Como un deja vú de 2001, vuelve el lema "ocupar, resistir, producir" y aplica a rubros tan diferentes como las golosinas Mielcitas, de la fábrica Suschen, o los pañales de la multinacional Kimberly Clark. Desde el 1 de julio 101 trabajadoras y trabajadores de Suschen ocuparon la planta "por nuestra fuente de trabajo ante el abandono patronal", según dijeron ante la prensa. Esta semana comenzaron a producir sin el patrón, Roberto Duhalde, primo de Eduardo, por primera vez desde que fue creada la planta hace 43 años. 

"Ayer llegó el primer cargamento de girasol, ya comenzamos también con la producción de Naranjú. Todo esto fue posible gracias a los fondos recaudados por organizaciones sociales, políticas, trabajadores y la comunidad, es el puntapié para recuperar nuestra fuente de trabajo", expresaron las ex empleadas, la mayoría jefas de hogar, sin ocultar su alegría.

En estos meses establecieron lazos con otras fábricas y recibieron el apoyo económico del FIT para su fondo de lucha, la solidaridad desde Bolivia y diferentes partes del país, y hasta un mural que realizó el grupo Muralismo Nómade en Resistencia. Hasta que un día las sesenta y seis mujeres y los veintidos hombres que habían ocupado el edificio de Rafael Castillo, en La Matanza, se pudieron de acuerdo para volver a poner en funcionamiento las máquinas, al mismo tiempo que gestionan ayuda de los gobiernos provincial y municipal para obtener la posibilidad de comercializar como cooperativa, el uso del inmueble y las herramientas. También pretenden que el Estado les garantice los insumos y los servicios, además de comprar sus productos para los miles de niños que concurren a los comedores escolares de esa localidad bonaerense.

Lo primero en salir del horno fue Girasoles, luego de recibir los camiones con las semillas, que según dicen son "más grandes y mejores que las de Duhalde", y ponerlas en los tostadores. Hubo que poner a punto las máquinas abandonadas por los dueños. También salió Naranjú y alfajores. La empresa Suschen ahora recuperada espera la materia prima para fabricar de nuevo las tradicionales Mielcitas.

 

El lunes se reúnen en el Municipio de La Matanza y esperan poder para tratar el asunto del alquiler y de la deuda que dejaron los propietarios. Atrás quedó el pedido a la secretaría de Trabajo, la continuidad de los puestos la garantizaron con la ocupación, la resistencia y la puesta en marcha de la producción.