Desde Roma
Pese a las críticas que miembros de la iglesia lanzaron contra el documento preparatorio del sínodo sobre el Amazonas, acusándolo incluso de hereje por plantear la posibilidad de consagrar sacerdotes a indígenas casados o impulsar el diaconado femenino para dar más poder a las mujeres en la Iglesia local, participantes en el sínodo amazónico siguen impulsando estas ideas, como han demostrado las intervenciones de varios de ellos durante los encuentros que se están realizando en el Vaticano desde el 6 de octubre.
Un ejemplo de estos planteos fue el obispo emérito de Altamira Xingu, en el noreste de Brasil, monseñor Erwin Kräutler. Originario de Austria, monseñor Kräutler vive en la selva amazónica desde que tenía 26 años. Pero desde hace 30 está bajo vigilancia porque apoya a los indios y defiende el bosque. En uno de los encuentros cotidianos para informar sobre el sínodo que hace la sala de prensa vaticana, el obispo austríaco dio su abierto apoyo a la ordenación de hombres casados. En Amazonas, “los católicos reciben la comunión dos veces por año“ porque no hay suficientes sacerdotes. “Queremos que estos hermanos no sólo tengan la Palabra sino también la Eucaristía”, subrayó. Sobre el rol de las mujeres agregó: “dos tercios de estas comunidades cristianas sin sacerdotes están coordinadas por mujeres. Hablamos mucho sobre la valoración de las mujeres, pero necesitamos cosas concretas. Estamos pensando en el diaconado femenino”.
Monseñor Kräutler denunció además que la región amazónica “es vista como una provincia para saquear, primero de madera y minerales, ahora de energía. La central hidroeléctrica de Belo Monte (norte del país, sobre el río Xingu, afluente del Amazonas), la tercera más grande del mundo, es una agresión al ecosistema. Pronto tendremos mil centrales hidroeléctricas aunque no las necesitemos. Aprovechemos la energía solar y reemplacemos la energía hidroeléctrica. Esta es una agresión al ecosistema”, dijo. “Vivo allí y siento las consecuencias: el río Xingu ya no es el mismo. Áreas inundadas, bosques destruidos, toneladas de peces muertos, habitantes que se mudaron a vivir en casas prefabricadas. La gente local nunca fue consultada. Todo fue preparado en Brasilia”, añadió.
El Premio Nobel de la Paz 2007, el climatólogo brasileño Carlos Alfonso Nobre, fue aún más lejos en su análisis de la situación. "Estamos muy cerca del colapso de la selva amazónica, lo dice la ciencia con absoluto rigor”, dijo ante los periodistas. Nobre, que ha estudiado la región amazónica durante 40 años, dijo además que “si se llega a destruir el 20-25 por ciento del bosque, poco después la sabana cubrirá el 60 por ciento del área. Hasta hoy el bosque ha sido destruido el 15 por ciento. Estamos cerca del punto de no retorno”. Si no existiera la selva amazónica, “el calentamiento global sería aún más rápido y más dramático” y es por ello que invitó a “cambiar nuestra forma de vida y reducir drásticamente la producción de dióxido de carbono". En su intervención ante Naciones Unidas, en la última conferencia de septiembre, Nobre había advertido que el Amazonas se está convirtiendo en una «sabana» y que no invertir el rumbo de este proceso sería «un suicidio» para la humanidad.
La palabra “ecocidio” (es decir tanto la muerte de la ecología como el asesinato directo o indirecto de personas o grupos que defienden el valor ecológico de su medio ambiente), surgió varias veces durante las discusiones, contó a la prensa el prefecto del Dicasterio para la Comunicación del Vaticano, Paolo Rufini. Y muchas comunidades indígenas para este ecocidio, porque son amenazadas por empresas que se quedan con sus tierras, escapan hacia el interior de la selva amazónica, según contó otro obispo brasileño, monseñor Joaquín Pertíñez Fernández, obispo de Rio Branco (oeste de Brasil). La educación ecológica, en las escuelas y durante el catecismo, debe ser un punto importante. Hay que hacer tomar consciencia de los males que estamos causando y el significado del no respeto de la ecología, agregó monseñor Pertínez Fernández.
Sobre este punto volvió también uno de los indígenas que están participando del sínodo. Para Delio Siticonatzi Camaiteri, miembro del pueblo Ashaninca, del grupo étnico amazónico del Perú,“ La educación es la base principal para el ser humano, en especial para la Panamazonía, ya que esta región es un territorio gigantesco donde existen muchas culturas. Al educar cada cultura también educaríamos el pensamiento de la gente en general y así alcanzaríamos lo que realmente queremos que es el respeto de la Casa Común y el bien común”, dijo.
Otro obispo brasileño, Pedro Brito Guimarâes, arzobispo de Palmas, recordó por su parte ante la prensa las decenas de líderes populares y sindicalistas asesinados porque defendían la ecología y se oponían al avance incontrolado de los terratenientes y las multinacionales, como Wilson Pinheiro, asesinado en el estado de Acre en 1980, o Chico Mendes, otro gran luchador por los derechos de los trabajadores rurales, también asesinado en ese estado en 1988.
En esta primera semana del sínodo también salieron a relucir otros temas más ligados a la estructura teológica de la iglesia. Se habló precisamente de “Teología indígena”, sobre todo haciendo referencia al llamamiento del papa Francisco para formar una iglesia “con rostro indígena”, capaz de releer las claves del universo católico en clave indígena. Y en este contexto se habló también de que hay que hacer más esfuerzos a favor de la “inculturación” de la liturgia, con celebraciones que respeten tanto las tradiciones y lenguas locales como el mensaje del Evangelio. Algo parecido posiblemente a lo que sucedió en el mundo católico después del Concilio Vaticano II de 1965, que permitió celebrar las misas en las lenguas locales (y no en latín como hasta ese momento) y acompañar la celebraciones con cantos, danzas e instrumentos de la cultura de cada lugar. No fue raro escuchar, por ejemplo en Argentina en ese período, cantos acompañados por guitarras durante la misa.
En otros debates, algunos obispos remarcaron que el hecho de que la Iglesia católica haya estado lejos de las poblaciones locales y de sus necesidades por la falta de diáconos o sacerdotes - que ahora muchos quisieran rápidamente consagrar, aunque sean hombres casados como sacerdotes o mujeres diáconos- , fue lo que permitió una mayor penetración de las llamadas iglesias neopentecostales, a las que, entre otras cosas, algunos atribuyen mucho poder en varios países latinoamericanos y haber apoyado fervientemente en Brasil al presidente Jair Bolsonaro.
El sínodo concluye oficialmente el 27 de octubre pero se supone que el 26 será votado el documento definitivo con las conclusiones que, en principio, los obispos deberían aplicar en sus respectivas diócesis.