Fue una excarcelación express, los jueces la firmaron a las 18 y a las 19 los guardias abrían el portón de Marcos Paz, sus compañeros no llegaron a tiempo así que el ex preso político se tomó el colectivo. "Me estoy adaptando de a poco a la libertad, el encierro a uno lo intimida, pero ya vamos agarrando confianza, es impresionante el nivel de aumento de precios, mejor seguir adentro", bromea Daniel Ruiz en diálogo con PáginaI12.
Luego de casi trece meses detenido en la cárcel de Marcos Paz, imputado por supuestas lesiones a un policía durante la represión de diciembre de 2017 a la manifestación contra la reforma previsional, este obrero del petróleo y militante del PSTU (Partido Socialista de los Trabajadores Unificado) resume que su encarcelamiento fue político, "un mensaje a la lucha de los trabajadores, al constante reclamo de diferentes sectores obreros y populares e incluso sectores medios. Si miro para atrás ese intento no pudo ser, mi detención no generó el efecto de miedo que pretendían, en esa pelea global del Gobierno y Patricia Bullrich y su doctrina Chocobar fracasaron en los votos, en la economía y en el conjunto de la sociedad que rechaza esa forma de gobernar". Ruiz destaca que el 57 por ciento de los presos no tienen condena, reitera su compromiso de continuar reclamando por la situación carcelaria y agradece "a toda la gente que colaboró en la campaña por mi libertad, mi partido, mi familia y a la red sindical internacional que presionó en 20 embajadas".
--¿Cómo fueron los días en el pabellón?
--Primero hubo temor pero empecé a tejer lazos por la situación conjunta de encierro. Hace 20 años se construyó Marcos Paz, las condiciones edilicias son deplorables, hay sobrepoblación y la situación de repudio hacia el gobierno empieza a generar organización. Estando preso hacía asambleas, eso me hizo sentir vivo, agradezco a mis compañeros. Tuvimos pequeños logros que para nosotros fueron grandes.
--¿Cuáles?
--Que se pinte todo el pabellón, instalaciones eléctricas, cocinas y bachas; el patio ahora está abierto de 9 a 18, pusieron arcos para jugar al fútbol, y logramos que más de la mitad pueda trabajar, en marzo solo trabajaban ocho, ahora son 26. Pusieron mobiliario para el sector de visita, e insumos para educación para poder terminar la primaria, la secundaria y también para los de la universidad. Siempre queremos la libertad, y por la lucha de todos en medio de la emergencia carcelaria vino la jueza de ejecución tres veces, por nuestras denuncias con organismos de derechos humanos y la comision de cárceles de Diputados, se logró que fueran más flexibles para conseguir la libertad. Organizados conseguimos mejoras y también la libertad. Antes de salir nos juntamos en el pabellón y ratificamos la idea de seguir organizados, mi compromiso de ayudarlos desde afuera, y quiero agradecer a organizaciones y sindicatos que donaron alimentos para los compañeros que no los reciben, y así no depender de la bandeja del Servicio Penitenciario. Fui parte de algo que es genuino, la organización de los presos, que tenemos derechos, desde ahí se puede construir una nueva sociedad.
--En junio relató que cocinaban ustedes porque la comida de la cárcel venía con suero para las personas que están en abstinencia. ¿Cuál fue el peor momento?
--Los primeros días en un penal hasta que la familia pueden tener contacto con vos no tenés nada, te quitan el abrigo, si no hay solidaridad en el pabellón no se puede hablar por teléfono, quedás incomunicado. El encierro genera situaciones de violencia, pensé que podía ser grave pero lo supe sobrellevar. El pueblo argentino, como lucha tanto, nace del común hacer asambleas y organizarse. Hay que saludar esa tradición, en las peores hambrunas hubo asambleas populares y de piqueteros. En situaciones extremas, queda la llama para que surja con horizontes claros. El petitorio firmado por todos en el pabellón da una fuerza muy genuina, para mí y para el conjunto.
--¿Ahora la campaña es por su absolución? ¿Por qué lo liberaron en este momento?
--El jueves a las 10 en el tribunal me van a decir las condiciones de mi libertad, los permisos para mis movimientos. Hay una situación política general de repudio a una forma de gobernar y de hacer justicia, no se puede sostener más lo que hace cuatro años quiso implementar este gobierno, con parámetros contrarios al Estado de derecho, acá estamos todos presos sin juicio, el preso tiene que demostrar su inocencia. En las marchas se le dijo que no, y eso de una u otra manera se reflejó en mi situación, porque son los mismos fiscales y los mismos jueces que hace un año me dijeron que estaba muy bien preso, y ahora me dicen que se revea. Ni eran tan malos antes, ni son tan buenos ahora, por eso mi libertad es producto de la movilización, un sentimiento de la sociedad y la lucha de los trabajadores.
--¿Cuál es su prioridad ahora?
--Recuperar el tiempo con mis afectos, mi hija. Mi familia no es militante y se metieron en este baile, me acompañaron igual. Quiero compensarlos por ese malestar. Se movieron 2 mil kilómetros y se pidieron días en el laburo para verme. Los trece meses que estuve preso no me los va a devolver nadie, ahora quiero devolver el cariño que me dieron mi familia y amigos. Por el juicio tengo que estar acá, pero mis afectos están en Comodoro Rivadavia, quiero estar en mi barrio Floresta donde nací y luché toda mi vida.
--Usted dijo que era un rehén para que apareciera Sebastián Romero, su compañero del partido que está profugo en la causa. ¿Sigue pensando eso?
--Es así, de hecho (la sala I de la Cámara de) Casación está diciendo que estuve mal detenido, queda claro que era un mensaje para hostigar a Romero y empujarlo para que se entregue. Hoy el Gobierno no tiene la fuerza para imponer ese estilo, en el juicio vamos a demostrar que todo esto estuvo viciado de arbitrariedades, tendrán que hacerse cargo el juez (Sergio) Torres, la fiscalía de instrucción y el Tribunal 3.
--¿Cómo ve su futuro laboral y político?
--Creo que hay un punto de inflexión en la clase trabajadora porque seguramente se van a repetir los resultados de las PASO, le han dado un voto de confianza a la fórmula Fernández-Fernández pero la crisis va a seguir. En ese sentido se vienen nuevos desafíos, y en ese marco sin quererlo, porque nunca quise ser referencia de nada, soy un soldado del movimiento, daré apoyo para que nuevas camadas de luchadores, jóvenes y mujeres puedan ser cabeza de una alternativa. Mi experiencia mala o buena puede servir. Me gustaría volver a los equipos de torre, con mis compañeros doce horas en los pozos de petróleo, y terminar con la adenda que es la reforma laboral en los yacimientos que ha dejado tantos accidentes, contaminación y muertes.
--¿El encierro puede atraerle votos, dado que es candidato del FIT-U en Chubut?
--En las PASO sacamos el 4 por ciento, ahora que estoy libre quizás pueda reafirmar la campaña, pero mi candidatura está al servicio de las luchas, hoy cortan docentes y padres la entrada a los yacimientos, el conflicto estatal va por la semana 14.
--Mientras estaba detenido, Chubut se prendió fuego.
--Justamente se prendió fuego porque la ley contra la que me manifesté, que es la reforma de las jubilaciones, en mi provincia aceleró las jubilaciones anticipadas del sector petrolero. Ese mismo día firmó el acuerdo fiscal, el gobierno de Arcioni llevó a la quiebra la provincia, además de la mala administración de él y Das Neves con hechos de corrupción. Mi manifestación era porque esa reforma condiciona a miles de personas, los pensionados, los veteranos de guerra y los que reciben la Asignación Universal.