Desde Medellín, Colombia

Arribar a una decisión parecía tarea imposible: la calidad y el impacto de los trabajos finalistas del Premio Gabo era tal que nadie en el Orquideorama del Jardín Botánico deseaba estar en los zapatos de los 53 jurados. Al cabo, la gran ceremonia del jueves por la noche dejó sensaciones de plena justicia: los galardones que entrega la Fundación Gabo durante el Festival que reúne a centenares de periodistas de toda Iberoamérica destacaron producciones que merecen alta exposición.

En la categoría Texto (para la cual se postularon 766 trabajos), el premio fue para La sangre nunca fue amarilla , de Mónica Baró Sánchez, que reconstruye un caso de envenenamiento por plomo en un barrio de La Habana que comenzó en los inicios de la década del ’50, pero del que los pobladores recién tomaron conciencia en 2006. Realizada a lo largo de dos años de manera independiente y publicada en el sitio Periodismo de Barrio, la investigación pone el foco, según subrayó la autora en el escenario, no solo en esos tóxicos invisibles sino en la falta de políticas para proteger a los afectados.

Mónica Baró Sánchez, ganadora en Categoría Texto.

Con 307 trabajos postulados, la Categoría Imagen quedó en manos de un equipo integrado por periodistas de Colombia, España, Argentina, Guatemala, Costa Rica, Puerto Rico y Estados Unidos: publicado en Univisión Noticias Digital de Estados Unidos, America First: El legado de una redada migratoria nació con la intención de hacer un documental de 10 minutos sobre una redada realizada en el pequeño poblado de Postville. Pero a medida que avanzaba la investigación y con el contexto de la política de “America First” de Donald Trump, quedó claro que había mucho más para analizar hasta llegar a los 42 minutos finales.

Quizá la Categoría Cobertura (404 postulaciones) era aquella en la que todos los periodistas presentes en la ceremonia se animaban a apostar por un seguro ganador. Y así fue: la potencia de El país de las dos mil fosas no dejaba margen de dudas. Realizado también de manera colectiva –una característica recurrente en trabajos presentados al Premio Gabo-, la investigación de más de veinte profesionales liderados por Marcela Turati, Mago Torres y Alejandra Guillén hace aquello a que el Estado mexicano suele evitar, un profundo relevamiento de las fosas clandestinas producto de una “Guerra contra el narcotráfico” que, dados sus resultados, siempre exige comillas. Lo más impactante del trabajo distinguido es el mapa interactivo que da cuenta de sitios y cuerpos hallados, una fuente de información muy difícil de encontrar en áreas oficiales.

También había cierto consenso previo con respecto al posible ganador de la Categoría Innovación, a la que se presentaron 252 trabajos. El Premio Gabo fue para Mujeres en la vitrina, migración en manos de la trata , realizado por un nutrido grupo de periodistas de México, Venezuela y Colombia: a partir del asesinato de la venezolana Kenni Pinol en México, el equipo hizo una investigación que no solo se destaca por la reconstrucción de la fatal suerte corrida por mujeres migrantes que aparecían en el portal de escorts ZonaDivas: la decisión de presentar la investigación replicando aquel sitio le dio un doble impacto. Como dijo uno de los representantes del equipo en el escenario, “quizá alguien llegue al sitio pensando que se trata de una web de escorts, y al clickear en un perfil y encontrarse con la manera en que fue asesinada empiece a tomar una nueva conciencia de lo que sucede con estas mujeres.”