En más de un sentido se está ante la sensación de haber tocado una especie de fondo. La situación ya no puede empeorar más y esto se siente en los bolsillos de cada uno, pero también en la producción, el comercio, los servicios y -últimamente con más crudeza- en las finanzas estatales. A nivel provincial Miguel Lifschitz ya no cree en que el gobierno nacional cumpla con el último fallo de la Corte Suprema que le ordena compensar a las provincias por la modificación del IVA y de Ganancias que son dos de los rubros coparticipables de mayor gravitación. Fueron parte de las medidas tardías y de escaso impacto concreto de las muchas que el macrismo está tomando en campaña.

A nivel local, la intendenta Mónica Fein se entusiasmó con los anuncios de esta semana del ministro nacional de Transporte, Guillermo Dietrich sobre la restitución de parte de los subsidios al sistema de transporte urbano de pasajeros de Rosario. Pero en rigor, el funcionario no dijo ni cuánto ni cuándo. Si como todos creen Cambiemos se enfrenta a otra aplastante derrota el 27 de este mes; será difícil ver a los billetes llegando hasta los colectivos de la ciudad.

Nación ponía 100 millones de pesos por mes para el TUP local y luego los recortó a 37 millones. La diferencia debió ser compensada con fondos locales y provinciales. Con lo cual si Dietrich cumpliese con su palabra pero aportara sólo unos pocos millones más, la diferencia ni se notaría.

En materia de salud pública, los efectos de la crisis empiezan a notarse en cuestiones más que básicas. Por ejemplo, se apuntó la falta de papel higiénico en hospitales, medicamentos y hasta la comida para algunos médicos. En Rosario, el secretario del área Leonardo Caruana, apuntó que esta semana que ya son más de 40 mil las carpetas médicas que ingresaron al sistema público de salud de los cuales "el 87% corresponde a personas que perdieron la cobertura de la obra social porque fueron despedidos de sus empleos". Si se tiene en cuenta que el rubro representa el 25% del presupuesto total de la municipalidad, se entiende la cara de preocupación que tiene por estos días el intendente electo Pablo Javkin.

Andres Macera
La salud pública municipal se lleva el 25% del presupuesto. 

Con todo, el peronismo a punto de hacerse cargo del gobierno provincial, cree que con excepción de Rosario la salud pública de la gestión socialista "no tiene la excelencia que se subraya permanentemente", dijo un alto dirigente del PJ santafesino y apuntó principalmente a los Samco de localidades más pequeñas a los que "les falta de todo y no de ahora, sino de mucho tiempo atrás".

Rosario debe ser de las ciudades que más sufren las inclemencias de una crisis provocada por las políticas públicas nacionales. El hecho de no ser capital de provincial y por ende tener bajo nivel de empleo público, más el entramado pyme que la caracteriza; forman un combo que hasta ahora da como resultado casi 87 mil personas desempleadas sólo entre los límites de urbe.

"Seguimos lamentablemente perdiendo empleos industriales, lo cual nos preocupa mucho porque además del drama que representa para el trabajador que pierde su empleo, para las pymes genera una pérdida de capital humano muy difícil de revertir en el corto y mediano plazo", dijo esta semana Mariano Ferrazzini, protesorero de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe) que esta semana presentó números de terror para la actividad: Llevaría una década volver a los niveles productivos de 2010 si el rubro comenzara a crecer a un 3% anual desde ahora. El 70% de las ramas industriales de Santa Fe presenta caídas notorias respecto del mismo mes del año pasado.

 

Estas bajas catastróficas pueden registrarse también en el consumo de energía eléctrica, gas natural y combustibles líquidos que se utilizan para la producción. Santa Fe aporta en gran medida al "fuerte y homogéneo retroceso" en el consumo en los últimos 12 meses a nivel nacional, apuntados por el Instituto Argentino de la Energía (IAE) Según parece, los cambios políticos que se registrarán a nivel nacional, provincial y municipal; deberán valerse de todas las medidas que pueden empezar a revertir el camino de la pendiente permanente de los últimos años.