Alberto Fernández visitó Chacabuco, donde hizo una defensa encendida de la educación pública. El candidato presidencial del Frente de Todos habló en un acto acompañado por ex titular de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, oriundo del distrito; el diputado Eduardo “Wado” De Pedro; y el ex ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo.
“No es fácil decirle a alguien de Chacabuco que se tiene que mudar a La Plata o a Buenos Aires para estudiar, eso es desarraigo”, dijo Fernández, quien reivindicó las universidades que florecieron en el país en los 12 años del kirchnerismo. “Los traslados implican gastos que muchas veces las familias no pueden afrontar, por eso digo que si la gente no puede ir a la universidad, es la universidad la que tiene que ir a la gente”, remarcó.
El ex jefe de Gabinete celebró la educación superior que “molesta a una gobernadora que cree que los jóvenes pobres no llegan a la universidad”, en alusión a María Eugenia Vidal. “Recorro el país, y en cada universidad que piso el 90 por ciento de los estudiantes son la primera generación de universitarios".
Fernández insistió en que “estamos en un tiempo en que el conocimiento es el que hace ricas a las sociedades”, y que aquellas que progresan son las que “producen ciencia y tecnología”, porque “no alcanza con tener petróleo si no se tiene la tecnología para sacarlo”.
Más adelante, lamentó la fuga de cerebros. “Cada vez que vemos un científico desalentado que deja el país, sufrimos, porque retrocedemos como país de cara al futuro”. Del mismo modo, se refirió a la educación básica, al decir que “cada chico que deja de estudiar es un chico sin futuro”, en un contexto en el que “el 60 por ciento de los chicos menores de 14 años del conurbano bonaerense son pobres, tenemos que trabajar por esos chicos”. También hizo una defensa del trabajo de los docentes al pedirles que “no bajen los brazos” porque “la educación pública fue la que hizo grande a la Argentina”.
En otro orden, insistió en que “el país tiene que volver a encender la economía que el macrismo apagó” y recordó que desde 2015 “cayeron el consumo y la actividad industrial, creció el hambre y el desempleo, y en vez de fábricas florecen comedores”, en un marco en que cierran 43 empresas por día.
Alberto Fernández adelantó, también, que el lunes hará "un llamado a la conciencia argentina: no me importa lo que piensa cada uno, nos tiene que dar vergüenza que este país se jacte de producir alimentos para 400 millones de personas y no pueda alimentar a 15 millones”.
El candidato del Frente de Todos señaló que la actual administración “ha construido un país en el que no se sabe cuánto se pagará de luz el próximo mes, porque dolarizaron las tarifas, pero nosotros cobramos en pesos y nos quitan las paritarias”. "No puede ser que los jubilados estén sumergidos en la pobreza y que dos tercios de su jubilación se les vayan en medicamentos”, agregó Fernández, quien se comprometió a “dejar de pagar los intereses usurarios de los bancos para darle esa plata a los jubilados”.
Por último dijo que “si llegamos al gobierno el 10 de diciembre, vamos a poner en marcha el país”. "Nos preocupa la justicia y la igualdad”, concluyó, antes de partir hacia Chivilcoy, el terruño de Randazzo.