La fuerte devaluación del peso posterior a las PASO junto a la rebaja a cero del IVA hasta fin de año en algunos productos de la canasta básica aumentó el grado de desorden de los precios en el mercado interno de consumo masivo. El desequilibrio se acentúa por el enorme grado de incertidumbre alrededor de la evolución del dólar en el corto plazo y un escenario de caída del consumo que obliga a rebajar precios para liquidar stocks. En el último mes y medio hubo subas de precios del orden del 20 por ciento combinadas con bajas circunstanciales que corren riesgo de revertirse de forma violenta si se restituye el IVA a partir del año que viene. Los supermercados salieron con fuertes promociones para captar público de los comercios más chicos, afectados por las medidas que están apuntadas a las grandes cadenas. Más allá del desorden general, la inflación en agosto fue del 4 por ciento en agosto y se calcula al menos un 5 por ciento para septiembre. Para fin de año, la inflación en doce meses superaría el 55 por ciento.

En el escenario de la devaluación que llevó el dólar al nivel de los 60 pesos, días después de las elecciones primarias, Página/12 comenzó un relevamiento de precios que incluye cinco productos de consumo básico por semana, completando una planilla de veinte artículos mensuales. Los primeros resultados muestran que más allá del escenario inflacionario general, hay movimientos de precios de todos los colores, a raíz de la rebaja del IVA, la brecha cambiaria y la incertidumbre alrededor del dólar.

Por ejemplo, desde los días posteriores a las elecciones primarias, el paquete de tallarines Luchetti de 500 gramos pasó en Walmart y Jumbo de 40,80 a los 45 pesos. Es un incremento del 10,3 por ciento a pesar de la rebaja del 21 por ciento del IVA, lo cual supone una recomposición de margen de ganancia en esos artículos. En el mismo período, en la cadena Vea esos fideos bajaron de 48,50 a 44,90 y ahora se ubican en 49 pesos. Es decir, hay una brecha de precios del 9 por ciento frente a los casos anteriores. En mayoristas como Diarco y Vital, los fideos Luchetti estaban hace un mes y medio en 50,20 y 49,50 pesos, respectivamente, más caros que los supemercados, aunque luego se acomodaron en la línea de los 45 pesos, por la caída del IVA.

A diferencia de los fideos u otros alimentos esenciales, los productos de higiene personal mostraron un movimiento más general hacia el alza. En el caso del shampoo Plusbelle de 1 litro, en Walmart, pasó de 95,2 a 122,50 (27,3 por ciento) y en Jumbo y Vea, de 121 a 140 pesos (17,1). También subieron de manera masiva los productos de limpieza. La botella de un litro de lavandina Ayudín Común pasó en Jumbo de 32,10 a 41,90 pesos y en Vea de 29,80 a 45 pesos, lo cual implica subas del 30,5 y del 51 por ciento, respectivamente, en apenas mes y medio.

El paquete de yerba Taragüí de un kilo cotizaba todavía a 135,80 pesos en Walmart en la semana después de la devaluación, aunque luego subió (a pesar de la rebaja del IVA del 21 por ciento) a 175 pesos, un 28,9 por ciento más. En Coto, actualmente está a 185,55 pesos y en los mayoristas, alrededor de 160 pesos. En tanto, la caja de un kilo del arroz Gallo Oro se mantuvo relativamente estable en el orden de los 80 pesos, también gracias a la rebaja del IVA.

En paralelo a la inflación está la dispersión de precios, que acentúa la falta de referencias claras para el consumidor. Por ejemplo, el paquete de polenta Presto Pronta de 500 gramos está a 67,5 pesos en Jumbo y Vea y en el otro extremo, se vende a 37,60 pesos en el mayorista Vital, lo cual implica una brecha del 80 por ciento. En Coto cotiza a 52,45 pesos, en Walmart, a 40 pesos y en el autoservicio Diarco, a 47,60 pesos. En el caso de la manteca La Serenísima de 200 gramos, se consigue en un rango de 110 a 112 pesos en Walmart, Jumbo, Carrefour, Vea y Diarco, pero se encuentra a 119 pesos en Coto y a 121,50 en Vital. La dispersión es todavía más acentuada si se incluyen dentro del análisis a los supermercados chinos y almacenes.