El presidente de Rusia, Vladímir Putin, se metió de lleno en la pelea entre Donald Trump y los miembros del partido demócrata por la llamada que hizo al presidente de Ucrania , Volodímir Zelenski. "No veo nada comprometedor en la conversación”, dijo Putin. Por su parte, los demócratas avanzan en la investigación que podría derivar en el juicio político a Trump. Miembros de la comisión del Congreso encargada del caso, se quejaron porque el Secretario de Estado, Mike Pompeo, puso trabas al llamado de testigos. Trump calificó como “golpe de estado” la actuación de los demócratas y les pidió que dejen de perder el tiempo en “porquerías”.
Putin salió a defender el pedido que le hizo Trump al presidente de Ucrania para que investigue a su probable rival en las elecciones del año que viene, el demócrata Joe Biden, afirmando que “cualquier jefe de estado hubiera hecho lo mismo”. “El presidente Trump acudió a un homólogo para pedir que se investigara una posible corrupción vinculada con miembros de la anterior administración (…) No veo nada comprometedor en la conversación", dijo Putin, que asistía a un foro sobre energía en Moscú.
El escándalo se desató a partir de una denuncia elevada a superiores por un integrante de los servicios secretos, que se enteró del contenido de la llamada efectuada en julio entre Trump y el presidente de Ucrania. En la denuncia, hecha pública la semana pasada por el Congreso , el informante, cuya identidad se desconoce, acusó a Trump de haber abusado de su poder al solicitar a su par Volodímir Zelenski que investigara a Biden y a su hijo, Hunter, que fue directivo de una empresa de gas ucraniana cuando su padre fue vicepresidente de Barack Obama.
Los demócratas iniciaron una investigación sobre el caso llevada adelante por tres miembros de la Cámara baja, donde tienen mayoría: Adam Schiff, del comité de Inteligencia; Eliot Engel, del comité de la Relaciones Exteriores; y Elijah Cummings, del comité de Vigilancia. La semana pasada citaron a declarar a Pompeo, a Rudy Giuliani, abogado personal de Trump, y a otros cinco diplomáticos, por documentos relacionados con Ucrania. Esto desató un conflicto de poderes en Estados Unidos, que dio hoy otra vuelta de tuerca, luego de que la Comisión del Congreso que investiga los hechos advirtiera la resistencia del gobierno para avanzar con los interrogatorios. Además, afirmaron que eso podría equivaler a un delito susceptible de otros procesos de destitución.
De visita en Italia, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, reconoció que presenció la llamada telefónica y volvió a acusar a los demócratas de "hostigamiento e intimidación". Ayer había advertido que no permitiría a funcionarios de la cartera a su cargo cumplir con citaciones a declarar u órdenes de entregar documentos emitidas por el Congreso. El secretario de Estado afirmó que la comisiones parlamentarias de la cámara baja que llevan adelante la investigación sobre Trump se contactaron con empleados del Departamento de Estado directamente, y no con sus superiores, y les dijeron que no buscaran el asesoramiento legal de la cartera. Pompeo dijo que el ministerio a su cargo cumplirá con su "deber constitucional de cooperar" con el Congreso pero no tolerará "hostigamiento e intimidación", informó CNN.
Los congresistas investigadores respondieron en un comunicado que sería ilegal que el secretario de Estado intentara proteger a Trump impidiendo que los funcionarios hablen en el Congreso. "Cualquier esfuerzo por intimidar a testigos o impedir que hablen con el Congreso -incluyendo a empleados del Departamento de Estado- es ilegal y constituirá evidencia de obstrucción de la investigación de juicio político", afirman en el comunicado. "El secretario Pompeo es ahora un testigo presencial en la investigación de juicio político (…) Pompeo debería cesar de intimidar a testigos del Departamento (de Estado) a fin de protegerse a sí mismo y proteger al presidente". Los demócratas recordaron que la "obstrucción de la investigación" fue uno de los artículos en los que se sustentó la investigación de juicio político contra el republicano Richard Nixon, quien renunció a la Presidencia en 1974 ante la firme posibilidad de ser sometido al procedimiento constitucional de destitución propiamente dicho.
Sin embargo, lograron agendar encuentros a puertas cerradas con dos personas que ya no están bajo las órdenes de Pompeo: el ex enviado especial para Ucrania, Kurt Volker, y la ex embajadora en Kiev, Marie Yovanovitch, que se presentaran mañana y la semana próxima, respectivamente. Volker estaría involucrado en las tratativas de Giuliani para obtener la cooperación ucraniana, mientras que Yovanovitch había sido removida a principios de 2019 como embajadora de Estados Unidos en Kiev tras aparentemente resistirse a que se presionara a Zelenski.
En una señal de la virulencia que está tomando el enfrentamiento, Trump les dijo a los demócratas que “dejen de perder el tiempo en porquerías”. "Los demócratas que no hacen nada deberían centrarse en la construcción de nuestro país, no en perder el tiempo y la energía de todos en PORQUERÍAS", escribió en Twitter. También tildó como “golpe de estado” el proceso de investigación que podría derivar en el juicio político: “A medida que me entero de más y más cada día, llego a la conclusión de que lo que está ocurriendo no es un 'impeachment', es un GOLPE destinado a quitar el Poder del Pueblo, su VOTO, sus Libertades, su Segunda Enmienda. ¡Religión, ejército, muro fronterizo y sus derechos dados por Dios como ciudadanos de Estados Unidos de América!", escribió Trump.