Los que pasaron hambre explican fácil qué se siente: el hambre no te deja pensar en otra cosa. Solo pensás en comer.
El anuncio de una campaña contra el hambre por parte del Frente de Todos en la Facultad de Agronomía de la UBA, este lunes en la mañana, adelanta como sería una gestión de Alberto Fernández. Fue un acto electoral porque se celebró en plena disputa para las presidenciales del 27 de octubre. “Con Cristina representamos a los sectores que la están pasando mal”, dijo Alberto. Y al mismo tiempo buscó saltear imaginariamente el tiempo que falta hasta el 10 de diciembre y establecer, desde ya, un eje de gobierno: liquidar la hambruna de seis millones de personas. “La batalla más sensata que podemos hacer”, dijo Fernández.
En la plataforma del Frente de Todos entregada a la Justicia electoral figuraba una frase curiosa. “Comer no debe ser un privilegio sino un derecho”, decía. La curiosidad estaba en la historia. En el pasado electoral argentino las plataformas no hacían centro en el hambre del pueblo, quizás porque no era el principal problema masivo del país. Mauricio Macri lo consiguió y el Frente de Todos recogió el desafío.
Felipe Solá suele explicar qué es una prioridad de gestión de manera muy gráfica. Dice que es como poner un cartel en todas las áreas del Estado para recordar que cada medida atienda a esa prioridad. El recuerdo funcionaría, por supuesto, para evaluar si una política impacta de manera positiva en el eje marcado.
Daniel Arroyo, principal diseñador de “Argentina contra el hambre”, viene trabajando en un combo que debería cruzar la sociedad entera. Lo repitió con un tractor verde detrás. Hacer accesible la canasta básica de alimentos. Poner más dinero en el bolsillo de los indigentes y los pobres. Tarjeta de alimentos. Mayor consumo de lácteos en los chicos. Fomentar con velocidad y microcréditos el trabajo de quienes ejercen un oficio pero necesitan herramientas. Coordinar las iniciativas de agricultura familiar. Ley de góndolas. Acortar la cadena de valor para que la intermediación oligopólica pese menos que hoy. Aumentar las partidas. Articular con los movimientos sociales.
En diálogo con el Te Quiero de la AM750, el ex ministro de Salud Ginés González García agregó que la alimentación debe ser suficiente y saludable, porque la obesidad no es una epidemia de ricos.
Como objetivo, la lucha contra el hambre tiene ventajas políticas:
*Se entiende.
*Remite los valores al terreno de lo concreto.
*Permite discutir otros temas, desde la concentración hasta las finanzas, con una meta en la mano.
*Transparenta la verdadera grieta, que Ginés llamó “colapso”.
*Instala una barrera de necesidades básicas insatisfechas frente al empujón que podría pegar el Fondo Monetario en la discusión que se viene por la deuda.
*Es una forma indirecta de atacar los prejuicios contra supuestos choriplaneros y presuntos jubilados que cobran sin haber trabajado en su vida.
El candidato a Presidente contó que se encontró en España con Martín Caparrós y, tras conversar sobre el tema, leyó un libro de crónicas editado por el escritor en 2014. Se llama “El hambre” y en la introducción cuenta ésto: “Conocemos el hambre, estamos acostumbrados al hambre: sentimos hambre dos, tres veces al día. No hay nada más frecuente, más constante, más presente en nuestras vidas que el hambre —y, al mismo tiempo, para la mayoría de nosotros, nada más lejos que el hambre verdadero. Conocemos el hambre, estamos acostumbrados al hambre: sentimos hambre dos, tres veces al día. Pero entre ese hambre repetido, cotidiano, repetida y cotidianamente saciado que vivimos, y el hambre desesperante de quienes no pueden con él, hay un mundo. El hambre ha sido, desde siempre, la razón de cambios sociales, progresos técnicos, revoluciones, contrarrevoluciones. Nada ha influido más en la historia de la humanidad. Ninguna enfermedad, ninguna guerra ha matado más gente. Todavía, ninguna plaga es tan letal y, al mismo tiempo, tan evitable como el hambre. Yo no sabía”.
El 22 de julio Alberto Fernández prometió en Lomas de Zamora medicamentos gratis para los jubilados. Desde ese día, hace ya dos meses y medio, la agenda electoral nunca dejó de ser económica. Es que, con hambre, la Argentina no te deja pensar en otra cosa.