La mayoría de la provincias se sumó a la política de endeudamiento del gobierno nacional y en cuatro años multiplicaron por seis el stock de pasivos hasta alcanzar la histórica cifra de 1,73 billones (1 billón 730 mil millones) de pesos. A la convocatoria a ser parte del festival de emisión de deuda que se inició con el ruinoso –para la Argentina- acuerdo con los fondos buitre se suman las constantes exigencias de ajuste de la administración nacional y la caída de ingresos por la menor actividad económica.
Luego de cuatro años de Cambiemos el peso de la deuda sobre los recursos provinciales se habrá duplicado para el cierre de este año, según un estudio del Centro de Economía Política Argentina (CEPA). Paradójicamente, las provincias más endeudadas son en su mayoría las que se vieron favorecidas en el reparto nacional de recursos y responden al mismo signo político. Mientras que Chubut, Neuquén, Jujuy y Buenos Aires presentan los valores más altos, San Luis y La Pampa están casi desendeudadas.
El puntapié inicial fue la decisión de pagarle a los fondos buitre incluso más de lo que demandaban, para lo cual el bloque oficialista negoció con sus pares de otros espacios políticos el acompañamiento en el Congreso, prometiendo la apertura de los mercados para sus respectivas provincias. La posibilidad de volver a tener acceso a los mercados de deuda fue clave para su aprobación. Comenzó entonces el festival de deuda nacional que terminó en default meses antes de que Mauricio Macri termine su período presidencial. Pero las provincias no se quedaron atrás. No solo tomaron deuda de manera desproporcionada a su nivel de recursos sino que cambiaron la composición de sus pasivos, con una mayor participación de emisiones en dólares.
Entre 2004 y 2015 el endeudamiento de las provincias se incrementó 258 por ciento, con nueve años de crecimiento económico y tres de caída, mientras que entre 2016 y 2019, en sólo cuatro años, el incremento de la deuda fue del 542 por ciento, con tres años de desplome de la actividad. El punto mínimo de endeudamiento de la provincas se produjo en 2014 y 2015, con una reducción en términos reales del 80 por ciento. En ese año el monto de la deuda era de 269.384 millones de pesos y hoy asciende a 1,73 billones, con un alza del 542 por ciento. Es decir, más que se duplicó año a año en valores absolutos. También duplicó su peso en relación a la recaudación y a la coparticipación de impuestos. Pasó del 22,7 por ciento de 2015 al 42,6 por ciento este año.
“El Gobierno nacional ha utilizado la emisión de deuda externa como el único mecanismo para atender los efectos de la megadevaluación, la baja de impuestos (básicamente las retenciones) y la caída del consumo y la producción. En lo que respecta a las provincias, la política 'federal' de Cambiemos ha sido facilitar el endeudamiento para enfrentar el deterioro creciente de las arcas provinciales”, explican desde el CEPA. Las jurisdicciones con mayor stock de deuda en relación con la recaudación propia y vía coparticipación son Chubut, con 1,8 veces de pasivos sobre sus recursos, seguido por Neuquén (1,3 veces), Jujuy (1,1 veces), Buenos Aires (1,03) y Córdoba y Mendoza (ambas 0,94 veces).
También hubo un cambio en los tenedores de esa deuda. Las provincias se encontraban en 2015 con un 35,1 por ciento en manos del gobierno nacional. En 2019 se redujo al 12,4 por ciento pese al aumento de las emisiones, las cuales fueron en su mayoría en dólares y con privados. La deuda en bonos provinciales pasó de 47 por ciento en 2015 a 71,5 en 2018 y se prevé que terminará este año en 69,5 por ciento y en mayoría en dólares. Según el Observatorio de Deuda del ITE German Abdala, la suma de las deudas emitidas por las provincias en moneda extranjera a julio de 2019 alcanza a 12.299,50 millones de dólares, equivalente al 6,8 por ciento de toda la emisión pública y privada.
“En un contexto de endeudamiento creciente, la emisión de deuda en moneda extranjera tuvo un rol preponderante, afectando las arcas provinciales toda vez que el tipo de cambio tuvo un alza brusca”, advierte el informe del CEPA. El impacto de la última devaluación en el endeudamiento provincial, proyectando las deudas al tipo de cambio esperado para cada vencimiento, es de aproximadamente 350 mil millones de pesos, según los cálculos de la entidad.