Nuevos enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y organizaciones indígenas en Quito, durante el noveno día de protestas contra el ajuste del presidente Lenín Moreno. Miles de manifestantes rodearon el Congreso de Ecuador, resguardado por un cordón policial. En los alrededores al recinto legislativo, la policía continuó reprimiendo con balas de goma y gases lacrimógenos, aún en la “zona de protección" que pactaron organizaciones y gobierno. La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), la principal convocante, envió al gobierno una carta con condiciones para abrir el diálogo. Moreno les respondió que está dispuesto a conversar sobre la quita de subsidios.
La represión a cargo de policías y militares comenzó cerca del mediodía cuando miles de manifestantes se aproximaron a la colina sobre la que se encuentra el Poder Legislativo. La marcha salió del llamado Parque del Arbolito, situado a unos trescientos metros de la Asamblea, y que ha sido desde el pasado lunes el centro de reuniones de los manifestantes liderados por la Conaie . En primera fila, algunas mujeres con ramas y banderas de Ecuador, avanzaban al grito de "Fuera Moreno, fuera". Ya cerca de la Asamblea, los manifestantes entonaron el himno, mientras mantenían las manos en alto para que los policías notaran que llegaban en paz. El grupo de mujeres que encabezó la movilización coreaba "no más muertes, no más muertes". Desde que se iniciaron las protestas se registran cinco muertos, 1070 detenidos y más de 600 heridos, de acuerdo a los datos que dio la Defensoría del Pueblo de Ecuador, hasta la jornada del jueves.
Ante la presencia de un cerco policial, lo manifestantes permanecieron frente a la Asamblea Nacional. En las calles aledañas se armaron barricadas para detener la persecución policial. "Este paquetazo que se vaya abajo porque el pueblo está indignado. La clase media para abajo, los más pobres, son los que más sufrimos con todo esto", dijo José Farinango, un dirigente indígena que representa a la provincia de Pichincha, cuya capital es Quito. En los alrededores se registraron escenas de persecución por parte las fuerzas de seguridad, que llegaron hasta la denominada zona “zona de protección”, ubicada al norte de Quito. En este lugar hay varias universidades y hospitales donde se alojaron las comunidades indígenas, muchas de las cuales tuvieron que abandonar sus carpas tras ser desalojados por la policía. Según habían pautado organizaciones y gobierno, esa sería una zona de libre circulación y sin policías. Pero a primeras horas de la tarde se vieron las primeras corridas. El gas lacrimógeno llegó hasta la Maternidad Isidro Ayora, donde médicos y bomberos improvisaron un grupo de rechazo para evitar el ingreso de fuerzas de seguridad.
Se vivieron escenas de máxima tensión cuando la multitud estuvo cara a cara con las fuerzas de seguridad que cercaron la Asamblea. Daba la sensación de que de un momento a otro podían forzar el ingreso al edificio legislativo. Durante la jornada llegaron agrupaciones indígenas de la Amazonia ecuatoriana, identificables por sus lanzas. "Tiene que escuchar el Gobierno, si no quiere escuchar, ya tiene que irse a la casa", dijo Domingo Tan, perteneciente a la nacionalidad Shuar, de la provincia amazónica de Pastaza. Otro miembro de su comunidad comentó que tras caminar desde el interior de su provincia llegaron a la ciudad del Puyo, donde se quedaron una semana. Como no encontraron respuestas del Gobierno, se desplazaron a Quito. Varias provincias continúan paralizadas en protestas que se extienden por todo el país.
Desde la Conaie informaron que el jueves enviaron al gobierno una carta con condiciones para iniciar el diálogo. Pidieron que el gobierno derogue el decreto 883, que eliminó el subsidio a los combustibles, según informó el presidente de la Conaie Jaime Vargas. Además pidieron que se pare con la represión, que ya causó la muerte de dos miembros de comunidades indígenas. También la renuncia de la Ministra de Gobierno, María Paula Romo, y el Ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín. “Son los que están asesinando al pueblo”, sostuvo Vargas entrevistado por el sitio El Comercio.
Por su parte Lenín Moreno publicó un video convocando al diálogo directo con las organizaciones indígenas y sus bases. “Sentémonos a conversar. Dialoguemos sobre el decreto 883. Hablemos de a dónde deben dirigirse sus recursos. Y asegurémonos de que vayan a quienes más los necesitan”, manifestó el presidente ecuatoriano. Con tono enfático y conciliador pidió resolver los problemas del país para volver a la calma. “Pongamos en nuestras manos la solución de las diferencias (…). Qué el país sepa que tenemos la voluntad del diálogo. Pues aquí está la mía”, concluyó. Moreno continúa gobernando desde Guayaquil, a donde trasladó la sede de gobierno el lunes pasado. Recibió el apoyo del Secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo. "Reconocemos las decisiones difíciles tomadas por el gobierno de Ecuador para (...) promover un crecimiento económico duradero", sostuvo Pompeo.
La crisis se desató en Ecuador hace diez días, cuando Lenín Moreno firmó un decreto en el que eliminó subsidios a los combustibles. De esta manera produjo una liberación de precios que los hizo elevarse hasta un 123 por ciento. Además pretende implementar una reforma laboral y tributaria, que se esperaba ingrese al Congreso en estos días. Pero la situación de crisis impidió que esto ocurra.
Informe: Juan Manuel Boccacci