A fines de la década del 80, el tecladista Claudio Cardone y el guitarrista Carlos Casazza coincideron por primera vez en un mismo grupo: el de Adrián Abonizio, para quien aportaron arreglos, y su toque, en Los años felices, disco publicado en 1990. Ese mismo año Cardone emigró a Buenos Aires para sumarse a la banda de Luis Alberto Spinetta, y desde entonces siguió desplegando su talento en proyectos de lo más diversos. Una diversidad que es también característica en Casazza, que en diálogo con Rosario/12 delineó algunas cualidades de este nuevo emprendimiento.
Acompañados por los talentosos Franco Direnzo en contrabajo, Luciano Ruggieri en batería y Yamile Baidón en voz, Cardone y Casazza encabezan un quinteto que comenzó a rodar en 2016 enfocado en una suerte de recorrido histórico por las trayectorias de uno y otro, abordando esencialmente obras de otros autores, según explica el guitarrista: "Decidimos hacer esto en dos etapas. La primera es encontrarnos sobre un humilde recorrido autobiográfico. Los shows tienen que interesarle a la gente, entonces tomamos un criterio y decidimos tocar las músicas que tocamos habitualmente y otras que nos unen emocionalmente. Entonces van a estar Pat Metheny, Joni Mitchell, va a estar Spinetta, que han sido músicas que hemos recorrido juntos. Después, a futuro, pensaremos en un proyecto que tenga que ver con nuestros intereses actuales, descubrir qué músicas vamos a hacer hoy. Porque esta vez no vamos a hacer música original, sino de otros autores. Incluso hay músicas que no entraron para este concierto, se trata de otros lenguajes, otras influencias".
Pronto, entonces, habrá lugar para la aparición de obras originales. "La tarea del músico es ver qué pasa del encuentro entre nosotros de acá en más", anticipa Casazza, que no duda en reconocer la admiración que siente por sus pares: "Para mí es un honor tremendo compartir esto con Claudio. Además Franco, Luciano y Yamile son piezas importantes para que esto sea posible, son músicos con una personalidad tremenda. Y Claudio es un músico con una generosidad y una capacidad musical muy grandes. Yo disfruto y tengo mucha suerte de tocar con músicos que admiro, que me encantan y son mejores que yo".
Desde aquel primer proyecto compartido junto a Abonizio, Cardone y Casazza construyeron trayectorias sólidas y personales. "Con Los años felices compartimos mucho tiempo, giras, fue muy intenso. Obviamente se dio una amistad y el descubrir un montón de cosas, porque era una edad de formación nuestra. ¡Después Claudio se formó bastante mejor que yo!", vuelve a elogiar Casazza, que a partir de una propuesta de Cristian Marchesi (director del Centro de Expresiones Contemporáneas) el año pasado pudo reencontrarse con el tecladista para darle forma a este objetivo común. "Se inició así, a raíz de esa invitación, más allá de que nosotros ya nos estábamos viendo. Creo que este año vamos a tocar algunas veces más y nos pondremos a ver qué es lo que viene", confía Casazza, en un anticipo que no hace menos que abrir las expectativas en torno a aquello que podrá surgir con el cruce de esos dos grandes universos musicales.
Esta noche, a las 21.30, el quinteto realizará una nueva presentación en la Terraza de la Cúpula de Plataforma Lavardén.