La situación política tiene a un gobierno “ido” (efectivamente, “Macri, ya fue”), y al ganador de las PASO transformado casi en “virtual gobierno en funciones”. Esta coyuntura inédita, a la vez, anticipa definiciones de gobierno del muy posiblemente futuro presidente. Esto permite entonces discutir lo que obviamente nos preocupa a todos: cómo superar la experiencia del macrismo. En definitiva, cómo superar el esquema basado en deuda y FMI, primarización económica, bloqueo de derechos políticos y reforzamiento neo-colonial.
En este punto, corresponde analizar las coordenadas que anticipa como orientación el candidato del Frente de Todos. Lo quiero hacer, a partir de respetar –y compartir– el profundo rechazo al macrismo de los votantes de ese espacio. Y a la vez, señalando el significado de algunas pistas que da Fernández. En primer lugar, deuda externa. El debate “táctico” sobre si “renegociar a la uruguaya o a la ucraniana”, francamente, es secundario, porque en todos los casos es pagar sin cuestionar el origen de esa usura y es ajustar sí o sí. Pagar deuda y crecer son categorías incompatibles. Tres anticipos más, que apuntamos como alerta: sostener privatizaciones, levantar como panacea Vaca Muerta y megaminería, intimar a “no protestar” y definir como “no prioritario” el aborto legal. Como claves, marcan un rumbo: servicios públicos como negocio, matriz económica primaria y dependiente (además de contaminante) y rechazo a una agenda feminista / disidente que instaló un gigantesco movimiento social en el país (y el mundo).
Nuestro planteo es otro, un programa opuesto al de Cambiemos. No en la forma o el estilo: en su contenido social y político. Frente a la deuda, suspender todo pago, investigar y auditar, con un recurso democrático elemental: consulta popular vinculante para decidir. Los servicios públicos tienen que volver a ser derechos sociales. No hay caminos intermedios: hay que reestatizar, pero con control social de trabajadores y usuarios. En la crisis hay que proteger el derecho a trabajar: prohibir por ley despidos y suspensiones. Es crucial para una reactivación global de la economía –además de volcar los recursos de la deuda–, reorganizar el sistema de impuestos: eliminar el IVA, el impuesto al salario y grabar renta financiera y corporaciones. Y claro, asegurar con coraje sin ceder al lobby clerical, todos los derechos que las mujeres y disidencias ya ganamos en las calles: aborto legal, ESI y Estado Laico.
Por todas estas causas es importante fortalecer a la izquierda votando en octubre al FIT-Unidad con Del Caño-Del Plá en la presidencia y para que ingresemos en el Congreso y legislaturas, Myriam Bregman, Alejandro Bodart, Vilma Ripoll y tantos otros. Y darle impulso a la izquierda en lugares de trabajo, estudio y barrios, acumulando fuerza social y política en respaldo de un mensaje: que esta vez –por una buena vez– la crisis la paguen los que la generaron, no el pueblo que trabaja.
* Celeste Fierro es dirigente del MST y candidata a diputada nacional de CABA por el FIT-Unidad.