña”, ese género del extrañamiento total-, leerá en vivo parte de su obra, con una introducción y contextualización de uno de sus traductores y primeros lectores: Marcelo Cohen (viernes a las 20 en el Centro Cultural Kirchner). La última será el diálogo Harrison & Lethem, donde ambos escritores recorrerán su fascinación por la ciencia ficción junto al escritor Ricardo Romero (sábado a las 20, en el Malba).
En cada edición hay varios hallazgos a celebrar. A la inquietante poesía sonora de la alemana Rike Scheffler habrá que agregar otra artista para descubrir, la danesa Madame Nielsen y su recital performático de canciones y lecturas en danés (sábado 28 a las 22.30 en Tito Livio). Durante una década fue llamado “El Artista sin nombre”, antes había sido Claus-Beck y, desde 2001, es Lou Camille, más conocida como Madame Nielsen. En 2014 publicó su novela El verano infinito, por la editorial española Minúscula. Otra de las actividades en la que participará Madame Nielsen, junto al uruguayo Damián González Bertolino y el mexicano Daniel Saldaña París, será sobre el quiebre que implica pasar de la infancia a la adultez (jueves 26, a las 18, en el CCK). Otro autor que le volará la cabeza a más de un lector es el argelino Jean-Nöel Pancrazi (Sétif, 1949), autor de La montaña, publicada por la editorial Empatía, la única que edita autores del África, en traducción de Sofía Irene Traballi. Pancrazi compartirá el panel “La frontera imprecisa” con la chilena Alejandra Costamagna y Cynthia Edul (sábado a las 18, en el Malba). Las despedidas, el deseo de lejanía y la añoranza por una patria real o imaginada marcan la literatura desde La Odisea en adelante. Desplazamientos y pérdidas que habitan en la lengua de los exiliados.
* La programación completa en www.filba.org.ar