Fue un momento de encuentros, de alegrías compartidas, de orgullos no disimulados, un poco también de catarsis. Pero, sobre todo y en especial en algunas entregas, de emoción. Imposible que no apareciese cuando Nora Cortiñas, la gran "gladiadora", como ella misma definió a todas las Madres, subió a recibir el Premio de Honor por su trayectoria en derechos humanos, y repasó esa lucha sin sacarla del presente, bromeando sobre sus 89 años mientras blandía el bastón. O cuando el colectivo Historias Desobedientes fue reconocido por el paso histórico que dieron desde su lugar de hijos e hijas, al quebrar el silencio y romper los mandatos en familias de genocidas. O cuando les estudiantes del bachillerato trans popular Mocha Celis coparon el escenario para celebrar la gesta de la primera institución educativa del mundo fundada desde el paradigma de la diversidad, que avanza con fuerza a pesar de la falta de apoyo del Estado. O cuando Rita Segato (ovacionada como la anthropology star que es hoy) agradeció entre lágrimas. Fueron solo algunos de los muchos ejemplos de resistencia activa, colectiva y organizada reconocidos por los Premios Democracia. Y de los motivos para celebrar que dejó la 11° edición de estos premios, el lunes en el Centro Cultural Caras y Caretas.
Caras y Caretas comenzó a entregar los Premios Democracia en 2009, cuando se cumplieron 25 años de vida democrática ininterrumpida. Desde entonces, y con Raúl Alfonsín como primer presidente del jurado, el reconocimiento apunta a destacar la labor de “quienes sobresalen en sus actividades con honestidad, talento y compromiso con los valores democráticos y los destinos de nuestro país y América Latina”. Estela de Carlotto, la presidenta actual del jurado, también encarna este ideal. Al igual que los ternados en cada una de las categorías, que finalmente son decididas por el voto del público. Mientras iban subiendo al escenario para recibir su premio (una obra del orfebre Marcelo Toledo) y se repasaban sus historias (personales, pero que en todos los casos involucran lo colectivo), se comprendía la dimensión del reconocimiento.
"Aquí estamos, que no es poco en estos cuatro años, tal vez los más difíciles de esta democracia", marcó Víctor Santa María, titular del Grupo Octubre y secretario general del Suterh, en la bienvenida de la ceremonia. Se refirió también a los valores que destaca el premio, los de la democracia y los derechos humanos, como "dos pilares fundamentales por los que hoy seguimos luchando, con una profuna esperanza". Felipe Pigna, director de la revista Caras y Caretas, echó mano a su oficio de historiador para observar: "Si bien San Martín no dijo Sí, se puede, sí dijo: Animo, que para los hombres (y mujeres, agregamos) de coraje se han hecho las empresas", recordando al Libertador y su arenga por la Independencia. María Seoane, presidenta de Caras y Caretas, se refirió luego a un tercer pacto civilizatorio "además del de la educación pública, laica y gratuita, y el del Nunca Más. Es necesario un Nunca Más al liberalismo, porque nuestros países no pueden seguir oscilando para caer en periodos de desgracia", declaró.
Como ya es tradición en estos premios, las estatuillas fueron entregadas por ganadores y ganadoras de la edición anterior. Y así Nora Veiras, directora periodística de Página/12, fue quien le dio el galardón a Julia Mengolini, que lo recibió con su hijita Rita en brazos (que en parte se llama así por Rita Segato, contó), junto a los otros directores de radio Futuröck. "Lombardi nos dejó a todos sin trabajo, y sobre todo fue apagando voces. Crear esta radio fue un arrojo de voluntad y de valentía, que se concretó con una comunidad fuerte de oyentes que es la que sostiene la radio. Y la que va a permitir que el proyecto siga adelante, más allá de las gestiones de gobierno", relató la periodista. Angela Lerena también fue distinguida en la categoría "Periodismo audiovisual", y por su labor como "periodista deportiva, activista gremial, feminista y docente". En sus palabras se refirió a la cada precarización constante y creciente de los trabajadores de prensa, y dedicó su premio a tres de ellos, que murieron por enfermedades asociadas a ese contexto precarizado: Ernesto Rodríguez, Marcelo Rodríguez y Diego Paruelo. "No es justo que sobrevivir nos cueste la vida", denunció.
Otro colectivo reconocido fue el Grupo Ciencia y Técnica Argentina (CyTA), cuyos integrantes recibieron el premio desplegando un cartel que define una toma de postura: "Investigación y desarrollo por la inclusión". "A nosotros nos juntó Macri. Contrariando a Borges, nos une el amor y el espanto: el amor por la ciencia y la técnica como motores de un país autosustentable, justo y soberano. El espanto frente al recorte que ni bien asumió comenzó a ejecutar el gobierno de Cambiemos", sintentizó Ana Franchi, investigadora principal del Conicet y directora del Centro de Estudios Farmacológicos y Botánicos. Alberto Kornblihtt, Daniel Filmus, Juan Pablo Paz, Diego Hurtado, entre otros, subieron también a recibir un premio dedicado "a las y los jóvenes, que fueron los más perjudicados en estos 4 años". "Esta comunidad científica está movilizada, muy conciente del rol que debe jugar la ciencia y la técnica en el desarrollo de un país, para volver a decirles que la salida no es Ezeiza", aseguraron.
Litto Nebbia como personalidad destacada en música, Juan Carr como personalidad destacada de la Argentina, y en su figura a toda la Red Solidaria, Cristina Banegas por su labor al frente de El Excéntrico desde hace más de 30 años, Gabriela Cabezón Cámara en el rubro "Literatura" (recibió el premio de manos de Mariana Enríquez, periodista de este diario), Natalie Juncos como integrante de la Selección de Futbol Femenino, fueron otros de los que recibieron el premio, en una ceremonia conducida por Teté Coustarot y Eduardo Caími, y ante un teatro lleno en el que estuvieron presentes rectores de universidades nacionales, legisladores, representantes sindicales y de organismos de derechos humanos, personalidades de la cultura y las ciencias (la Madre de Plaza de Mayo Vera Jarach, la candidata a vicejefa de gobierno Gisela Marziotta, la actriz Leonor Manso, la abogada y militante por los derechos humanos Elizabeth Gómez Alcorta, el director de la 750 Eduardo Aliverti, entre otros). La cineasta brasileña Ana Petra Costa, directora del documental Al filo de la democracia, que muestra el escandaloso presente de su país (se puede ver en Netflix) fue distinguida como personalidad destacada de América Latina. Ausentes con aviso, fueron reconocidas también Marilina Bertoldi en el rubro "Música” y Nancy Duplaa en “Cine y televisión”.
Como a ellos, al colectivo Historias Desobedientes también los unió Macri, y la histórica movilización popular que generó el intento, finalmente frustrado, del 2 x 1 para las condenas de los preresores. "No es casual que este colectivo haya surgido en este gobierno negacionista", marcaron, y contaron que ya están en red con agrupaciones similares de Chile y de Alemania. La imagen de estos hijos e hijas que desobedecieron los mandatos de silencio y de impunidad, recibiendo el premio junto a sus hijos, entregado por Nelly Minyersky, una de las pioneras de la lucha por el aborto, legal, seguro y gratuito en Argentina, quedó como una postal conmovedora de la noche.
También la de los orgullos estudiantes y docentes del bachillerato popular trans popular Mocha Celis, que funciona en la Mutual Sentimiento de Chacarita. Recibieron el premio de mano de maestros y maestras de la escuela 49 de Moreno, "la escuela de Sandra y Rubén", reconocida el año pasado. Contaron que funcionan sin financiamiento, colectivamente, y que están atravesando "una situación crítica". Pero sobre todo celebraron lo logrado, que no es poco: torcer el destino socialmente impuesto como único para las personas travestis y trans, a través de la educación. Y hacerlo, además, incluyendo a otros y otras, a los excluidos en el más amplio sentido: "Desde nuestra ientidad invitamos a participar del paradigma de la diversidad", explicaron.
"La gente me saluda por la calle y yo pienso: ¡Qué gran malentendido"!, comenzó bromeando Rita Segato al recibir su premio. Terminó emocionada: "Esta es mi vuelta al país y hoy siento que aquí, en mi lugar, mi gente me recibe con los brazos abiertos", agradeció. "Fuimos las primeras feministas en la Plaza de Mayo", aseguró Nora Cortiñas, en el final de la ceremonia. Habló del pasado, del presente, y de lo que resta por hacer. Y junto a todos los presentes gritó, como siempre, por los 30.000.