Uno de los “voluntarios” que se ofreció para reemplazar a los maestros al frente de las aulas supo revistar en el Batallón de Inteligencia 601 durante la dictadura, en aquellos años con el grado de capitán. Mariano Amadeo Bronenberg es la cabeza de la campaña en la red social Twitter #VoluntarioDocenteNoAlParo. “Señora @mariuvidal no soy maestro pero ejercí 25 años la docencia universitaria, seré voluntario no rentado para empezar las clases en fecha”, fue su oferta y con ese tuit disparó una cadena de imitadores que se ofrecieron para que el ciclo lectivo empiece en la fecha prevista, el 6 de marzo, luego de que los docentes anunciaran un paro de 48 horas.
El licenciado Bronenberg dijo ayer que sólo emitió un tuit y que luego ese mensaje se expandió y negó haber encabezado una convocatoria. “No me llamaron”, dijo a PáginaI12 sobre si luego de su postulación pública fue contactado por el gobierno de María Eugenia Vidal, aunque en declaraciones a otros medios aseguró haber recibido un llamado de “un funcionario de tercera línea” a quien “la pareció interesante” su propuesta. “Estas cosas son más simbólicas, uno muestra su predisposición”, aclaró quien ahora milita en el PRO de Mar del Plata, en el local que el macrismo tiene en Colón 3070. Allí apoya al intendente Carlos Arroyo, acusado de nazi por evocar a Adolf Hitler y protagonista de variados abusos a las libertades democráticas en la ciudad balnearia.
Este ex oficial de Inteligencia se define como “relacionista público y consultor en estrategias de comunicación”, e indica que votó al PRO pero que critica “con libertad” al Gobierno, a pesar de que tuvo participación pública en actividades partidarias del macrismo. Según expone en su currículum, fue oficial de inteligencia del Ejército y es teniente coronel retirado de esa fuerza, y dice tener una “extensa carrera” en la docencia universitaria privada, en instituciones como la Universidad de Palermo, la Del Salvador, la CAECE en Mar del Plata y la Universidad Argentina de la Empresa (UADE).
“No me acuerdo si había una dependencia orgánica con el Batallón 601”, responde ante la consulta de este diario sobre la inclusión de su nombre en el listado de integrantes de ese cuerpo del Ejército Argentino, que fue nodal en la implementación del terrorismo de Estado y el Plan Cóndor para coordinar asesinatos, secuestros y otros delitos de lesa humanidad. El teniente coronel retirado, y ahora rompe huelgas, admite que ya formaba parte de esa fuerza durante la dictadura pero como “oficial del liceo militar en Comodoro Rivadavia y en el regimiento de Tanques de Magdalena”. Según explica, pasó a Inteligencia en la década del ‘80 pero dice que “una sola vez pisó el famoso Batallón 601”, porque sus tareas las cumplía en Campo de Mayo. “Soy un oficial de la democracia, no participé en la guerra sucia”, se defendió. Y para apoyar sus dichos agregó que trabajó en Comunicación Institucional durante la gestión del general Martín Balza al frente del Ejército. Sin embargo, su inclusión dentro del grupo de militares y civiles que infiltraron organizaciones políticas, sindicales y de derechos humanos durante el genocidio puede verificarse dado que fue hecha pública la lista en 2010.
Fueron los propios docentes, a través de sus organizaciones sindicales, los que ayer salieron al cruce de la campaña oficial y descubrieron los antecedentes Bronenberg. “Mientras el Gobierno de Vidal y Cambiemos ofrece migajas en cuotas de 200 pesos, con amenazas de descuentos y listas negras contra quienes bancan a diario la educación pública, supuestos personajes ‘sueltos’ o ‘independientes’ lanzan campañas para carnerear el paro docente, buscando quebrar la lucha. Desde ya, nada es casualidad, listas negras, y campaña de carneros para quebrar el paro docente”, afirmó María Díaz Reck, dirigente Suteba La Plata. “Mientras esto se da en la redes sociales, lo que no cuentan Vidal ni su ministro de Educación Alejandro Finocchiaro son los días de clase que se pierden, por ejemplo, debido a los graves problemas de infraestructura: techos caídos, falta de luz, agua y gas, techos que se caen y paredes electrificadas son parte de una postal que se repite en la mayoría de las escuelas”, agregó.