Lo de Wos es un fenómeno muy de época. Un artista que logró gran impacto en poco tiempo apoyado por la capacidad de viralización de las redes sociales y plataformas digitales como YouTube y Spotify. Cuando algo llama la atención en el universo virtual, es probable que trascienda rápidamente y de manera inmediata. Y si el mensaje va destinado a los más jóvenes, el coctel es explosivo. Eso pasó con Valentín Oliva, uno de los artistas más relevantes del momento. En pocos meses, el músico de 21 años se posicionó en la escena musical urbana, más allá de las fronteras del rap o el trap. De hecho, antes de la salida de su disco debut, Caravana, ya había agotado las localidades de los dos conciertos de Groove.
Lo que sucedió el viernes por la noche en el boliche de Palermo fue incluso su debut oficial con su proyecto solista. Nunca había realizado recitales extensos como Wos. Se lo podía ver en competencias de freestyle o de invitado en recis de raperos amigos. Pero lo curioso fue que la previa se vivió con el entusiasmo de quien espera la salida a escena de un músico consagrado o con años de trayectoria. En todo momento, el público vibró con una energía desbordante. El riff de “Luz delito” –guiño al ricotero "Luzbelito", claro—y la batería al palo desataron el primer pogo de la noche y marcó el clima del concierto. “Así arranca la caravana, les propongo que viajemos en una por un rato, guachos”, dice.
Acompañado por una banda potente, conectiva y presente –con Ca7riel en sus filas, otro nombre clave para el público centennial-, Wos se lanzó al escenario con su ametralladora de versos encendida y su soltura corporal. Si bien su escuela musical es la del freestyle -salió de El Quinto Escalón y las batallas de gallos-, su mapa sonoro es más amplio: rock, free jazz, funk, y todo ese cóctel aparece en las siete canciones de Caravana y los “viejos” singles “Terraza” y “Púrpura”, ya convertidos en clásicos.
Se lo vio emocionado, agradecido, pero no tiró demasiadas palabras. Dejó que hablaran sus canciones. Como “Canguro”, un video con más de 60 millones de visualizaciones en el que bardea a los meritócratas, a la yuta, y rescata a les pibes de su generación y su derecho al placer. En la “manijera” “No va a bajar”, el músico juega con el trap y en “Melón vino” le dedica unos versos a sus afectos. “Me emociona que haya tanta gente, es como un cumpleaños. Ustedes son manijas como yo. Los quiero mucho”, lanzó el pibe de short negro y remera rosa, como de entrecasa. Regaló también una canción nueva y se mandó con “Protocolo”, de Banzai.
Desde el escenario, Wos transmite seguridad y simpleza. Y es empático y receptivo con su entorno social, dos rasgos que no predominan en tiempos de instantaneidad 2.0. Uno de los momentos compartidos fue con el MC Acru (Agustín Cruz), que la rompió con su flow preciso y vertiginoso. Acru y Wos se cruzaron en una batalla de improvisación, que tuvo más tono de camaradería y complicidad que de bardeada. La misma conexión se dio varias veces con Ca7riel, un artista carismático y extravagante que inevitablemente tuvo sus momentos de protagonismo. Y las pantallas entregaban imágenes flasheras y psicodélicas, ideales para las stories.
En los palcos, entre amigues y familiares, andaban el trapero Duki y la futura legisladora porteña Ofelia Fernández, que saludó desde el palco saludando, en joda, como una presidenta, y, claro, despertó el hit “Si vos querés”, de Sudor Marika. Fue un show breve pero intenso, muy de época también. El desafío de Wos, tal vez, será sostener en el tiempo. Tiene con qué.
Wos 8 PUNTOS
Músicos: Ca7riel en guitarra, Natasha Iurcovich en bajo, Fran Azorai en teclados, Guillermo Salort en batería.
Público: 1600 personas.
Duración: 75 minutos.
Groove, viernes 11 (repite el sábado 12)