La intendencia de Villa Gobernador Gálvez denunció ayer en Fiscalía el robo sufrido en las dependencias de la secretaría de Salud de 191 frascos de ketamina, un medicamento que usan los médicos veterinarios para intervenciones quirúrgicas y que se utiliza como sustituto del éxtasis por ser mucho más barato. Ante la sospechas de que el hecho fue concretado por personas que conocen los movimientos de las oficinas, que fueron mudadas hace pocos meses, también se inició un sumario administrativo interno. "Es alguien que sabía dónde estaba el producto, cómo acceder y colocarlo en el mercado, es lo que se va a investigar", señaló el intendente Alberto Ricci, quien explicó que el medicamento sustraído es utilizado en el móvil quirúrgico veterinario y que cada frasco cuesta alrededor de 500 pesos.
Los frascos de ketamina líquida estaban en un armario del despacho de la secretaria de Salud, Marisa Bernal, quien fue electa concejal en las pasadas elecciones en Villa Gobernador Gálvez. Las oficinas de la repartición se habían mudado a un nuevo edificio hace tres meses, pero el sistema de alarmas y cámaras se instalaron hace 10 días. El último retiro del medicamento fue a mediados de setiembre, motivo por el cual no pudieron determinar la fecha precisa del robo.
En diálogo con Rosario/12, Ricci contó que el pasado lunes se enteró de la sustracción: "Vino la secretaria a decirme que faltaban 191 frascos de dos lotes de ketamina del armario principal de ella. Lo que quedaron fueron las cajas vacías, no había violencia, por eso sospechamos de alguien que conoce los movimientos de adentro", indicó el intendente.
"No es una sustancia de fiesta, produce rigidez muscular y si se suma consumo del alcohol, puede traer riesgo de vida". Silvia Inchaurraga.
"Es doloroso cuando de adentro mismo sufrimos robos, ya sean 20 litros de gasoil o una resma de papel, acá estamos hablando de un número grande", apuntó Ricci. La intendencia realizó de inmediato la denuncia del hurto en Fiscalía. "No sabemos si la va a pasar a la justicia provincial o federal por el tipo de producto que robaron, que no solo se puede usar como anestésico si no también como estupefaciente, tiene dos canales de ventas, y el valor es alto", planteó.
Sobre el consumo problemático de drogas en la vecina localidad, el intendente dijo que "no está lejos de la realidad de cualquier ciudad, la problemática es bastante grande". Ricci destacó que desde el municipio abordan la contención de los jóvenes con distintos programas, pero "el consumo lamentablemente está".
La ketamina, en dosis bajas, es un sedante del sistema nervioso central que también es utilizado como anestésico general para las intervenciones quirúrgicas. A medida que se incrementa la dosis se convierte en anestésico disociativo. "Tiene la particularidad de generar la sensación de la separación de la mente del cuerpo. Aquel que la consume; de alguna manera, por ese mismo efecto la utiliza como un sustituto del éxtasis porque es mucho más barato", explicaba en una campaña realizada hace varios años la referente de la Asociación de Reducción de Daños de Argentina (Arda) y directora del Centro de Estudios Avanzados en Drogadependencias y Sida de la UNR (Ceads), Silvia Inchaurraga.
"Con un frasco de ketamina hay dosis para todo un grupo al mismo precio que una pastilla de éxtasis. Pero no es una sustancia de fiesta, produce rigidez muscular, que produce riesgos vinculados al baile, y si le sumamos el consumo del alcohol que potencia estos efectos, pueden ser drogas que están asociadas a un riesgo de vida", alertaba la especialista y aclaró que sólo la clase media consume estas sustancias, también lo hacen los sectores más vulnerables.
En el folleto que Arda distribuye en fiestas electrónicas, advierten que la ketamina "tiene efectos psicodélicos muy potentes, puede ocasionar ataques de pánico, crisis de angustia, depresión y hasta inconciencia. Por ser un anestésico, reduce la respuesta al dolor, por lo que corrés el riesgo de no reaccionar frente a heridas que pueden ser graves. Es mucho más potente que otras drogas".
