El martes se jugó el superclásico del fútbol argentino: River vs Boca . Las chicas de La Boca golearon 5 a 0 al equipo de Núñez en el primer partido que disputaron como futbolistas profesionales. En medio de los festejos, alguien desde la tribuna las mandó “a lavar los platos”.

El machismo en el fútbol es una moneda corriente. Lo sufren desde pequeñas las chicas que deciden practicar el deporte, cuando en las escuelas no les permiten patear la pelota y de grandes cuando viven situaciones de violencia y acoso pero no tienen dónde recurrir. La idea de que fútbol es exclusivamente “un deporte de machos” sigue latente: en la AFA no hay un área específica para el fútbol femenino y las comisiones internas de los clubes con suerte tienen a una mujer entre sus integrantes.

Las mujeres en el fútbol ya dijeron “basta” y empezaron a reclamar por la igualdad en el deporte a partir de la profesionalización que incentivó Macarena Sánchez . Pero todavía queda mucho por hacer, por eso las futbolistas de todas las disciplinas se están organizando en un gran colectivo “ de manera horizontal, democrática y sorora”. “Pibas con pelotas”, es el nombre que eligieron para reunir a las jugadoras de Futsal, fútbol calle, fútbol villa y fútbol 11.

“Es un espacio donde las chicas puedan informarse, saber actuar ante un montón de situaciones que viven como abusos, maltratos o lesiones de las que el club no se hace cargo”, contó a Página/12 Florencia China Pereiro, exjugadora de Boca y actual coordinadora de un club de fútbol. 

La idea de “Pibas con pelotas” es también promover un Protocolo de prevención contra el abuso y acoso para vehiculizar denuncias que son comentadas a viva voz en los vestuarios y en el ambiente del fútbol, pero que por miedo al escarnio y a perder su lugar en el club no se hacen públicas: entrenadores que son apañados por los clubes una vez denunciados y jugadoras a las que excluyen de los planteles por animarse a hablar.

Florencia fue 10 años integrante del equipo de Boca, pero siente que ella y sus compañeras “siempre fueron el orejón del tarro”. Durante muchos años tuvo que usar la ropa de los varones, a pesar de la vasta estructura económica del club, en un gesto “de desprecio”. También más de una vez tuvo que entrenar en el estacionamiento porque el club no le habilitaba la cancha y padecer viajes de 20 horas en micro para disputar la Copa Libertadores en Chile. Como esos relatos hay cientos en el mundo del fútbol femenino y atraviesan todos los clubes. 

“Hoy en día muchas cosas cambiaron con la profesionalización, pero hay 8 de 25 que tienen contrato y quién respalda a las chicas que no tienen. Por eso nos organizamos, para exigir que lo que falta se pueda cumplir de alguna manera”, explicó. El 2 de octubre harán su primera reunión colectiva.


Los reclamos de “Pibas con pelotas”

Entre las iniciativas que apoyan, lanzaron una campaña para que se sancione una Ley de Equidad en el deporte, similar a la que sancionó España en febrero de este año para erradicar la discriminación hacia las mujeres y equiparar sus derechos a los de los hombres. Entre sus principales puntos, promueve el cupo de mujeres dentro de sus órganos directivos y derechos de maternidad para las mujeres deportistas.

También quieren hacer un “censo nacional” para tener un número concreto de cuántas son las que practican el deporte en el país porque “nadie lo sabe”. “Otro de nuestros grandes reclamos es pedir que en las escuelas se incluya el fútbol femenino en la currícula escolar porque hoy no dejan jugar a las chicas, no les dan el espacio y es primordial para el futuro del deporte”, explicó Florencia sobre el proyecto que busca se evite cualquier tipo de discriminación deportiva desde la niñez.

En cuanto a lo institucional dentro de la AFA, piden que haya al menos un cupo femenino del 30 por ciento en las comisiones directivas para poder fomentar la creación de un área específica del fútbol femenino. Actualmente, hay comisiones de fútbol femenino y de futsal pero de acuerdo a las chicas “todo es abarcado por una misma cabeza que es la del fútbol masculino, la que en definitiva toma las decisiones”.

Tampoco tienen un espacio para presentar las denuncias de abuso y acoso. Las autoridades de los clubes nunca se hacen cargo de ninguna situación, siempre bancan al entrenador y no tenemos donde acudir. "Las chicas tienen mucho miedo, muy pocas denuncian y la que lo hace desaparece del fútbol porque es tildada de quilombera”, puntualizó la jugadora de Boca.

Ellas sienten que los clubes sólo las tienen en cuenta cuando están en la cancha haciéndoles ganar partidos porque después, cuando se lesionan, son las mismas compañeras las que hacen “vaquitas” para ayudarse mutuamente porque no tienen obra social. Las “Pibas con pelotas” piden cobertura médica para todas las jugadoras, al igual que los varones que practican fútbol. “Muchas compañeras se rompieron los ligamentos, una lesión típica, pero no se hacen cargo, cuando se lesionan se lavan las manos”.

Entre sus reclamos también se encuentran las subvenciones para deportistas embarazadas, ayuda para los gastos de guardería, televisación de los partidos de primera división y creación de divisiones inferiores en todos los clubes.