En el segundo de los cuatro días de su visita de Estado a España, donde la hasta ahora fue recibido con oropeles por la corona y con escraches por parte de Podemos, el presidente Mauricio Macri mantuvo un encuentro con un viejo amigo, el escritor Mario Vargas Llosa. Conocido opositor de los gobiernos de centroizquierda en la región y ferviente difusor del liberalismo, el último premio Nobel de literatura latinoamericano le ofreció a Macri el marco ideal -un coloquio conjunto en el centro Casa América, de Madrid- para algo así como una exposición libre sobre sus ideas políticas y económicas, en las que hubo, por supuesto, muchas coincidencias. Juntos, el argentino y el peruano criticaron al peronismo, se lamentaron sobre la situación social en Venezuela y defendieron las virtudes de la “globalización” frente al “proteccionismo” que impulsa el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump. “Tenemos miedo frente a la incertidumbre de un mundo en cambio”, reconoció Macri al ser consultado sobre la situación internacional. 

Macri y Vargas Llosa llegaron a Casa América distendidos, como dos viejos amigos. Vistieron traje sin corbata y estuvieron acompañados por sus respectivas esposas, Juliana Awada e Isabel Preysler -ex pareja de Julio Iglesias-, quienes fueron retratadas juntas. El premio Nobel hizo las veces de entrevistador. La charla fue cálida: el Presidente no tuvo que dar explicaciones sobre la situación de Milagro Sala, como le sucedió en la conferencia de prensa que brindó más temprano junto al primer ministro, Mariano Rajoy. Y pudo explayarse sobre la conveniencia del “gradualismo” frente a la aplicación de un “shock” económico: “Si estamos yendo de forma gradual es porque estoy convencido de eso, por mi experiencia en Boca y en la jefatura de Gobierno de la Ciudad”, dijo. “Los cambios culturales hay que hacerlos de forma acompañada, uno puede caminar delante pero no diez kilómetros porque si no se pierde la referencia”, reflexionó. 

Lo más parecido a un momento de tensión fue cuando el escritor le pidió una opinión sobre las coimas que la constructora brasileña Odebrecht confesó haber pagado para favorecer sus negocios alrededor del mundo. “Han querido golpear a un funcionario mío absurdamente”, dijo Macri en referencia indirecta al jefe de la AFI, Gustavo Arribas, quien está siendo investigado por haber recibido supuestamente cinco transferencias bancarias de parte de uno de los operadores de esa empresa. Luego, dijo que a Odebrecth “habría que hacerle un monumento” por la confesión de sus delitos. 

El coloquio fue bautizado “Un diálogo por la democracia y el futuro” y los protagonistas fueron introducidos a la audiencia por Gerardo Bongiovanni, un ex hombre de la UCeDé que preside la Fundación Libertad, organizadora del evento. Esa ONG es miembro de la Fundación Internacional para la Libertad, presidida por Vargas Llosa. Tiene sede en Rosario y fue la encargada de coordinar el anterior encuentro entre ambos, en mayo de 2016, en el marco de una ceremonia de la que también participaron el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, y el juez federal Claudio Bonadio, entre otros. La Fundación Libertad también hizo coincidir en 2008 a Macri y Vargas Llosa para una polémica conferencia, compartida con el ex secretario de Asuntos Latinoamericanos del Departamento de Estado y financiador de los “contra” nicaragüenses Roger Noriega, el ex presidente español Pedro Aznar y una larga lista de conservadores. 

Las elecciones que llevaron a Trump a la presidencia de Estados Unidos fueron un tema de preocupación compartido por ambos. “Este desorden mundial es una gran oportunidad para los países que están decididos a ir adelante”, dijo Macri. Aunque enseguida se lamentó por la decisión de Trump de anular los Tratados del TransPacífico (TTP). Esa situación genera “miedo e incertidumbre” ante lo que calificó como “un mundo en cambio”. En ese marco, ambos defendieron la globalización y el libre mercado frente al proteccionismo que impulsa el nuevo gobierno norteamericano. 

“¿Qué pasó con ese país maravilloso?” inquirió el escritor, parafraseando uno de los pasajes de su libro más célebre, Conversación en La Catedral. Con el tercer Gobierno de Perón, contestó Macri, “vino un proceso caótico” en el país que explica “las idas y venidas” en materia económica. Pero ahora, siguió Macri, Argentina “recuperó la ilusión, la esperanza, la libertad de expresarse”. 

Como era de esperar, los dos reiteraron sus críticas hacia el gobierno de Nicolás Maduro, con quien el presidente argentino mantiene duros cruces desde el inicio de su gestión. “La sensación es de impotencia”, dijo Macri sobre la situación en Venezuela. “La dignidad se puede ir pisoteando cada vez más. Eso le está pasando al pueblo venezolano”, agregó.