La empresa Loma Negra anunció el cierre de su planta de Sierras Bayas, en Olavarría. Se trata de la primera fábrica de cemento del país, ubicada en Sierras Bayas, donde desde 2001 la firma tenía sus operaciones de molienda y embolsado de cementos especiales. La planta fue fundada en febrero de 1919 y perteneció a Cemento San Martín hasta que en 1992 fue comprada por Loma Negra, firma adquirida en 2005 por InterCement, filial de la brasileña Camargo Correa. En 2017 llegó a tener 100 operarios, pero actualmente solo quedaban 22.
La firma ya no producía cemento, estaba dedicada a la molienda y embolsado de cementos especiales, y había comenzado a desprenderse de sus operarios en 2018 por goteo, por lo que en el final de las operaciones quedaban solo 22 trabajadores en relación de dependencia, a quienes se le suman otros 23 que prestan servicios de manera tercerizada. Alejandro Santillán, de la Asociación Obrera Minera Argentina (Aoma), dijo en una rueda de prensa que el cierre de la planta se veía venir desde hace varios meses pero la firma controladora no lo hacía público. "Nos prometieron que no habrá despidos y todos se podrán reubicar", agregó.
Esta cementera está ubicada en Sierras Bayas, una localidad del partido de Olavarría, en la que viven unas 7.000 personas: el 11 de febrero de 1919 se fabricó allí la primera bolsa de cemento portland. El sindicalista comentó que Aoma está trabajando con otras empresas cementeras para intentar ubicar a los 22 operarios despedidos por Loma Negra, para sostener las fuentes de empleo en una ciudad en la que ya cerraron varias empresas en los últimos meses.
Voceros de la compañía dijeron a la prensa que el cierre se decidió porque la planta estaba operando por debajo de los niveles de producción que requería para ser sustentable y señalaron además que las instalaciones requerían de fuertes inversiones para la actualización tecnológica. Luego de la transitoria reversión observada en julio, en agosto el consumo de cemento volvió a la senda negativa en la Argentina con una caída del 6 por ciento interanual, ubicándose en niveles similares a los de febrero de 2016. Según un informe del Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (IERIC), la caída registrada en agosto afectó tanto al consumo realizado a granel como al efectuado en bolsa. Así, mientras que el consumo a granel experimentó una baja del 5,4 por ciento interanual, la del consumo en bolsa fue del 6,5 por ciento, por la recesión económica y la baja de obras públicas a cuenta del ajuste fiscal.
La historia
En la década del 20, Alfredo Fortabat descubre la presencia de piedra caliza, materia prima fundamental para la elaboración de cemento. El 5 de agosto de 1926 funda Loma Negra y comienza a construir una planta con capacidad para 110.000 toneladas anuales. En las décadas siguientes fue agregando hornos, molinos y tecnología para incrementar continuamente su capacidad de producción.
En 1937 se instaló en Frías, Santiago del Estero, una fábrica que llevó al centro y norte del país la marca Loma Negra. La fábrica de Barker, en Benito Juárez, comenzó a producir en 1956. Ocho años más tarde se buscó llegar al mercado cuyano y para ello se instaló una fábrica en las proximidades de la ciudad de San Juan. A ella le siguió la de Zapala, en Neuquén, en 1969, para extenderse hacia la Patagonia y consolidar la presencia de Loma Negra en todo el país. En 1980 se construyó una planta en El Alto, provincia de Catamarca.
Las fábricas de Sierras Bayas y la planta de molienda de Paraná se incorporaron a Loma Negra con la adquisición de la compañía Cemento San Martín en 1992. Durante 1996 se comenzó a construir en Ramallo, provincia de Buenos Aires, una planta de molienda de cemento con adición de escoria de alto horno que comenzó a producir en 1999.
En julio de 2005, en medio de una grave crisis por el elevado nivel de endeudamiento de la firma y dificultades por el manejo familiar de la compañía se llevó a cabo la venta de Loma Negra a la empresa de capitales brasileños Camargo Correa. La operación fue por 1025 millones de dólares, monto que incluía también la deuda del grupo y sus subsidiarias calculada en 200 millones de dólares. Así, el grupo brasileño pasó a controlar las nueve unidades fabriles que la empresa poseía entonces en el país (Sierras Bayas, Olavarría, Backer, San Juan, Zapala, El Alto en Catamarca, Ramallo, LomaSer en Cañuelas y L’Amali, también en Olavarría), además de seis plantas de hormigón y la filial de la compañía en Montevideo. Dentro del paquete de compra de Loma Negra, la compañía brasileña también obtuvo la concesión del ferrocarril de carga Ferrosur de la línea Roca.