Luciana Báez, hija de Lázaro Báez, declaró ayer ante la Justicia que su padre tenía el manejo total de las decisiones que se adoptaban en el grupo empresario que encabezaba, y se desvinculó, al igual que a sus hermanos, de lo que sucedía en esas compañías al afirmar que tanto ella como sus hermanos ocupaban roles muy secundarios vinculados con la relación familiar. La mayor de las hijas mujeres de Báez declaró durante dos horas en el marco de la causa conocida como “Los Sauces”, en la se investiga a la familia Kirchner, en sintonía con lo que declararon sus hermanos varones (Martín y Leandro) el jueves. Cuando el fiscal Carlos Rívolo le preguntó sobre qué criterios se tomaban las decisiones en torno a las propiedades y los alquileres, negó saber: “No lo sé, supongo que era su amistad con Néstor”, el ex presidente Kirchner, revelaron fuentes judiciales.