Mensajes de texto obtenidos por comisiones del Congreso de Estados Unidos complican aún más al presidente Donald Trump, en el Ucraniagate. Los mensajes muestran que diplomáticos estadounidenses trataron de persuadir al mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski, de que investigue al dirigente demócrata Joe Biden y su hijo, Hunter. Por su parte, la fiscalía ucraniana anunció que reexaminará los casos relacionados con la empresa de gas Burisma, en la que trabajó el hijo de Biden.
Los mensajes fueron entregados a las comisiones investigadoras del Congreso norteamericano por el ex enviado especial estadounidense para Ucrania, Kurt Volker. El funcionario renunció a su cargo la semana pasada, luego de que los legisladores lo citaran a declarar por la llamada entre Trump y Zelenski. El material aportado por Volker muestran que el presidente estadounidense no iba a aceptar reunirse con Vladimir Zelenski a menos que este prometiera iniciar las investigaciones. "Escuchado en la Casa Blanca: suponiendo que el presidente Z convenza a Trump de que investigará, 'llegar al fondo de lo que sucedió' en 2016, fijaremos fecha de visita a Washington", escribió Volker a un asesor del presidente ucraniano, Andrey Yermak, antes de la llamada entre ambos presidentes. Dos días antes de la conversación telefónica entre los dos mandatarios, Volker también envió un mensaje a Gordon Sondland, embajador de Estados Unidos en la Unión Europea, diciendo que era muy importante que "Zelenski dijera que ayudaría a la investigación".
Una vez realizada la llamada, los planes se complicaron. El asesor del presidente ucraniano trató de que se fijara una fecha concreta antes de que Zelenski anunciara oficialmente la apertura de las investigaciones. "Una vez que tengamos la fecha convocaremos una conferencia de prensa, anunciando la próxima visita y presentando una visión para el relanzamiento de la relación Estados Unidos-Ucrania, incluyendo, entre otras cosas, a Burisma y la interferencia electoral" rusa en 2016 en Estados Unidos, escribió Yermak dos semanas después. Volker y otros dos diplomáticos -William Taylor, encargado de negocios de la embajada estadounidense en Kiev, y Gordon Sondland, el embajador ante la Unión Europea- discutieron el comunicado que Zelenski planeaba hacer sobre las investigaciones.
A partir de allí, los mensajes parecen sustentar las acusaciones de que el mandatario estadounidense retuvo ayuda militar a Ucrania para presionar a Zelenski. Al progresar las negociaciones, Sondland dijo en un texto que Trump "realmente quiere lo suministrable". El mismo día, Trump congeló 250 millones de dólares en ayuda militar a Ucrania. "Necesito hablar contigo", escribió Yermak a Volker, copiando en el mensaje un artículo periodístico sobre la retención de la ayuda. "Ahora decimos que la asistencia de seguridad y la reunión en la Casa Blanca están condicionadas a las investigaciones", escribió Taylor a Volker y Sondland. "Creo que es disparatado retener asistencia en seguridad a cambio de ayuda con una campaña electoral”, les respondió Volker.
El Ucraniagate se originó en una denuncia realizada en agosto por un integrante de los servicios secretos, del que se desconoce su identidad. Ese informante se enteró del contenido de una llamada telefónica realizada en julio en la que Trump instó a Zelenski a investigar a Biden, vicepresidente de Barack Obama. También pidió que avanzaran sobre su hijo, Hunter Biden, que fue directivo de una empresa de gas de Ucrania durante el mandato de su padre. Estas revelaciones llevaron a que legisladores demócratas en la Cámara de Representes, donde tienen mayoría, iniciaran una investigación que puede derivan en el juicio político contra el presidente norteamericano.
Desde Ucrania, el fiscal Ruslan Riaboshapka, aseguró que la reapertura de los casos relacionados con la empresa de gas Burisma, no se deben a ninguna presión política. “Ningún político extranjero o ucraniano me ha llamado o ha intentado influir en mis decisiones”, insistió. El funcionario subrayó que esos casos, alrededor de 15, no conciernen en principio al hijo de Biden, Hunter, que entró en 2014 en el consejo de administración de Burisma, según informó la cadena BBC.