Subido al acoplado de un tractor, el presidente Mauricio Macri gritó: "La marcha avanza. Quiero decirles que si no aflojan, yo no voy a aflojar. Siempre voy a estar para defenderlos y para que nunca más les digan que no se puede". Lo rodeaba un puñado de personas que fue a verlo en su paso por Esperanza, Santa Fe. Más tarde, recorrió Humbolt, Nuevo Torino y Rafaela, siempre con el titular del sistema de Medios Públicos, Hernán Lombardi, como maestro de ceremonias. Lombardi llegó a saltar con la multitud en un intento por insuflar ánimos, al grito de "Mauricio lo da vuelta y esto se da vuelta". Un optimismo a prueba de PASOs.
En declaraciones a una radio de Santa Fe, Macri insistió con que la situación económica no es tan mala como parece: “Hoy, estamos mejor parados estructuralmente que hace cuatro años, cuando arrancamos”, aseguró, luego de que se conocieran los datos de pobreza, que supera el 30 por ciento y de la desocupación, que se ubica en los dos dígitos. "Tenemos en la macro algunas cosas resueltas que nos permiten pensar y estar convencidos de que ahora viene una etapa de crecimiento”, aseguró el presidente, mientras el dólar sigue dando señales de inestabilidad y las tasas están por encima del 80 por ciento para contener la moneda.
El mandatario, que cerrará su último año con una inflación superior al 50 por ciento, sostuvo que se debe llegar a una "sustentabilidad sin los avatares y las dificultades que trae la inflación”. “No puede ser que sigamos repitiendo este problema hace más de 70 años”, se quejó, como si gobernara otro.
“Es un dato que marca que necesitamos, de una vez por todas, llegar a un acuerdo amplio para decir ‘dejemos de hacer trampa y fundemos esa Argentina que viene sobre una base sólida", sostuvo Macri, quien dijo que a ese acuerdo hay que convocar a empresarios y sindicalistas. E insistió en que hay “un gobierno que no prepotea, que rinde cuentas, que no presiona, que no le dice a un periodista qué tiene que preguntar, ni a un juez que tiene que decidir, ni a un empresario qué tiene que opinar”. “Hemos hecho muchas cosas que funcionaron como también la lucha contra el narcotráfico, la mejora de la educación y la conexión con el mundo”, se vanaglorió.
Con la gira del "Sí, se puede", Macri se propone recorrer 30 ciudades en 30 días. De Córdoba llegó a Santa Fe, donde estuvo en distintos centros urbanos en los que busca recuperar votos perdidos. A Esperanza llegó con el referente local del PRO, Federico Angelici. Con muy poca gente rodeándolo, que ondeaba banderas argentinas, el mandatario dijo: "Todo lo que logramos en estos tres años y medio, nos tiene que llenar de fuerza. Se puede dar vuelta esta elección". "Los necesito así, movilizados, convencidos, con fuerza. Necesito que le trasmitan a cada amigo, de esos que están enojados... Me estás agarrando una pata, no me puedo concentrar", le dijo a un manifestante. La cercanía que le plantearon con la gente tiene sus límites.
"Todos tuvimos que poner el hombro. Ha sido muy duro. El bolsillo aprieta. Vamos a estar cerca y llevándoles alivio. Ahora viene el crecimiento, el empleo y la mejora del salario", prometió Macri un mejor clima económico para su segundo mandato. Tenemos que usar esta herramienta que es el celular, convenciendo: participen en las redes defendiendo nuestras ideas y nuestros valores. Vamos por la honestidad, por vivir en paz, con construir y no destruir, vamos por construir la democracia", arengó. Su paso por esperanza terminó con un: "Vamos boquita también el 22. Todo se puede". La esperanza es lo último que se pierde.
El jueves Macri viajará a Entre Ríos, donde estará en Concepción del Uruguay y La Paz. Y el viernes pasará por Bahía Blanca, en la provincia de Buenos Aires. El sábado lo tiene reservado para visitar Mendoza, donde se podría ver con el gobernador Alfredo Cornejo y su sucesor Rodolfo Suárez, pese a la mala relación que tiene con los radicales mendocinos. El domingo tiene previsto descansar y el lunes estará en Tucumán.