Vista desde afuera, la Argentina es difícil de reducir a un solo icono turístico. Hay por supuesto quienes lo intentan: hace algunas semanas empezó a circular en las redes sociales un mapa, basado en datos de la red social de viajeros Trip- Advisor, que clasifica a cada país del mundo según su principal atractivo. Según los usuarios, Sudamérica tiene sobre todo iconos naturales e históricos, entre los que se destacan Machu Picchu, la ciudad amurallada de Cartagena, el Barrio Histórico de Colonia en Uruguay. ¿Y la Argentina? Comparte con Brasil su icono turístico número 1: Cataratas del Iguazú, para el país vecino, superando incluso al famosísimo Cristo Redentor de la bahía de Río de Janeiro, y Garganta del Diablo, para el nuestro. También la página oficial Argentina.travel abre con Cataratas del Iguazú, maravilla del mundo. Tal vez porque, como escribe Martín Caparrós en su larga crónica por el interior argentino, “es tan oportuno que las cataratas estén aquí, en la punta del mapa de la patria. Sin eso muchos argentinos –y por supuesto extranjeros– jamás llegarían hasta estos extremos (…). Y me doy cuenta de que lo mismo –su carácter extremo e incluyente– les sucede a los otros dos puntos que el turismo extranjero valoriza: la Puna, con la Quebrada de Humahuaca, y el eje Calafate-Ushuaia. Los tres parecen puestos con premeditación y alevosía para armar, con tres vértices, el triángulo patrio: para obligar a propios y extraños a ir hasta los extremos de la patria. Quizás dios, finalmente, sea argentino”. Agregando un vértice más a la figura, con la Península Valdés en Chubut, todos los puntos cardinales quedan representados en el mapa de iconos turísticos argentinos en el globo. Aquí una agenda de eventos y precios (indicativos) para tener a mano a la hora de organizar un viaje durante este año hacia los paisajes argentinos que hacen soñar al mundo.
IGUAZÚ Las Cataratas del Iguazú tienen afluencia todo el año, pero cuando llega Semana Santa rompe todos los records. Precisamente por eso es mejor evitar ese largo fin de semana para la visita al Parque Nacional, so pena de sentirse en el balcón de la Garganta del Diablo como en Corrientes y Florida un viernes a las tres de la tarde. Para los amantes de la música, una buena fecha para la visita es del 23 al 27 de mayo, cuando se organiza el ciclo Iguazú en Concierto, un evento musical que reúne orquestas y coros de niños y jóvenes de todo el mundo en los auditorios de varios hoteles y en el marco natural del Parque Nacional. Si la intención es realizar la visita con luna llena a la Garganta del Diablo, hay que tener en cuenta lo siguiente: se realizan cinco noches por mes, con tres turnos por noche (19.45, 20.30 y 21.15) y 120 personas por turno. En los próximos meses será en las siguientes fechas: 10 al 14 de marzo; 9 al 13 de abril; 9 al 13 de mayo; 7 al 11 de junio; 7 al 11 de julio; 5 al 9 de agosto; 3 al 7 de septiembre; 2 al 6 de octubre; 1 al 5 de noviembre; 30 de diciembre al 4 de enero. El próximo 1º de marzo cambian las tarifas de ingreso (que siempre se pagan en efectivo y previa presentación de pasaporte o DNI): serán de $ 260 para residentes nacionales, $ 400 para Mercosur y $ 500 para no residentes. Una visita mínima requiere por lo menos tres días: uno para recorrer el Parque Nacional del lado argentino incluyendo la navegación hacia el pie de los saltos, la experiencia más emocionante de cualquier estadía; otro para el lado brasileño; un tercero para elegir entre los paseos ecológicos que brindan Güirá Ogá y La Aripuca, o bien ingresar en la comunidad guaraní Jasy Porá para conocer sus costumbres y modo de vida. Un circuito más largo completa la ruta clásica de Misiones con las minas de Wanda y San Ignacio; y si se dispone de una semana completa, lo mejor es disfrutarla en los lodges de selva que jalonan toda la provincia y permiten conocer otros saltos y cascadas.
En cuanto a la conectividad, este año promete buenas –y muchas– novedades: cuatro de las cinco aerolíneas que pidieron nuevas rutas en las últimas semanas solicitaron al menos una frecuencia con destino a Puerto Iguazú. Mientras tanto, las tarifas para volar de Buenos Aires a Puerto Iguazú –con Aerolíneas Argentinas y Latam- arrancan en $ 3050 en marzo y trepan hasta superar los $ 10.000 en Semana Santa.
QUEBRADA DE HUMAHUACA El cerro de los Siete Colores es el emblema de esta quebrada de 150 kilómetros de extensión donde anidan pueblos que conservan lo esencial de sus costumbres andinas. Su designación como Patrimonio de la Humanidad terminó de definir un perfil turístico intensivo en períodos como Semana Santa y las vacaciones de invierno: hay que evitarlos si se prefiere recorrer la región con poca gente, idealmente en mayo, junio, septiembre, octubre, noviembre y diciembre. En verano –cuando se organiza el concurrido enero tilcareño– hay que tener en cuenta que es la temporada de lluvias y por lo tanto puede complicar algunos caminos. El invierno es sin lluvias pero con gran amplitud térmica: hay que llevar sí o sí abrigo para la noche. La mejor forma de recorrerla es en vehículo propio o alquilado en el punto de llegada, sea Salta (a 170 kilómetros de Volcán, donde comienza la quebrada, que requieren unas dos horas y media de viaje) o Jujuy (a 40 kilómetros, que requieren unos tres cuartos de hora), para recorrer los pueblos en “contrahorario” respecto de los buses turísticos. Purmamarca, por ejemplo, es una en las horas de la mañana (cuando el cerro se ve iluminado) y otra por la tarde cuando la mayoría de los turistas se va. También lo mejor es alojarse en los distintos pueblos -que ofrecen desde hoteles de alta categoría hasta alojamiento en casas de familia- en lugar de limitarse a una visita por el día. Aunque en cuatro días se ve lo esencial, es mucho mejor si se dispone de una semana para recorrer los lugares más apartados o de más difícil acceso, como la Quebrada del Hornocal y los pueblos puneños adyacentes a la quebrada.
Ahora precisamente y hasta el 5 de marzo se celebra el Carnaval en toda la región, una fiesta que los pueblos locales combinan con ritos vinculados a la Pachamama. Ayer fue el desentierro del Carnaval en Tilcara y mañana será el Carnaval Grande con el recorrido de las comparsas por las calles, en tanto el martes 27 es la Chaya y el jueves 2 de marzo llega el Carnaval Chico con nuevas comparsas. El desfile se repite al día siguiente, hasta que la fiesta termina el próximo domingo con el entierro del Carnaval. Otros momentos clave del año son Semana Santa, con la gran peregrinación del Domingo de Ramos en Tumbaya, hasta el santuario de la Virgen de Copacabana en el Abra de Punta Corral, y las procesiones de Miércoles Santo en Tilcara, acompañadas por bandas de sikuris. El Viernes Santo, el pueblo luce en las esquinas grandes murales que representan las estaciones del Vía Crucis. En junio, en cambio, la protagonista es Huacalera, una de las localidades de la Quebrada a 100 kilómetros de San Salvador: aquí está el monolito del Trópico de Capricornio, ideal para celebrar el Inti Raymi en el solsticio de invierno del 20 al 21 de junio. El 1 de agosto es la gran fiesta de la Pachamama, un hito en toda la Puna, cuando se realizan sentidas ofrendas a la Madre Tierra. El 15 de agosto, todos los focos se desplazan hacia Casabindo, a 150 kilómetros de Humahuaca, para el “toreo de la vincha”, una corrida de toros que se realiza con la premisa de no lastimar al animal. Quince días más tarde, Purmamarca sale a las calles a peregrinar por Santa Rosa de Lima, y finalmente el 2 de noviembre los habitantes de la quebrada homenajean a sus muertos con coronas de flores de papel. La última fiesta del año es la Navidad, con su sincretismo de creencias nativas y cristianas. También Jujuy se verá beneficiada con las nuevas rutas aéreas low-cost; mientras tanto en temporada baja los vuelos (con Aerolíneas, Latam y Andes) arrancan en $2496 y en temporada alta, como Semana Santa, pueden trepar hasta $ 7300.
PENINSULA VALDÉS El gran paraíso de la fauna marina tiene temporada todo el año. A las ballenas hay que esperarlas todavía: entrarán en el golfo Nuevo alrededor a principios de junio, para quedarse hasta mediados de diciembre. Es cuando se las puede ver embarcados, partiendo de Puerto Pirámides, o desde la costa de El Doradillo, a 17 kilómetros de Puerto Madryn. Pero mientras tanto, los pingüinos de Magallanes de la reserva de Punta Tombo –que este año son multitud– se quedan hasta fin de marzo-principios de abril, y luego volverán a sus nidos a fines de septiembre. Lobos y elefantes marinos, toninas overas y aves marinas se ven todo el año; las orcas tienen su temporada hasta abril y luego nuevamente a partir de septiembre. Ahora mismo unos 30 ejemplares de orcas se están acercando a este rincón patagónico para cazar y alimentarse de crías de lobos marinos: es uno de los fenómenos naturales más espectaculares, que convoca a fotógrafos, documentalistas, científicos y turistas de todo el mundo. En síntesis, sin embargo, quien quiera ver toda la fauna junta debe esperar a la coincidencia de pingüinos y ballenas, entre octubre y diciembre. Cuando llegue el momento de las ballenas, es mejor evitar los fines de semana largos y llegar temprano para el avistaje embarcado sobre todo en los días de mucha afluencia turística; otra opción muy linda es salir a la hora de la puesta de sol. Cada uno de los seis operadores habilitados fija sus horarios y establece el itinerario en busca de las ballenas: en la última temporada, las tarifas oscilaron entre $ 890 en temporada baja y $ 1150 en alta. Mientras tanto, Puerto Madryn y Trelew desarrollaron un calendario que tienta a la visita durante todo el año. Pronto llega el Vía Crucis Submarino, en Semana Santa, con su tradicional recorrido de 500 metros por distintas estaciones subacuáticas y la organización simultánea de la feria de pescadores, en tanto para el mes de junio –del 24 al 26– ya se viene una nueva cita de Madryn al Plato, el festival gastronómico que le brinda sabor al invierno y pone a la ciudad entre las mejores mesas de la Patagonia. En esos días el Museo Paleontológico Egidio Feruglio de Trelew (MEF), que tiene un excelente calendario de actividades para chicos durante todo el año, brinda además una ocasión especial: el último domingo de junio la entrada es libre y gratuita ($140 el resto del año los adultos), pero sobre todo la muestra permanente es explicada por investigadores del museo, el taller de preparación exhibe las piezas sobre las que se está trabajando en ese momento, y se muestran algunos de los “incunables” científicos de la colección. El viaje a Trelew siempre es buena ocasión para hacer un alto en las casas de té galés de Gaiman o Dolavon (evitando los días en que llegan cruceros): un té completo, incluyendo la famosa torta negra, ronda los $ 300. Un circuito básico implica cuatro días, para recorrer la Península Valdés, la reserva de Punta Tombo, el MEF y el Dique Ameghino, realizar avistaje de toninas en Rawson y conocer el Ecocentro o el Museo Oceanográfico de Puerto Madryn. ¿Lo ideal? Alquilar un auto, desde $1350 por día. Para llegar a la región hay vuelos a Trelew (desde $ 3100 con Aerolíneas Argentinas) y a Puerto Madryn (desde $ 2794, con Andes).
USHUAIA-CALAFATE Es el eje que conforma el extremo sur del turismo argentino, combinando el sueño de los hielos eternos con el “fin del mundo”. El próximo comienzo del otoño combina dos ventajas: un descenso en las tarifas y paisajes teñidos de rojo y dorado en los bosques que rodean la región andina. Si bien cada uno es un destino en sí mismo –que merece un mínimo de cuatro días para Ushuaia y otro tanto para El Calafate– es habitual la combinación de ambos en una semana de viaje que permite ver lo esencial: en el caso de la ciudad más austral, el Parque Nacional Tierra del Fuego (desde $ 890 la excursión tradicional día completo), la navegación por el Canal de Beagle ($ 990), el presidio de Ushuaia ($ 250 residentes Mercosur) y los otros museos urbanos, y las excursiones en 4x4 hacia el lago Fagnano ($ 1300). A partir de julio, la estrella es el esquí en el complejo Cerro Castor. En El Calafate los protagonistas son los glaciares: la caminata por la pasarela del Perito Moreno (la excursión clásica, de 9.00 a 17.00, cuesta $ 700 por persona) y las navegaciones para ver el Upsala y el Spegazzini embarcados ($ 1790), pero también conviene dedicarle tiempo a una excursión hacia El Chaltén para ver el cerro Fitz Roy ($ 2300, aún es temporada para probar los senderos de la Capital Nacional del Trekking). Más cerca, se puede cabalgar por las orillas del lago Argentino o recorrer “el balcón del Calafate”, con magníficas vistas hacia el lago y la ciudad. También es popular el minitrekking sobre el glaciar ($ 1970). Si se viaja en invierno, es preciso consultar el estado de rutas y senderos (y circular con cadenas es obligatorio por la presencia de nieve) pero se puede disfrutar el pequeño centro de deportes de invierno Calafate Mountain Park. Entre noviembre y abril, otra buena alternativa en El Calafate es alojarse en estancias y asistir a tareas de campo tradicionales, como la esquila. Después de Semana Santa, cuando comienza la temporada invernal, se pueden realizar la mayoría de las excursiones pero algunos establecimientos hoteleros cierran (y los comercios también reducen sus horarios). El ingreso al Parque Nacional Los Glaciares cuesta $ 260 para residentes nacionales, desde el 1º de marzo; en la confitería con vista al glaciar se puede comer por alrededor de $240 por persona. Para volar hacia ambos destinos, hay pasajes a Ushuaia desde $ 2770 en Aerolíneas Argentinas y Latam; y desde $ 2540 a El Calafate.