Tres partidos en la Liga española y un juego de Euroliga le bastaron a Leandro Bolmaro, la nueva joya del básquetbol argentino, para ganarse en Barcelona su primera comparación con Lionel Messi. "El fútbol tiene a su Leo y ahora el baloncesto también", destacó el serbio Svetislav Pesic, el entrenador del equipo catalán, después de que el argentino brillara en la victoria ante Valencia y consiguiera la jugada más espectacular de la semana en el certamen español. 

Los elogios de Pesic para el argentino de 19 años recién cumplidos no se quedaron en la comparación con el nombre del astro futbolístico. "Estoy seguro que tendrá un gran futuro y ya tiene el respeto de los profesionales", añadió el técnico sobre la proyección de Bolmaro, un cordobés nacido en Las Varillas, el mismo pueblo de donde es oriundo Fabricio Oberto.

Con Facundo Campazzo con descanso, la posta para liderar el ranking semanal de las mejores jugadas de la Liga Endesa la tomó Bolmaro en el duelo ante el Valencia, con una asistencia que bien podría haber salido de la mano de su coterráneo y que sirvió para que la organización lo llamara "Magic". "El joven base del Barça es el principal protagonista de un Top7 KIA con especial sensibilidad para el arte de la asistencia", publicó la página oficial de la competición sobre el pase de Bolmaro.

El ex jugador de Bahía Basket tomó el balón en su propio aro y antes de cruzar la mitad de la cancha envió un pase de pique perfecto entre dos rivales para que Nikola Mirotic anotara dos puntos sin oposición. El ex NBA, que esta temporada regresó a España y es la contratación más rutilante del Barcelona tras haber jugado en el Real Madrid, levantó su mano derecha, señaló al argentino y luego lo abrazó para que todo el Palau Blaugrana ovacionara a la nueva joya, que por primera vez actuaba en ese estadio. 

Pero la tarea de Bolmaro no se quedó sólo en esa jugada efectiva y espectacular que levantó a los aficionados. El escolta argentino terminó el encuentro con seis puntos, un rebote, dos asistencias y un recupero en 13 minutos de acción, con una volcada a una mano que también despertó la euforia de los hinchas.

“Ha sido una experiencia inolvidable”, explicó Bolmaro tras el partido. “Siempre fue un sueño para mí jugar en el Palau con toda la afición. El año pasado lo viví desde fuera y esta vez se cumplió mi sueño. Seguiré esforzándome al máximo para seguir ganándome los minutos”, explicó el jugador, que la campaña pasada brilló en la filial del Barça en la tercera división.

En un plantel plagado de figuras y con la obligación de cortar la hegemonía que viene ejerciendo el Real Madrid de Campazzo, Bolmaro está aprovechando al máximo la oportunidad que se le abrió por la operación del base francés Thomas Heurtel y las lesiones del canadiense Kevin Pangos y el español Pau Ribas. A pesar de sus 2,02 metros, el argentino es capaz de jugar de base y el entrenador Pesic confió en su talento para ocupar esa posición.

Su explosión en este inicio de temporada no sorprende si se tiene en cuenta de que estuvo muy cerca de formar parte del plantel argentino que salió subcampeón del mundo en China. Después de disputar el Mundial juvenil, Sergio Hernández lo convocó para la preselección y se quedó afuera en el último corte, después de que el propio entrenador asegurara que lo había sorprendido con su nivel y que le había complicado la elección por su rendimiento en las prácticas y en los amistosos.  Si sigue con esta evolución, no sería extraño que se ganara su lugar para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.