En lugar de llamar a la paritaria nacional como cada año desde 2008, la respuesta del Gobierno a los docentes fue una campaña sucia. A la par del discurso oficial de que el paro que los maestros harán el 6 y 7 de marzo en todo el país tiene “motivaciones políticas”, en Twitter se disparó el hashtag #VoluntarioDocenteNoAlParo a partir de un tuit de Mariano Bronenberg, quien se propuso para dar clases y así asegurar el comienzo del ciclo lectivo. En pocas horas se sumaron miles de usuarios a la movida con publicaciones del estilo “terminemos con la extorsión de los gremios”. Y en pocas horas también quedó al descubierto que Bronenberg es un militar vinculado a los servicios de inteligencia que integra el macrismo y que todo fue una formidable operación de la maquinaria de comunicación PRO. La Ctera repudió la “feroz campaña del Gobierno” y exigió el cese inmediato de “estos vergonzosos ataques ‘preparados artificialmente’” que “tratan de crear un clima hostil hacia los educadores”.
La campaña arrancó apenas los gremios anunciaron el jueves su plan de lucha y siguió la misma línea que trazaron los funcionarios macristas: la desacreditación de los docentes y su reclamo de que se convoque a la paritaria y no se limite la negociación salarial al techo del 18 por ciento que impuso Mauricio Macri.
“Señora María Eugenia Vidal, no soy maestro pero ejercí 25 años la docencia universitaria, seré voluntario no rentado para empezar las clases en fecha”, tuiteó primero Bronenberg. “Basta de usar los chicos y la educación como rehenes”; “Quiero ayudar en lo que sea necesario para mejorar la educación”; “Terminemos con la extorsión de los gremios”, empezaron a aparecer después mensajes en otras cuentas de la red social.
“Es una campaña de trolls del gobierno de Macri que estamos pagando todos los argentinos”, denunció a primera hora de la mañana de ayer la secretaria general de Ctera, Sonia Alesso. A esa altura el gremio docente ya estaba al tanto de cómo había escalado el hashtag #VoluntarioDocenteNoAlParo y de la foja de servicios de Bronenberg.
El iniciador de la campaña se presenta en Twitter como “Relacionista Público, consultor en estrategias de comunicación” y cuenta votó al PRO, pero en verdad es militante del macrismo en Mar del Plata. Su currículum en Internet aporta más datos: es teniente coronel retirado del Ejército y fue oficial de Inteligencia de esa fuerza. Durante la dictadura estuvo en el Batallón 601.
La operación del macrismo quedó al descubierto en un informe que la consultora Digamos le acercó a Ctera. La consultora especializada en el estudio de redes sociales detalla que entre las 21 de ayer y las 3 de hoy el hashtag #VoluntarioDocenteNoAlParo fue retuiteado 22.500 desde 3084 cuentas, con un alcance pontecial de 3,9 millones de usuarios y 42,8 millones de impresiones. El número de impresiones es la cantidad de veces de los usuarios ven un tuit.
La cuenta que más aportó a instalar la campaña fue la de Infobae, que con solo 3 tuits alcanzó 7,2 millones de impresiones. En el fogoneo de la campaña le siguió la cuenta @Vigoroth92, que necesitó 202 tuits para alcanzar 3,3 millones de impresiones. No es común que una persona haga semejante cantidad de retuits. En esos casos, son robots los que los hacen. Digamos advierte que ahí queda expuesta “la trampa”.
La consultora detalla también en su informe “las diez cuentas que más tuitearon durante el ataque del call center PRO”. La de mayor actividad hizo 235 retuits mientras que la décima retuiteó en 157 ocasiones. “Es lógico que te preguntes qué humano no medicado hace 235 tuits en 3 horas”, plantea el estudio.
Digamos sintetizó que fueron “más de 300 cuentas las que generaron entre 200 y 20 tweets cada una”, que “el call center del PRO generó al menos 33 millones de las 49 millones de impresiones potenciales que tuvo el hashtag #VoluntarioDocenteNoAlParo hasta las tres de la mañana” y que “al menos 17.000 tuits de los 22.500 que tuvo ese hashtag” surgieron de ahí. La consultora explica que esevolumen sirve para que después los medios afines al Gobierno hagan notas sobre la campaña de voluntarios que se ofrecen a reemplazar a los docentes que paran, con lo cual “queda legitimada la operación y se potencia la viralización”.
“Esta campaña millonaria que pagamos todos los argentinos trata de desprestigiar nuestro legítimo derecho de defender los salarios y las condiciones laborales”, advirtió Ctera y le exigió al Gobierno “que cese inmediatamente con esta campaña sucia”.
El gremio docente reiteró su “voluntad de diálogo” y recordó que desde noviembre solicita la convocatoria a paritarias. Además, pidió “que el tiempo y el dinero que están invirtiendo en esta metodología nefasta la utilicen para mejorar los salarios docentes y las condiciones laborales para enseñar con dignidad”.
Para contrarrestar la campaña sucia en Twitter ayer surgió otra de apoyo de los docentes. La consigna es publicar tuits para respaldarlos con los hastags #YoApoyoALosMaestros y #ParitariaNacionalDocente. Durante la tarde pasaron a encabezar las tendencias en la red social.
Tras quedar expuesta, la campaña contra los maestros en Twitter se diluyó, pero los funcionarios macristas no bajaron el tono de sus declaraciones. El viceministro del Interior, Sebastián García de Luca, le apuntó al titular del Suteba, Roberto Baradel. “No se puede admitir que priorice sus intereses políticos partidarios y tenga de rehenes a los chicos”, declaró.
El ministro de Educación bonaerense, Alejandro Finocchiaro, acusó a los maestros de ser la “punta de lanza” del kirchnerismo contra Macri y Vidal y también dijo que se utilizarán “todas las herramientas constitucionales y legales para asegurar el comienzo del ciclo lectivo”.
Las redes sociales, que durante el gobierno de Cristina Kirchner la oposición utilizó para fogonear las protestas en su contra, pueden ser también una herramienta. No para asegurar que las clases empiecen, porque el mismo ministro de Economía bonaerense, Hernán Lacunza sinceró que “estar al frente de un aula no es solamente tener ganas”, pero sí al menos para tratar de generar un clima social adverso a los docentes.