“El Futuro es nuestro por prepotencia de trabajo”, escribió Roberto Arlt en su novela “El Lanzallamas”. Esta idea se reflejó en los numerosos talleres, cursos, debates, exposiciones y trabajos de campo que realizaron en el Congreso Argentino de Estudiantes de Geología (CADEG). Podría reformularse la clásica frase de Arlt y decir, entonces, que “el futuro será por prepotencia del trabajo colectivo”.
El CADEG se realiza anualmente desde el 2006 y este año tuvo lugar los primeros días de septiembre. Es un espacio de intercambio, participación y planificación tanto de estudiantes como de jóvenes egresados para abordar puntos medulares de la disciplina y de la coyuntura político-social en la que se da.
Para esta versión se hizo un anclaje en distintos ejes de discusión que atravesaron temas como género, extensión, geología de llanura, ciencia y educación. Participaron delegaciones de Buenos Aires, Bahía Blanca, Comodoro Rivadavia, Córdoba, Tartagal, Salta, Jujuy y La Plata, entre otras. También asistió una comitiva de Chile.
Fueron cinco días en los que se puso el foco en la geología local- de llanura, como la que se encuentra en la zona pampeana-, las problemáticas ambientales y de planeamiento urbano, la contaminación, el reconocimiento de fósiles autóctonos, la geología marina, la sedimentología y la legislación de recursos.
Entre los expositores se destacaron Federico Bernal, bioquímico y biotecnólogo de la Universidad de Buenos Aires (UBA)y director general del Observatorio de la Energía, la Tecnología y la Infraestructura para el Desarrollo (OETEC), que discutió sobre el desarrollo energético enmarcado en un proyecto de país, y los intereses existentes en una supuesta crisis energética.
También se desatcó el aporte del doctor en Física, profesor de la Universidad de San Martín e investigador del CONICET Diego Hurtado, quien planteó el lugar y la importancia de la ciencia dentro de la sociedad.
Durante el encuentro, además, se habló de las asimetrías de género que se presentan en el campo profesional, así como dentro del sistema científico en general; las dificultades de realizar ciencia en un contexto de crisis; el rol del científico como constructor de verdad y la importancia de defender la educación pública como pilar para la soberanía nacional. Lo técnico y lo social se fundieron y confundieron en una semana de trabajo y discusión.
El decano de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de La Plata (UNLP), Ricardo Etcheverry, explicó al Suplemento Universidad que el Congreso, que contó con los avales de la universidad, así como el Conicet-La Plata, el Servicio Geológico Minero Nacional y la Comisión de Investigadores Científicas, “buscó intercambiar, además de los discursos, vivencias propias”.
“Los chicos se alimentan de visiones nuevas. Van construyendo a través de la experiencia de la gente que está en el NOA, más dedicada a la minería, o la gente que está en el sur hablando del petróleo”, explicó.
Joaquín Gil, estudiante de quinto año de Geología e integrante del Frente Natural que conduce el centro estudiantes de la UNLP, estuvo en la organización del evento y destacó la importancia del encuentro: “La nuestra es una carrera puramente estratégica en desarrollo industrial. Arranca en el inicio de la cadena productiva y por ende condiciona mucho el desarrollo del país. Es fundamental que veamos quiénes vamos a estar en ese campo laboral, tomando decisiones y viendo cuáles son las disputas y las relaciones a desarrollar”.
“Los programas de estudio y la salida laboral; pero también la problemática de género, el rol de la ciencia como constructor de sentido común y la mirada de una patria soberana, son puntos que nos enmarcan a todos, y son los rectores en los que buscamos hacer hincapié”, añadió.
Desde la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad de La Plata, la antropóloga a cargo del encuentro Victoria Homberger también apuntó hacia el contexto político y social: “Está bueno pensar estos encuentros, nos solo como una necesidad de intercambiar visones en cuanto a planes de estudio, sino para pensar cómo y en qué marco de discusión se dan estas problemáticas en función de las diferentes coyunturas del país que siempre están presentes”.
En este sentido, el decano agregó: “Como geólogos tenemos la suerte de convivir mucho. Cuando te vas fuera de tus bases ves un montón de saberes que quizá no son los que ves acá pero te dan un saber humano y eso creo que es lo que en general es lo que acá tratamos de hacer, el espíritu del Congreso”.
Braian Daniel Pérez, de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, sostuvo que “la posibilidad de replantearse cuestiones de soberanía, hacia dónde queremos ir, para quién queremos trabajar y de qué manera, fue algo destacado” durante el encuentro.
La carrera de Geología está en universidades que van desde Jujuy a Tierra del Fuego, pero hacía una década que el CADEG no venia a tierras bonaerenses. “Decidimos empezar a trabajar en la organización porque entendimos la necesidad de mostrar cómo es la geología de acá, con qué estamos más vinculados, con el río, con las problemáticas ambientales y el desarrollo territorial”, explicó Gil.
“Necesitamos darle relevancia a estas temáticas de la geología también desde una mirada más naturalista, un poco más ambiental, con todas estas problemáticas que se dan en la llanura, y cercana a los cuerpos de agua, que es donde se asienta la mayor cantidad de gente en el mundo”, agregó.
Ciencia en tiempos de crisis
El contexto socio-económico atentó contra la organización del evento, principalmente en la parte operativa y el alojamiento. “Dos semanas antes, de las 350 personas que esperábamos se bajaron casi 100 por la devaluación post PASO. Estuvimos en diálogo con esas delegaciones que venían de lejos y le dijimos que tenían que estar, que eran fundamentales para general diálogos y transformaciones. Así que se buscó la forma de posponer el pago de las inscripciones, y pudieron venir a enriquecernos y enriquecerse”, explicó Joaquín Gil.
“Este Congreso en este contexto es un hecho político. La herramienta de transformación es la política. Hoy a todos nos llega la situación nacional económica y social de crisis y entendemos a la política como una transformación real y un cambio de paradigma social”, aseveró Homberger, mientras Gil añadió que “la salida es colectiva y es integrándonos a todos con sus diferentes realidades”.
Cerca de la comunidad
Una de las actividades que más se destacaron dentro del evento fue la que se realizó en el playón de punta Lara, donde la comunidad de Ensenada suele ir a pasar el fin de semana y se encontró con diferentes stands con la geología de cada localidad presente en el Congreso. Mediante charlas, actividades recreativas, juegos y proyectos buscaron darle divulgación a la actividad científica así como poner en valor el patrimonio local y nacional a esa comunidad.
“Nuestra apuesta es también construir vínculos y relaciones que integren a la comunidad científica y educativa; y a la geológica con las problemáticas reales para que la comunidad se empiece a sentir parte. Nosotros solos como técnicos aislados, lejos de poder mejorar la vida a la gente, no tiene ningún sentido”, explica Gil
Gil consideró que la participación de las delegaciones en las instancias de discusión “fue máxima” y contó que se crearon las bases para “construir una delegación federal a partir de la cual seguir nutriendo los ejes de discusión más allá de los congresos” que les dé un anclaje y una estructura que los contenga.
A Braian Pérez lo esperan 1700 kilómetros de regreso a Comodoro Rivadavia. El camino será largo, pero no le importa. Se lleva muchas enseñanzas y proyectos: “Estos Congresos-el próximo será entre Comahue y la Universidad de Rio Negro, en la cuenca neuquina- crean actores ejecutores que permitan gestionar actividades y movimientos que hacen al conjunto” y cerró: “Me vuelvo muy tranquilo al Sur sabiendo los futuros colegas que voy a encontrar en la carrera y que estamos construyendo un camino, que va a dar sus frutos”.