Un medio de contención e información. Feliciano Spano tuvo esa idea. En septiembre de 2018 subió una historia a Instagram alertando la necesidad de que las adolescencias trans se nuclearan. A ese convite le respondieron Félix Laurí y Giovanni Rosso. El Movimiento de Juventudes Trans primero fue un grupo de whatsapp, luego una cuenta en Instagram. Al tiempo: reuniones presenciales, talleres, capacitaciones, conversatorios. Este año el MJT participa de la segunda edición del Festival Futuros que se enmarca en el plan de lucha del desfinanciamiento del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti. El próximo sábado invitan a la charla “Identidades trans, nuevas miradas y conceptos”. Son la nueva generación del futuro que ya llegó, son adolescentes dispuestos a disputar sus identidades: “activismo para sobrevivir, información para cuidarnos, derechos para defenderlos.”
JOVENES TRANS ¿QUIENES SON?
Félix Laurí estudia el Profesorado en Artes Visuales en la UNA, vive en zona norte y a diario viaja en tren. Tiene 18 años, creció con una conexión a internet que le devolvió textos, información y data que supo configurar en su devenir adolescente. La poesía de Susy Shock y los escritos dispersos de Diana Sacayán, que aún dan vueltas, le dictaron una clave política.
Juan Duncan estudia la Licenciatura de la Historia del Arte en la UNSAM. Es uno de los mayores del MJT, fue el curador de la muestra colectiva “Re-Existencia” que deslumbró en esta última edición del Festival Futuros. Para la puesta, Juan gestionó la irrupción de 15 artistas trans junto a sus 40 obras. “Hablar por y desde nosotr*s” dispara cuando introduce su trabajo. Leer a Mauro Cabral y problematizar con sus compañerxs de activismo y amistades trans le hizo preguntarse cosas.
A Giovanni Rosso, la endocrinóloga le dijo que estaban siendo parte de un experimento. Que aún no se sabe qué sucede con una persona que se hormonó durante 50 años y que ahora tiene 70, porque aún no existe. Tiene 17 años, vive en Merlo, toma dos colectivos para terminar de cursar el último año de la escuela secundaria. Escuchar a Gabriela Mansilla, fundadora de Infancias Libres, lo emocionó. Y lo inspiró.
El Movimiento de Juventudes Trans viene a proclamar una voz directa, sin adultos mediando, sin ningún intermediario posible. Son adolescentes, jóvenes-adultxs organizadxs a partir de sus vivencias y existencias, se propusieron impactar, interpelar, concretamente a las infancias, las adolescencias y juventudes trans. Cuando se percataron de que su pertenencia etaria no tenía representación, se ocuparon en construirla. “El MJT surgió porque necesitábamos representación de las vivencias trans adolescentes, porque lo que se veía eran personas muy grandes y no se solía abarcar toda esta cuestión adolescente luego de la sanción de la Ley de Identidad de Género.” Democratizar información, socializar herramientas, acercar recursos fueron los primeros ejes de intervención.
Tienen en común una formación autodidacta y un tránsito con obstáculos, a veces doloroso, a veces desafiante. La burocracia lxs repliega, la escuela y los hospitales lxs enfrenta a un Estado ausente. Coinciden en que hay mucha desinformación: tanto para personas cisgénero como para personas trans. Y eso lxs motiva. La angustia y la ansiedad lxs hace convertirse en sus propios aliadxs, sus lugares seguros. Ponen en jaque al borramiento de las masculinidades trans como mandato. Insisten en que se nombre lo cis. Llevan sus disputas a la escuela, la familia, los círculos de amigxs y las redes sociales porque “cuando uno empieza a cambiar es un proceso no solo de uno sino también del entorno”. Al MJT lo habitan adolescentes que necesitan referentes trans, historias trans en la luz y a la intemperie para vincularse con ellas, “necesitamos poder decir: sí eso es lo que nos está pasando, lo que yo siento”.
¿Qué sucede en una adolescencia trans?
Giovanni Rosso: Nos sucede todo lo que le sucede a cualquier adolescente sumándole toda la experiencia de empezar a darte cuenta que de repente lo que te impusieron desde tu nacimiento no condice con quién sos realmente, o sí en parte, pero hay cosas con las que querés cambiar y te sentís incómodo. Y te da miedo hacerlo, porque hay un sistema muy bien hecho para que nos cueste mucho salir de ahí. Entonces, no es para nada sencillo. Creo que lo que se atraviesa en la adolescencia todo es muy torbellinoso y multiplicado. A eso se le suma esta gran situación de emoción identitaria. Muchas veces tenemos que enfrentarnos con situaciones burocráticas que son un desastre por la ausencia del Estado, de la educación en las familias, en las escuelas, en las instituciones. Y ni hablar de las infancias.
Las instituciones como fuente de hostilidad…
Félix Laurí: Sí, se dan dos falencias, pleno desconocimiento de la Ley de Identidad de Género y falta de ESI. A eso se le suma la ausencia de acompañamiento por parte de los adultos. Muchas veces pasa que apenas te asumís, en la escuela tenés que batallar con todo, como para que respeten tu pronombre, cambien tu nombre en la lista, y así. También está el tema de los baños. Todas esas cosas terminan siendo difíciles y a veces necesitas el acompañamiento de un adulto, un profesor.
Giovanni Rosso: Y también su burocracia. En el transcurso de mi secundaria, inclusive percibiéndome como persona trans no pude enfrentar a una directora y plantearle mi situación. Lo único que hice fue hablar con mi curso y les profes con quienes tenía confianza. Pero no pude abarcar esa situación de enfrentar el cambio burocrático.
Juan Duncan: Sí, ahí hay siempre un tema. El problema también es burocrático, es algo que nos aniquila.
¿Qué se le pide hoy a la escuela?
F.L.: Para mí tiene que ver con la ley de Identidad de Género y también con el acompañamiento a las identidades trans. Con la ESI se deberían capacitar a los docentes, y no como profesores de un estudiante trans sino como a todos los profesores en general.
G.R.: Hay algunes docentes que ni siquiera entienden la palabra, ni saben qué estás planteando o de qué estás hablando. Lo que me dolió de esa experiencia fue ver la falta de información que hay en general.
Cuestan lxs adultxs…
G.R.: Les pibis están en la misma que nosotros, intentando entender cómo se identifican, quiénes son, investigándolo a temprana edad. Pero hay una adultez que no tiene tanta data. Como MJT impactamos en ellos de una forma muy concreta, muy específica. Les planteamos directamente lo que nos está sucediendo.
F.R.: Me pasó que cuando me asumí trans, en el contexto del colegio secundario junto a otro pibe que era más chico todavía, tuvimos que agarrar y capacitar a todo el mundo. Y yo terminé tomando ese rol de explicarle todo a todo el mundo.
¿Y qué les pasa con los feminismos?
J.D.: Es un espacio compuesto mayoritariamente por mujeres cisgénero. De la buena voluntad no se dan cuenta de un montón de actitudes que son cisexistas. Por ejemplo, a los varones trans nos tienden a invitar a espacios lésbicos, o de mujeres, y no nos toman en cuenta como una masculinidad cisgénero. Nos toman como una entidad aparte. También están los espacios separatistas donde dicen "todos, menos varones cis". A la hora de aplicar ese sistema separatista nos están juzgando según cómo nos vemos, cómo es nuestra expresión de género y qué genitales tenemos a la hora de dejarnos entrar o no.
G.R.: Considero fervientemente que el activismo LGBT+ está sumamente ligado al feminismo históricamente, y lo reivindico. Pero estamos en un momento en el que está siendo todo bastante complicado y estamos empezando a cuestionar todo en detalle, a hilar bastante fino. Hay cosas en las que actualmente no estamos pudiendo coordinar o concordar. De repente cuando las feministas cis, con buenas intenciones, intentar hablar o describir ciertas cosas por nosotros…
J.D.: La verdad que dentro del transfeminismo son todas personas cis, muy pocas personas trans. Es más, las personas trans no tendemos a nombrarnos transfeministas, decimos a lo sumo que somos feministas. Son espacios que están absolutamente copados por personas cisgénero, y que por ahí no tienen mucha noción sobre cómo son nuestras experiencias. Para nosotros es muy importante ocupar estos espacios para empezar a visibilizar realmente qué es transfeminismo.
La necesidad de marcar las prácticas cisexistas…
F.L.: Muchas veces pasa entre las personas trans que no se habla o se piensa mucho en cisexismo. Sino que el mismo cisexismo está dentro de las personas trans, pero en general está todo el tiempo en todos lados así que intuyo que tus amistades cercanas pueden ser cisexistas. Pero es algo que la gente no se cuestiona y si se cuestiona no llega al punto de plantearlo en todos los aspectos. Por parte del llamado transfeminismo, lo más cisexista que se puede ver es cuando se habla de algo, de "mujeres y mujeres trans", esa idea de mujer trans como ciudadano de segunda. La mujer cis como mujer normal y la cosa aparte como mujer trans. También pasa un montón con mujeres y disidencias. ¿Qué entra en la disidencia? No se nombra mucho lo trans.
J.D.: Y la importancia también de nombrar a lo cis. Si no se nombra a lo cis no estás visibilizando a lo trans. Se cree que hay una carga peyorativa, nosotros aplicamos la palabra cisgénero para despatologizar un poco nuestra propia identidad. Si existen personas trans, existen personas cis. No es ni bueno, ni malo.
Igualmente hay también una propuesta de desafiar la invisibilidad de las masculinidades trans.
F.L.: La visibilidad es solo nombrar algo que existe. El MJT surgió porque necesitábamos representación de las vivencias trans adolescentes. La representación va por un lado de no solo nombrar que existe sino cómo existe, de qué manera, incluir contextos y vivencias. Es ir un poco más allá de la visibilización.
Algo que sí sucedió en la muestra “Re-Existiendo” del #2 Festival Futuros.
J.D.: Lo importante de la muestra es que ocupamos un lugar. Hay algo que pasa mucho en muestras, proyectos artísticos donde nos usan como objetos de estudio, pero no nos dejan involucrarnos activamente ni como artistas ni como gestores, de ninguna manera. Nosotros seguimos por ahí en el lugar de musa, o de disparador, pero no se nos permite tener un lugar activo. Para mí es muy importante que el Conti nos haya permitido hacer esta movida.
En la propuesta del MJT se lee un atravesamiento por lenguajes artísticos. ¿Cómo habitan a los espacios de arte?
F.L.: Me parece que ocurre porque el arte en todas sus maneras es una forma de expresión. Muchas veces, cuando te asumís trans lo que más necesitás es expresar un montón de cosas que tal vez no podés poner en palabras y que terminás poniéndolas en algún lenguaje relacionado al arte. En escritura, artes plásticas, teatro, o en música...
J.D.: Nosotros como artistas trans, hemos sido históricamente nuestros propios espectadores. Siempre nos vemos recluidos a exponer en los mismos lugares, y los visitantes somos nuestra propia comunidad. De repente estamos ocupando este lugar por fuera del círculo endogámico, y estamos participando activamente en un festival que no es sobre identidades trans. Y todo esto no es casualidad. Nos están viendo. Nos estamos volviendo ineludibles.
Ineludibles, pero gestionando también la rabia y la furia.
G.R.: Yo creo que es como organizarla. Canalizar el enojo. Entender hacia dónde dirigir la furia. Es sano permitirnos enojarnos y desvariar un montón porque somos humanos. Cuando nos comemos secuencias, pienso en el Movimiento, en entender lo increíble que pueden llegar a ser las próximas generaciones con el trabajo que estamos haciendo colectivamente. A mí me sirve eso, pensar en eso: en un futuro más piola.
El sábado 28 de septiembre a las 17:00 Hs. a“Identidades trans, nuevas miradas y conceptos” en Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti.