Con más arengas que definiciones o propuestas, pasó la gira #Sisepuede por Salta, en la que Mauricio Macri acompañado por sus referentes locales, con el senador Juan Carlos Romero a la cabeza, ocuparon el escenario frente a unas 4 mil personas desparramadas alrededor del monumento a Güemes, plena zona residencial de clase media alta.

Desde temprano los parlantes hacían sonar canciones de cancha reconvertidas en cantitos de campaña, “Mauricio lo da vuelta, Pichetto lo da vuelta” o “Vamos Mauricio cada vez te quiero mas”.

A medida que fue llegando la gente empezó a desplegar carteles con las consignas habituales de la gira: “Sí se puede”, “No estás solo”, “No nos rendimos”, “Yo lo voto a Mauricio”, “Mano dura”.

El acto, que debía comenzar a las 18.30, se retrasó más de media hora, Macri demoró en una reunión con un grupo de docentes premiadas a nivel nacional, luego de llegar desde Chicoana donde visitó obras realizadas con fondos nacionales. 

Estas actividades oficiales, por fuera del proselitismo de la marcha, quizás justificaron el uso del avión y el helicóptero presidencial en el que se manejó el Presidente por la provincia.

La demora en el inicio del ritual macrista favoreció una de las pocas reactivaciones económicas de su ciclo: la venta de helados, pañuelos amarillos a $100 y las banderas del "sí se puede", sirvieron para que una decena de vendedores ambulantes salvaran el día.

Para calmar la impaciencia, el locutor del evento cada tanto decía en el micrófono alguna consigna al público. Haciendo uso de la redituable grieta gritó: “Nosotros somos diferentes, somos libres, somos independientes, aguantamos a nuestro presidente”. Y después dio con el tono en el que se manejaría el show, con un intercambio entre locutor y público: “¿A alguno de ustedes lo obligaron a venir?", "nooo", contestaba la gente. "¿Todos vinieron porque querían?", "síííí", fue la respuesta. "¿Porque creen que se puede?", "Sí se puede, sí se puede", completó el público. 

Saludos y blooper

Macri arrancó con su discurso declarando su amor a los salteños y “para felicitarlos por estar aquí, vinieron a defender sus convicciones, ustedes no están solos”.

Después el Presidente comenzó con un repaso de los que estaban en el acto. “Vinieron de Güemes, Tartagal presente, Lomas de Buenos Aires presente, Orán, Catamarca, Rosario de la Frentera (sic)”

Allí tuvo el blooper de la jornada cuando saludó a la localidad de “San Martín de los Ríos”, quizás confundido por un cartel que decía el nombre de Martín de los Ríos, diputado provincial y uno de los referentes del PRO en Salta, que sobre el escenario, a metros de Macri, se reía de la situación.

Inmediatamente comenzó un diálogo con la tribuna, que envidiaría el propio Silvio Soldán cuando conducía el legendario “Feliz Domingo”: “Nos une la honestidad”, "sííííí"; “Nos une amar”, "sííííí"; “Querer construir, respetar al otro”, "sííí", le seguían respondiendo disciplinadamente a cada una de las consignas que tiraba el candidato.

Luego lanzó lo único parecido a una autocrítica: “Hace dos años decidimos jugarnos por el cambio, ser parte de la solución, juntos empezamos a resolver muchos problemas que arrastramos desde hace décadas, sabemos que no es fácil y que no está siendo fácil, sobre todo desde abril del año pasado, y sé que el mayor peso cayó sobre ustedes, la clase media. Los escuché y tomé nota, sé lo que es no llegar a fin de mes, el agobio, pero todos lo que hemos hecho no ha sido en vano”.

Y como para matizar lo malo, lanzó un esperanzador panorama: “Estamos parados sobre bases más sólidas, ahora viene el crecimiento, el trabajo, la mejora del salario. No son palabras, está basado en hechos, como ahora cuando vemos que nuestros hijos tienen internet en las escuelas rurales”.

Luego retomó el tema de agenda de las últimas horas, “hemos revertido años de desidia, de abandono, con el operativo frontera norte recuperamos la frontera para echar al narcotráfico. No a la droga. No hay moral ni necesidad que justifique vender droga”. 

Pedir un tiempo

“Entiendo que tres años y medio no es tiempo suficiente para resolver las cosas. Nos tenemos que dar un tiempo más. Como me pasó en Boca y en la ciudad de Buenos Aires. Cuando nos tomamos ese tiempo resolvimos todos los problemas, y eso vamos a hacer, diciéndonos la verdad, en equipo, con honestidad”, expresó Macri, al pedir el voto una vez más.

Y lanzó una cruzada épica: “Este no es cualquier octubre, va a ser uno inolvidable, que vamos a recordar por siempre. Cuando nuestros hijos y nietos nos pregunten dónde estabas en el octubre de 2019, ¿qué vamos a decir? Que estábamos haciendo...”, la gente completó la frase con “Patria”, pero el Presidente los corrigió: “Historia, estábamos haciendo historia, cambiando la Argentina para siempre, para siempre, para siempre, por que sí se puede”. 

Instrucciones para ganar 

Macri dejó cuatro tips a sus seguidores. El primero, convertir toda la energía en acción para convencer a los conocidos que no lo votaron en agosto. 

Lo segundo, fiscalizar la elección. Tercero, militar en las redes sociales y por último, llevar toda la gente posible a votar “incluido ese tío cansado”.

El acto terminó con el Presidente pidiendo a los asistentes que se vuelvan a casa tranquilos, “en paz, cuidando al otro, sin apurarse, llevándose todos los papelitos, venimos por amor, porque quisimos, nadie nos trajo. Los amo salteños queridos, fuerza”. 

Radicales macristas, Romero el caos y la grieta 

El acto se inició con las palabras de Miguel Nanni, diputado nacional radical, y candidato a renovar la banca con Cambiemos, además de compañero de fórmula como vicegobernador de Alfredo Olmedo en la elección provincial.

Arrancó expresando que en el acto “se palpita la patria” y después se cargó al panteón radical ubicándolo dentro del macrismo: “Leandro Alem le estaría diciendo, con su fuego revolucionario, que sí se puede”, y en la misma línea ubicó a Yrigoyen e Illia.

Luego fue el turno de Juan Carlos Romero, que advirtió que “se puede evitar que vuelva el caos, el desorden, la violencia. Hay dos concepciones de país y nosotros no queremos eso, el kirchnerismo no va a volver. No van a volver”, lo que llevó al público a gritar “nunca más, nunca más”.

"Están asustando a la gente con la amenaza de liberar a los que están en prisión, presionar jueces, reformar la Constitución. Quieren venir por todos y no lo vamos a dejar”, sembró miedo el candidato a senador de Cambiemos.