“Olvidémonos de todas las diferencias, nos tenemos que dar cuenta de que no podemos vivir en paz con semejante flagelo. Que nos conmueva la vergüenza de ver la miseria al lado nuestro”, dijo ayer Alberto Fernández en medio del césped de rodea la Facultad de Agronomía, donde por la mañana presentó el proyecto "Argentina contra el Hambre ".
El diputado Daniel Arroyo
lo precedió en el uso de la palabra y definió el plan del que está a cargo como “una política de estado” no sólo para un eventual mandato del candidato a presidente del Frente de Todos, “sino para los próximos cinco gobiernos”. Lo escuchaban empresarios, dirigentes políticos, sociales, eclesiásticos y de derechos humanos dispuestos a colaborar de la convocatoria a la creación de un consejo que dependa de la presidencia de la Nación para hacer el seguimiento de la iniciativa que tiene tres ejes centrales: el acceso a la canasta básica de alimentos, una política para erradicar la malnutrición y una articulación federal para trabajar de un modo distinto con todas las provincias y municipios.
La puesta de la presentación Argentina contra el Hambre fue al aire libre: los invitados a conocer los detalles de la convocatoria fueron llegando a las 10 de la mañana a la sede de la Facultad de Agronomía, en Chorroarín 280, y se acomodaron en las sillas de plástico, sobre el césped. El espectro de los convocados fue amplio: la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, el padre José María “Pepe” Di Paola, el director general de la empresa semillera Syngenta, Antonio Aracre (que se ofreció a donar el uno por ciento de su producción a la iniciativa), el candidato a jefe de Gobierno porteño del Frente de Todos, Matías Lammens, los jefes sindicales Héctor Daer y Hugo Yasky y los dirigentes sociales Emilio Pérsico, Juan Grabois y Juan Carlos Alderete, además de un grupo de intendentes. El acto marcó la reaparición en público de Gustavo Beliz, quien llegó junto al ex embajador Eduardo Valdés.
Fernández nombró especialmente a Grabois, con quienes algunos quieren enfrentarlo. “¿Dónde está Juan? ¿Está escondido?”, se preguntó antes de hablar de los proyectos que conversó con el dirigente de la CTEP para que que ninguna empresa ocupe más del 30 por ciento de las góndolas de manera de permitir una mayor competencia de precios. Fernández habló después de que Arroyo detallara la propuesta y lo primero que hizo fue señalar que la preocupación para terminar con el hambre es compartida con la senadora y candidata a vicepresidenta Cristina Kirchner. “Siempre hablamos con Cristina de a quiénes hay que representar desde la política y nosotros vamos a representar a los que la están pasando mal, a los que se quedaron sin trabajo”, dijo el candidato. Agregó que su obsesión de terminar con el hambre en la Argentina surgió después de leer un libro que el escritor y periodista Martín Caparrós le hizo llegar en España. “Me lo devoré. Uno sólo puede tener vergüenza después de leerlo porque la Argentina produce alimentos para 400 millones de personas y no puede ser que haya gente con hambre”, dijo.
La propuesta consiste en hacer una gran convocatoria al sector privado, universidades, dirigentes sociales y sindicatos para armar un consejo que dependa directamente de la presidencia de la Nación. Ese consejo va a hacer un seguimiento del plan Argentina contra el Hambre. El proyecto tiene tres ejes centrales: el acceso a la canasta básica de alimentos para que ninguna empresa tenga más del 30 por ciento de sus productos en las góndolas (la idea es aprobar cuanto antes una ley en ese sentido), una política nutricional para evaluar la calidad de los alimentos que consumen los niños --porque la malnutrición es un problema serio-- y el desarrollo de una política federal amplia para trabajar con todas las provincias y los municipios.
“No me importa de dónde vienen, no me importa cómo piensan. No podemos vivir en paz con semejante flagelo. Que nos conmueva la vergüenza de ver la miseria al lado nuestro”, dijo ayer Fernández al terminar el acto. El titular de la Coordinadora de la Industrias de Productos Alimenticios (COPAL), Daniel Funes de Rioja, había dicho más temprano que el sector empresario acompañará el plan y que ya tiene agendadas reuniones con Arroyo, quien planteó que Argentina contra el hambre es una política de Estado para los próximos cinco gobiernos. Funes de Rioja sugirió que las empresas alimentarias podrían colaborar con el uno por ciento de su producción, pero que eso deberá acordarse en una mesa que analice el impulso del mercado interno. El obispo de Quilmes y presidente de Cáritas. Héctor Tissera, fue de la partida y dijo a PáginaI12 que quedó conforme con la propuesta y que ya mantuvo reuniones con Arroyo.
A la salida de la facultad, una mujer vendía a 200 pesos remeras de diseño con frases políticas. En una, la cara de Fernández aparece con la leyenda “Andate a dormir vos”.