Un video publicado este martes expuso cómo barras bravas de Independiente, con Pablo "Bebote" Álvarez y un niño a la cabeza, ingresaron el 5 de marzo de 2012 al despacho del por entonces presidente del club, Javier Cantero, y lo amedrentaron.
En la filmación se observa claramente cómo en primera instancia el líder de la barra entra a la sede de Avenida Mitre, donde no había presencia policial. Con el correr de los minutos, van arribando otros miembros de la barra, hasta llegar a aproximadamente 20 personas.
Lo curioso es que en las imágenes se ve a un niño, algo que explicó Cantero. "Se movieron así para demostrarle a la policía o a la Justicia que fue algo familiar y que no iban a amedrentar al presidente", interpretó el dirigente en declaraciones al canal TyC Sports, que también dio a conocer el video.
"A Bebote nadie le decía nada, era como el dueño de la situación. Traía una lista de pedidos: sobre todo quería guardar las banderas en otro predio porque yo no las quería dentro del club. Le dije que se las llevara y que se tenía que hacer cargo de trasladarlas porque era una gran cantidad de metros cuadrados, todos apretujados, y ahí podían guardar armas, droga o hasta un muerto. Esas banderas eran incontrolables", dijo Cantero.
Tras ingresar al despacho, Bebote se colocó al lado de Cantero y dejó una vacía al lado del dirigente. Mientras el barra y el ex presidente discutían de manera tensa, había tres personas en la puerta de la sede que hacían de "campana".
"Además de las banderas, me pedía pedía entradas y plata para los viajes. La discusión fue fuerte, le dije que era un cagador hijo de puta. El me contaba que cuidaba a los hinchas cada vez que el equipo jugaba de visitante. Los otros que estaban en la mesa me mostraban sus carnés de socios y reprochaban mi forma de dirigirme hacia ellos", recordó Cantero.
El momento de máxima tensión se produjo cuando la última persona que había ingresado, que se colocó a la izquierda de Cantero, se paró dos veces y para decirle algo en la cara al directivo. "Parecía todo guionado. Bebote era como el policía bueno y la otra persona, el malo. Quería que cayera en el síndrome de Estocolmo. Si hago un resumen, Bebote me decía que el club era de ellos y que yo iba en contra del sistema. Me dijeron que me iba a ir mal y que mi presencia no perduraría en el tiempo pero que la de ellos sí", enfatizó.
Once minutos después, la policía y el jefe de seguridad de Independiente ingresaron a la sede y al despacho, pero nunca interfirieron en la discusión. Una vez finalizado el tenso diálogo entre "Bebote" y Cantero, el barra dio la orden de que todos se retiren y deja la lista de pretensiones sobre la mesa, en un encuentro que duró cerca de 18 minutos.
Días después del hecho, Cantero los colocó en el derecho de admisión. En ese entonces, la potestad de colocarlos en las listas era de los clubes y no del Estado, como ocurre en la actualidad.