En la noche del 12 de septiembre de 2016, cuando iba en su Volkswagen Vento acompañado por su esposa y su bebé de dos semanas de vida, el comerciante Diego Roda, dueño de una popular verdulería de la localidad bonaerense de Ituzaingó, fue asesinado a balazos. La versión policial, a través del testimonio de cuatro agentes que perseguían a los dos ocupantes de una camioneta Peugeot Partner robada, fue que los disparos mortales fueron hechos por los hombres a los que perseguían. Tres años después, a partir de un peritaje balístico, se determinó que la única bala hallada dentro del auto de Roda fue disparada desde el arma reglamentaria de uno de los policías, que está desafectado de la fuerza por haber herido a balazos a otra persona en un incidente de tránsito.
Roda, dueño de la verdulería “El Económico”, era una persona muy querida en su barrio, y se realizaron varias marchas para exigir la detención de los autores del homicidio. Los resultados del peritaje señalan ahora como presunto autor del disparo mortal al policía bonaerense Fernando Grane, quien fue separado de la fuerza y se encuentra cumpliendo prisión domiciliaria por otro delito similar. También son investigados, por encubrimiento, los otros tres policías --dos hombres y una mujer-- que participaron de la persecución a la camioneta robada.
Al declarar en la causa por el asesinato de Roda, los cuatro policías aseguraron que ninguno de ellos había efectuado disparo alguno. A partir de las novedades en la causa, ahora se cree que además del disparo que mató a Roda, los policías habrían sido responsables del balazo que hirió a la esposa de la víctima en la mano derecha. El ataque a la familia ocurrió en la esquina de Lomas de Zamora y Saldán. El comerciante, aunque estaba herido de gravedad, pudo seguir manejando un trecho, hasta que se desvaneció. Murió cuando lo trasladaban a un hospital.
“Al parecer, los policías se equivocaron porque en un momento la camioneta estuvo cerca del Volkswagen Vento en el que iba la víctima con su familia y creyeron que ellos eran los ladrones que perseguían”, dijeron en fuentes cercanas a la causa. El curso de la investigación cambió a partir de la comprobación de que la única constancia balística en el lugar del hecho conduce a la pistola reglamentaria 9 milímetros de Fernando Grane. El sospechoso no denunció en ningún momento, ni antes ni después del crimen, que hubiera extraviado o que le hubieran robado el arma que le dio la Bonaerense.
La noche del crimen, Diego Roda se dirigía a su casa junto con su esposa y su hijo, luego de cenar en la casa de sus suegros. En el marco de la investigación, como consecuencia de lo dicho por los cuatro policías, fueron detenidos dos jóvenes que nada tenían que ver con el hecho. En la persecución, los ocupantes de la Partner chocaron y tuvieron que seguir escapando a pie.
Centenares de vecinos de Ituzaingó realizaron marchas y concentraciones frente a la verdulería de Roda, en Brandsen y Mistral, para pedir justicia y seguridad, sin sospechar entonces la posible responsabilidad policial.
En 2017, un año después del asesinato de Roda, el policía fue protagonista de un nuevo hecho de violencia cuando durante un incidente de tránsito baleó a otro hombre y por ese hecho está cumpliendo prisión domiciliaria. A tres años del asesinato de Diego Roda, su esposa Virginia y su mamá, María del Carmen, tienen miedo de salir a la calle. Pedro, el hijo del comerciante, que iba en el asiento posterior del coche, cumplió 3 años.
En la causa interviene la Fiscalía 1 de Ituzaingó, a cargo de Marcelo Tavolaro, cuya actuación tuvo muchas críticas en la investigación del asesinato de la adolescente Candela Rodríguez, motivo por el cual fue apartado temporalmente de su cargo.