Los psiquiatras Alejandro Brain y Luciano Rose, en diálogo con Página|12, señalaron la importancia que tiene, desde el punto de vista de la salud pública, la iniciativa de 21 organizaciones que lanzaron una campaña para lograr no sólo la despenalización efectiva del cannabis, sino también la aprobación de una ley de regulación legal que le ponga fin a la persecución para usuarios y cultivadores.
Brain sostuvo que la clave del nuevo paradigma es “la despenalización del consumo de marihuana, como está despenalizado el consumo de alcohol”. La idea pasa por “combatir la Ley 23.737 de Drogas, porque esa ley ataca al que consume porque creen erróneamente que es el usuario el que permite la existencia de toda la cadena, lo que es una estupidez”. Sostuvo que lo importante es “conocer a los usuarios de drogas y a los adictos que tienen un consumo problemático, para ver cómo tratarlos”. Precisó que esas personas “tienen un saber que nosotros debemos conocer para poder tratarlos”.
En la actualidad, como resultado de la aplicación de normas represivas, “el resultado de la ecuación es la coerción, mientras que, en cambio, debería pensarse en la reducción de daños con la mira puesta en los que menos tienen, porque hoy los que son penalizados son los que menos tienen, los que están marginados, mientras que los que más tienen pueden manejarse con otros medios”.
Luciano Rose dijo que “las medidas que parecen tener un mayor impacto sobre la salud pública en materia de consumo de drogas, son las regulaciones, como ocurre con el alcohol, por ejemplo”. Al estar regulado el consumo “se aplican impuestos, la venta se regula para que no se haga en cualquier lugar, a cualquier hora, que la persona que la compra tenga la edad mínima para poder hacerlo”.
Rose subrayó que todas esas medidas “son importantes porque tienen un alto impacto sobre la salud pública y sólo se podrán aplicar si la droga está regulada y es legal”. Precisó que “los dos paradigmas que se enfrentan en este tema es que la droga se regule por el lado clandestino y por el narcotráfico, o que se regule por el lado de un Estado que actúe para proteger a la población siguiendo pautas de salud pública y de salud mental comunitaria”.
Brain agregó que “el problema de la dependencia o del abuso de drogas es una cuestión que le cabe a la salud pública y no al sistema penal”.