Este cuento es la reescritura de uno de Gabriela Larralde que se llama “La cocina estaba azul” y que puede leerse en su libro Soluciones quirúrgicas. Leí el cuento de Gabriela a principios de 2016 e inmediatamente me dieron ganas de hacerle una versión. Son cosas que pasan. No me quejo. Todo el año estuve entrando y saliendo de esa nueva versión, anotando alguna frase, algún párrafo, como si el cuento pudiera, además de salir de otro cuento, escribirse solo. De hecho, pasó tanto tiempo entre la lectura inicial y la demorada escritura de mi versión, que olvidé por completo al cuento original. No sé, a esta altura, si en efecto se trata de una versión. Pero sí tengo que decir que un cuento sale del otro, y agradecerle a Gabriela la inspiración.
¿Alguien cree todavía en la inspiración? ¿O la fe del trabajo contamina toda la tierra del arte? No está mal ser romántico. Menos en estos tiempos. Sepanló: todavía hay escritores latinoamericanos que viven en buhardillas parisinas. Yo conozco a uno y mi admiración hacia él es total.