Al pensar en el estado de la psicología contemporánea nos encontramos con una disciplina cuya hegemonía recorta su objeto -e incluso sus objetos- de estudio en la esfera intrapsíquica, considerada a su vez como ahistórica e invariante. Ello se observa tanto en enfoques epistémicos positivistas como idealistas, cuando se reduce el sufrimiento humano a desequilibrios neuronales, a síndromes o a las vicisitudes del deseo inconsciente. Se trata de enfoques que tienden a dejar de lado la determinación social de la salud y su dimensión colectiva.
Desde el campo de la Psicología Social Comunitaria como área disciplinar en construcción con importante desarrollo en Latinoamérica, la Psicología Preventiva configura la propuesta de una psicología que dialoga y aborda la construcción socio-histórica de necesidades, demandas y satisfactores de la salud colectiva. Al comprender los seres humanos como sujetos contingentes, como seres singulares con todas sus vivencias -no puro entendimiento, sino cuerpos humanos que sienten y que son con otros-, el tratamiento de la prevalencia e incidencia de problemas como el malestar, el sufrimiento psíquico, los consumos problemáticos de sustancias, las violencias de género, el agotamiento en el trabajo, los abusos sexuales, entre otros, se desarrolla en relación al contexto socio-histórico de precarización de la vida, de declive de las instituciones de sostén y socialización, y de la incertidumbre ante los proyectos singulares y colectivos. Allí, las categorías analíticas de clase social, género, etnia, generación, vida cotidiana y subjetividad son coordenadas clave para el estudio de los complejos escenarios en los que proponen, además, estrategias colectivas de transformación social.
Un ejemplo de esta mirada en el campo de la psicología es el que se viene desarrollando desde el colectivo de la Cátedra de Psicología Preventiva de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires y, en particular, desde las actividades desarrolladas con el Proyecto de Extensión del Observatorio de Prevención y Promoción de la Salud Comunitaria. A partir de acciones de gestión asociadas con colectivos de trabajadores/as, movimientos sociales y organizaciones feministas se despliegan procesos de monitoreo estratégico y participativo de las condiciones de salud y trabajo, así como de formación en prevención frente a las violencias de género. El caso de la conformación de La Casa que Abraza, de las ferroviarias del Tren Sarmiento, para la atención y acompañamiento a las trabajadoras en situación de violencia de género es una propuesta surgida del trabajo sinérgico entre el colectivo de trabajadoras y el Observatorio de Prevención y Promoción de la Salud Comunitaria, que da cuenta de esta praxis promotora de participación, autonomía, empoderamiento y transformación social.
Malena Lenta: Docente, investigadora y extensionista de la cátedra de Psicología Preventiva de la Facultad de Psicología de la UBA.