Un hombre de 64 años mató a su hija y la enterró en el fondo de la vivienda que comparte con el resto de la familia en la localidad bonaerense de Hurlingham. Ariana Yésica Palacios tenía 30 años y estaba desaparecida desde el 28 de agosto cuando, según contaron sus amigos, tuvo una fuerte discusión con su padre. El acusado fue identificado como Willy Palacios y se encuentra detenido.
La Policía científica trabajaba esta mañana en la casa de Frías 3357, donde se presume que está enterrado el cuerpo de la víctima. Según contaron los amigos, durante todo el tiempo que Ariana estuvo desaparecida la familia se encargó de encubrir el crimen.
“Nos decían que no preguntemos más, que ella se había ido después de pegarles a sus padres y que si ellos no se preocupaban no nos teníamos que preocupar nosotros. Al novio le dijeron que había empezado a salir con otro”, contó Jésica, una de las amigas de Ariana, muy conmocionada con la noticia.
Ante las respuestas evasivas de la familia, los amigos de la joven decidieron hacer la denuncia por la desaparición. “Entre nosotros teníamos dos hipótesis. Primero pensamos qué podía haber ido engañada a algún lugar y la tenían secuestrada. Después empezamos a pensar en el padre porque otra amiga dijo que era un hombre muy violento”, agregó Jésica desde la puerta de la casa familiar donde trabajaba la policía.
Según contó la amiga, hace unos días llamó a la casa de Ariana y le preguntó al padre qué pasaba con la joven que no respondía los mensajes ni atendía los llamados de sus amigos. El hombre le contestó que se le había roto el celular y que por eso estaba desconectada.
“Tampoco respondía por Facebook donde ella era muy activa porque vendía ropa y hacía alisados de pelo que promocionaba por las redes”, agregó Jésica.
Según contaron lo allegados a la víctima, el propio padre de Ariana terminó confesando el crimen luego de brindar versiones contradictorias cuando fue interrogado por la Justicia.