“Hoy comienza una nueva historia”. Esa era la frase que se leía en la inmensa pantalla blanca ubicada en el centro del predio central de La Rural, en donde ayer comenzó la Expo Cannabis. Apenas pasadas las tres de la tarde, el horario pautado para la conferencia inaugural, unas trescientas sillas estaban ocupadas frente a esa frase y a esa pantalla de la que colgaban plantas por todos lados. Un número aún mayor de personas los rodeaba de pie. Resultaban imposibles de clasificar en un grupo homogéneo: pibes con rastas hasta las rodillas, mujeres que ocultaban las consecuencias de la quimioterapia con pañuelos en sus cabezas, hombres con trajes ajustados ensimismados en sus teléfonos celulares, niños en sillas de ruedas, médicas y médicos con ambo, ancianos en ropa deportiva y otros con bastones entre sus manos, pibas de pañuelo verde y sonrisa resplandeciente, un gaucho con bombachas de campo y boina reglamentarias. Había para todos ellos un extraño denominador común: la marihuana.
“¡Necesito energía, necesito fuerza!”, gritó desencajado un prolijo presentador que subió corriendo al escenario. Recibió como respuesta un tímido aplauso y volvió a repetir la operación. “¡Todos los que estamos en este lugar emblemático no solo vinimos a informarnos y a divertirnos, somos los protagonistas de una nueva historia!” Entonces su público sí estalló en aplausos y le hizo llegar la energía que pedía. Enseguida explicó que no era para él, sino para las doce personas que estaban a punto de hablar; doce personas que tendrían menos de un minuto para explicar por qué una inmensa exposición acerca del cannabis --con más de 70 expositores-- había podido montarse en La Rural. “¿Alguien se imaginaba que algo así iba a llegar tan pronto?”, se preguntó antes de llamar a los doce invitados de honor que tendría la presentación de Expo Cannabis.
Los primeros en subir al escenario fueron los llamados “criadores de semillas”, aquellos que trabajan dentro de los bancos de semillas y que representaban, “en términos de la naturaleza”, al inicio del proceso. Mariano Dique --de Bigger Stronger Faster-- y Guillermo Martín --de Universal Growing-- recalcaron respectivamente que “este es el último paso para la legalización” y que “hoy estamos frente a dos padecimientos: el de las enfermedades que pueden ser tratadas con cannabis y el de la imposibilidad de conseguir la medicina”. Luego llegaría el turno de Damián Barone, dueño de la tienda Cultivo Urbano, una de los principales sponsors de la exposición: “Tenemos que seguir aprendiendo de la planta, que es perfecta, el problema somos nosotros”.
En medio de una compleja situación legal en la que todavía no se ha reglamentado la Ley de Cannabis Medicinal aprobada en marzo de 2017, la Expo Cannabis se abría también a la palabra la doctora María Celeste Romero y la abogada Gabriela Basalo. Las coordinadoras de los “Puntos de Acceso” explicaron cómo trabajaría equipo de más de 40 abogados y médicos para atender en esos espacios dedicados a esclarecer dudas legales y medicinales en torno al cannabis. Los siguientes en hablar fueron los científicos Susana Pasquare --“Esto es un éxito molecular y social”-- y Alejandro Andersson --“De acá nos vamos con la premisa de dar a conocer este universo que es la planta de cannabis”--. El siguiente turno fue para Nicolás Gerillo, el encargado de dar los talleres de cultivo durante las tres jornadas: “Queremos dejar de ir presos por cultivar, y esta expo nos lo va a permitir”.
A medida que avanzaba la presentación, lo que quedaba claro es que la Expo Cannabis no se trataba tanto de un evento sobre novedades cannábicas como sí de un enclave para profundizar el debate social en torno a la marihuana. Luego de la intervención del médico alemán Janosh Kratz --quien aclaró que el único debate en torno a la legalización del cannabis es “cómo y cuándo se hace"-- el cierre de la presentación terminó de tomar su profundo carácter político. Las intervenciones de Ana María Gamuri --fundadora y Directora de la Fundación Daya-- y Valeria Salech --cofundadora y líder de la ONG Mamá Cultiva-- fueron más allá. “Cuando se legalice el cultivo, lo que vamos a tener que evitar es que las transnacionales hagan su negocio con el dolor de la comunidad”, disparó Gazmuri, y luego Salech: “esto es una marcada de cancha en pleno año electoral. ¡Necesitamos un Estado que nos acompañe!”.
El último en hablar fue Sebastián Basalo, director de la revista THC --uno de los principales organizadores del evento--, quien agradeció a los más de 400 medios de comunicación que pusieron su foco en el evento y a las familias enteras que lo hicieron posible. “Ya no hay forma de frenar la despenalización del cultivo de marihuana --aseguró--. Ya no hay vuelta atrás”.