El artista puede hallarse tan aislado de la barbarie como el político bárbaro de la cultura. El cantautor y escritor brasileño Chico Buarque ganó en mayo de este el Premio Camoes 2019, el principal galardón de la literatura en lengua portuguesa, por el conjunto de su obra, una suerte de equivalente al Premio Cervantes en español. El miércoles pasado, el presidente Jair Bolsonaro insinuó que no tiene intención de firmar el diploma que se le otorgará al artista, según informó Folha de Sao Paulo. Cuando la prensa le preguntó si firmaría el documento, dijo que su decisión es “secreta”, pero inmediatamente agregó: “¿Tengo una fecha límite? Hasta el 31 de diciembre de 2026 firmo”. La respuesta podría ser una referencia a su reelección porque su mandato termina en 2022 y, en caso de sumar cuatro años más, concluiría en diciembre de 2026.
Buarque es un pensador crítico que explicita sus objeciones contra la barbarie del actual mandatario brasileño y milita por la liberación del ex presidente Luiz Inácio Lula Da Silva, uno de los fundadores del PT, el Partido de los Trabajadores, junto al antropólogo Sérgio Buarque de Hollanda, el padre del escritor y músico. “Que Bolsonaro no firme el diploma es para mí un segundo premio Camões”, escribió en su cuenta de Instagram. Organizado por los gobiernos de Portugal y Brasil, el premio otorga a los ganadores 100 mil euros. La firma del presidente no es necesaria, Buarque ya cobró el monto del premio, pero es una cuestión protocolar y de legitimación. Los “moderados” del gabinete de Bolsonaro advierten que firmar el diploma es una formalidad que el presidente debería respetar. El ala ideológica dura del bolsonarismo argumenta que no firmar es un gesto político de no “malgastar” los recursos públicos.
Francisco Buarque de Hollanda (Río de Janeiro, 19 de junio de 1944) tiene una trayectoria musical de más de cinco décadas. En el mundo de la literatura se ha destacado como autor de novelas, cuentos, poesía y obras de teatro. Por sus novelas Estorbo (1991), Budapest (2004) y Leche derramada (2010) obtuvo tres Premio Jabuti, la mayor distinción de la literatura brasileña. El Premio Camoes –que Buarque ganó este año- fue creado en 1988 en honor del poeta portugués Luis de Camões (1524-1580), y es adjudicado a aquellos autores que contribuyen al enriquecimiento del patrimonio literario y cultural de la lengua. Uno de los integrantes del jurado, Antonio Cícero, señaló que sus letras fueron consideradas poemas. “Es así que debe ser, como quedó claro con el Nobel de Literatura a Bob Dylan. Una canción como 'Construcción' es una obra maestra”, ponderó Cícero.
No es la primera vez que la concesión del Premio Camões ha generado una controversia política posterior al anuncio del ganador. En 2017, en la ceremonia de entrega del premio a Raduan Nassar, el escritor pronunció un discurso crítico sobre el proceso de destitución de Dilma Rousseff. Entonces el ministro de Cultura, Roberto Freire, defendió al gobierno de Michel Temer. Entre los ganadores en anteriores ediciones figuran José Saramago, Miguel Torga, António Lobo Antunes, Mia Couto y Manuel Alegre, entre otros. Brasil suma con Buarque 13 ganadores de los 31 premiados, entre los que se destacan João Cabral de Melo Neto (1990), Rachel de Queiroz (1993), Jorge Amado (1994), Antonio Candido (1998), Rubem Fonseca (2003), Lygia Fagundes Telles (2005), João Ubaldo Ribeiro (2008), Ferreira Gullar (2010) y Dalton Trevisan (2012).
El concepto de retroceso –desde que asumió Bolsonaro la presidencia de Brasil- no es menos lineal que el de progreso, encarnado por las políticas de Lula. Esta es la crónica de una lucha incesante, con movimientos hacia adelante y hacia atrás, con victorias intermitentes y provisionales. La nobleza de la lucha contra la barbarie no debe generar la ilusión o la trampa de que su éxito es inexorable. La censura y la persecución a los opositores abundan en este primer año de gobierno de Bolsonaro. El Festival Cine Brasil 2019, que se realizó en Montevideo, no pudo proyectar la película Chico: Artista Brasileiro, una biografía de Buarque
, porque la embajada de Brasil en Uruguay, como patrocinadora del festival, vetó la exhibición de obras “vinculadas a la izquierda”. Para la expresidenta Dilma Rousseff, “Buarque engrandece a Brasil y nos llena de orgullo. Bolsonaro, que no firmará el diploma al escritor brasileño, hace lo contrario: nos degrada como nación y nos avergüenza ante el mundo”.