Como arena entre los dedos, las ciudades capitales se le van yendo a Cambiemos y, especialmente, a la UCR, que parece haber hecho un muy mal negocio electoral en renovar su alianza con Mauricio Macri. Neuquén fue la última. Antes se les fueron con los votos Santa Rosa, Santa Fe, Paraná y Córdoba Capital. Y antes de fin de año tienen que jugarse Viedma, Río Gallegos y La Plata. Y, para los radicales, entre las provincias, este domingo se pone en juego la gobernación de Mendoza, uno de los distritos más poblados del país. Si se cumplen los pronósticos para Cambiemos, de las 11 capitales que gobernaban a comienzos del año, en diciembre mantendrán cuatro: Mendoza, Jujuy y Corrientes.
La pésima apuesta electoral que hizo la UCR al continuar la alianza con el PRO en 2019 está clara para toda su dirigencia. Algunos se contentan con recordar que en algunas de las derrotas resonantes los protagonistas fueron del PRO. "Sí, pero las ciudades que se perdieron las gobernaba el radicalismo", acotan en el centenario partido. Así, desde ese espacio ven mermar uno de los activos en la alianza: el despliegue territorial. Igual, aclaran, sigue siendo mayor que el del PRO, que podría terminar sólo con Vicente López y la Ciudad de Buenos Aires, aunque éstas también muestran números más ajustado que los que históricamente tuvieron.
De los candidatos radicales, el único que pudo celebrar en una capital provincial fue Raúl Jorge, que pudo mantener la intendencia de San Salvador de Jujuy. Se tienen fe también para la capital de Mendoza, a manos de Ulpiano Suárez, aunque no habrá tranquilidad en el entorno de Alfredo Cornejo hasta que nos se confirme el domingo el resultado provincial. El resto fueron duras derrotas:
Neuquén. La más reciente y más resonante fue el domingo pasado. Tras quedar tercero en las elecciones provinciales, el radical Horacio "Pechi" Quiroga nombró como su candidato a sucesor a su secretario de Coordinación , Marcelo Bermúdez, que viene del PRO. El gobernador del Movimiento Popular Neuquino, Omar Gutiérrez, acompañó a su ministro de Trabajo, Mariano Gaido, que derrotó a Bermúdez por 39 contra el 31 de Cambiemos. Con ese resultado terminó con nada menos que 20 años ininterrumpidos de gobierno radical en la capital de Neuquén.
Santa Rosa. Fue también llamativa no sólo porque perdió el radicalismo sino por quién ganó: Luciano Di Napoli, de La Cámpora, fue electo indendente con más del 51 por ciento de los votos. Muy lejos quedó el intendente radical Leandro Altolaguirre, quien iba por la reelección y no llegó. "Se llevó un triunfo muy contundente y supo cosechar la simpatía de los votantes. Las urnas son las que hablan y no hay que echarle la culpa a nadie", dijo el radical esa noche fatídica para Cambiemos.
Santa Fe. En medio de un regreso del peronismo a la gobernación provincial, el periodista Emilio Jatón -del espacio del socialismo- le ganó a Albord Cantard por 47,66 a 20,96. Cantard, además de haber sido funcionario del Gobierno nacional a cargo de la relación con las universidades, era apoyado por José del Corral, quien supo ser titular de la UCR nacional y quien recibió la visita y el abrazo del oso de Mauricio Macri. A nivel provincial, el oficialismo quedó tercero cómodo.
Paraná. El vicegobernador Adán Bahl ganó la intendencia al cuestionado intendente de Cambiemos, Sergio Varisco, por 45 a 35. Varisco está procesado por su presunta conexión con el narcotráfico y le espera un futuro con mucho recorrido por tribunales, algo que no se condice con el discurso del combate del narcotráfico del Gobierno nacional. En su visita a Entre Ríos en plena campaña, Patricia Bullrich no supo qué decir al respecto.
Córdoba Capital. Al desastre general que fue la división de Cambiemos en Córdoba, le siguió un resultado acorde: además de perder la elección provincial, Ramón Mestre deberá entregar la intendencia y no precisamente a un correligionario. El peronista Martín Llaryora les ganó tanto a Luis Juez -que acompañaba al radical Mario Negri- como a Rodrigo De Loredo -que iba por la lista de Mestre y con el apoyo de Nicolás Massot-. Si bien la derrota fue por igual para radicales, macristas y juecistas, lo cierto es que es la UCR la que pierde la intendencia que gobernaba.
A estas derrotas en cadena en el año, que fueron dejando ya al radicalismo sin la mitad de capitales provinciales que gobernaba, se suman otras tres en las que cambiemos tiene serias chances de perder:
Viedma. El vicegobernador Pedro Pesatti le disputa la intendencia a la UCR, que gobierna desde hace 16 años. El candidato radical Mario de Rege la tiene difícil: el espacio de Alberto Weretilneck logró conservar la provincia con Arabela Carreras, ganó en Bariloche y en Cipoletti, donde el PRO perdió una intendencia.
Río Gallegos. El radicalismo presenta a cinco candidatos (rige la ley de lemas), luego de que desistiera de ir por la reelección el intendente radical Roberto Gibetich. En las PASO de agosto, Alicia Kirchner consiguió la reelección y el Frente de Todos llegó al 48 por ciento en Río Gallegos, que no suele ser un distrito en el que el kirchnerismo haga pie con facilidad. Las listas de Cambiemos quedaron diez puntos abajo, lo que no es un dato alentador para los radicales.
La Plata. El macrista Julio Garro la tiene muy difícil luego del resultado de las PASO, donde quedó 10 puntos abajo de la sumatoria de todas las listas del Frente de Todos, cuya candidata en octubre es Florencia Saintout. Se trata de una de las intendencias que el PRO podría perder en las generales, junto con Quilmes, 3 de Febrero, Morón, Pilar y Lanús. No sólo los radicales tendrán algo para llorar cuando concluya el año.