Desde Córdoba
“La deuda es un gran condicionante para poder empezar todo, y una deuda en dólares. Ha sido magnífico cómo nos endeudaron en tan poco tiempo. Hay quienes piensan que podíamos volver a lo que hicimos en 2005, esa era una deuda acumulada durante décadas. Hoy debemos 57 mil millones de dólares y todo ocurrió en sólo un año. Es increíble lo que hicieron”, arrancó Alberto Fernández con su habitual tono calmo aunque contundente y hasta algo indignado por momentos, en particular cuando se refirió al hambre que pasan millones de personas en el país y a la deuda “que no la tomó una dictadura, sino un gobierno democrático". Fue durante el mensaje que ofreció a los empresarios congregados por la Fundación Mediterránea en lo que fue el cierre de su sexta visita de campaña a Córdoba.
“Que la propia Fundación Mediterránea, en la voz de Marcelo Capello, compare la necesidad de un acuerdo para salir de esta crisis con el salto histórico que significó el Pacto de la Moncloa en España al terminar la dictadura franquista, da la pauta de que hasta ellos consideran que el nuevo gobierno recibirá un país en ruinas. Que tras sólo cuatro años venimos de un infierno”, le dijo a PáginaI12 Martín Fresneda, apoderado del Frente de Todos en Córdoba, a la salida del almuerzo que tuvo a Alberto Fernández como principal invitado y orador. En un gigantesco salón del Hollyday Inn cordobés, cientos de empresarios -que pagaron 2.500 pesos el cubierto- recibieron de pie y con un largo aplauso la entrada del candidato a presidente del Frente de Todos a quien le dieron trato de virtual mandatario electo.
En su sexto viaje a Córdobá, y recién llegado desde La Falda en el Valle de Punilla, donde se reunió con los trabajadores de la Sanidad, y en la que repitió que “nada bueno nos va a dejar Macri”, Fernández presidió a una larguísima mesa que compartió con los empresarios Pía Astori, Roberto Urquía, Alejandro Asrín, Luis Pavone, Juan Carlos Rabbat y las firmas Roggio, Porta, y Amengual. También lo flanquearon políticos como el presidente del PJ cordobés, Carlos Caserio, y los diputados Wado de Pedro y Felipe Solá. En mesas cercanas también se ubicaron Natalia de la Sota, “Tito” Dómina y Daniel Passerini, el candidato a diputado por el Frente de Todos Eduardo Fernández, Mirta Iriondo y Pablo Carro. También al presidente de la Sociedad Rural de Córdoba, Pedro Salas, entre otros dirigentes importantes de la provincia.
"¿Cómo podemos hacer para salir sino produciendo y exportando? Porque el otro modo es endeudarse. También les digo que por las condiciones internacionales, puede ser lo de Uruguay (ver página 5). Ahora pasa que los acreedores sienten que este gobierno les mintió y quieren negociar con los que asuman en el futuro”, detalló Fernández a los empresarios. El candidato evaluó que con las políticas del “camino monetario, de Lebacs y Lelics y la restricción de los aumentos salariales, lo único que este gobierno ha producido en la Argentina, son 5 millones de nuevos pobres”. El candidato con mayores chances a ganar las próximas elecciones del 27 de octubre, dijo que su principal tarea, de ser electo, será “ordenar la Argentina, ponerla en marcha. El día que Macri decidió congelar el consumo para bajar la inflación, fue como bajar la perilla de luz para las empresas. Macri apagó la luz. Lo que Cristina resolvió con el cepo, Macri tomó deuda. Y ahora, en restrospectiva, vemos que el cepo era menos dañino. Tanto, que Macri terminó con cepo también”.
Ante el auditorio que estaba terminando con su postre de chocolate, Fernández interpeló: “miren, que no nos pase que el dilema del presente no nos deje ver las oportunidades del futuro. ¿Cuánto tiempo más vamos a estar viendo chicos, gente con hambre? ¿Y después somos nosotros los que nos jactamos de que podemos alimentar 400 millones de personas, cuando no podemos con 15 millones?” Y exclamó, como si imaginara lo que en ese momento pensaba el auditorio empresarial, “¡Y por favor no me hablen de superávit! Porque en los cinco años que fui jefe de gabinete, fueron los únicos cinco años consecutivos de superávit en 150 años de historia argentina”.
Decidido a presentarse como la mejor opción para sacar al país adelante, Alberto Fernández dio ejemplos de lo que pretende de cada empresario. “Nosotros tenemos que agregarle valor a la producción primaria como hace aquí General Deheza (la aceitera de la familia Urquía, en el sur provincial). Nosotros vamos a poner de pie esta industria. Hemos estado desencontrados, pero todos tenemos derecho a vivir en paz”. También habló sobre “la grieta, como no me gusta llamarla, la perversa grieta”, a la que comparó con un “juego de cincha: dos equipos tirando de una cuerda cada cual para un lado distinto". Consideró que "esto tiene que terminar. Hay que trabajar como lo decía Raúl Alfonsín, con la ética de la solidaridad, mal que le pese a (Mario) Negri”. En ese momento hubo algunas risas en el salón. Se refería al entredicho del día anterior con el diputado radical cordobés por la figura de Alfonsín.
Fernández quiso compartir un concepto del que se habló en el encuentro sindical en La Falda. “Decíamos que nos han convencido de que somos un pueblo miserable, y casi nos convencieron. Pero no es cierto. Somos fuertes. Nos hemos caído y nos hemos levantado tantas veces. Pasamos por distintos desastres históricos, una dictadura que nos dejó 40 mil millones de deuda en dólares, miles de desaparecidos y encima nos metieron en una guerra que perdimos. Cuando la convertibilidad dejó de ser un plan antiinflacionario para convertirse en un programa económico, llegamos al default. Y volvimos a levantarnos”, memoró.
Alberto Fernández ponderó la vía del conocimiento y de la educación pública para lograr el crecimiento del país. El candidato cerró con un pacto verbal con los asistentes: “No se equivoquen. Hay que ser empresario en la Argentina... Y yo confío en que esos argentinos somos millones”. Lo que siguió fue un largo aplauso y la premura de todos por llegar hacia el escenario para tener una foto, un minuto con él.
A la salida, Olga Riutort mujer fuerte del PJ local y ex esposa del tres veces gobernador José Manuel de la Sota, opinó que “la de Alberto fue una exposición brillante, con pie en la realidad de lo que está pasando. Es bueno traerlo a este ámbito. Decirlo. Pero también me pareció positivo su mensaje de no está todo perdido. Que aunque el camino sea difícil, hay salvación. Hay salida a todo esto”.