En septiembre se verificaron subas del 13 por ciento en hamburguesas y pañales; 12 por ciento en desinfectantes, enlatados de pescado y jugos en polvo; 11 por ciento en fernet y 10 por ciento en rollo de cocina, entre otras. Esos aumentos fueron informados por la consultora Focus Market que dirige el economista Damián Di Pace. Este miércoles el Indec va a difundir su informe de inflación de septiembre, el primer mes con impacto pleno de la devaluación posterior a las PASO. Se estima que la suba mensual sería del orden del 5,5 por ciento, con lo cual el aumento de precios en la comparación interanual quedaría cerca del 55 por ciento. En contra de todos los pronósticos del Gobierno, la inflación en la gestión Macri fue en aumento y termina a más del doble que en 2015, a pesar de que era lo más fácil de resolver para el líder de Cambiemos.
La inflación en el último año de mandato de Cristina Fernández de Kirchner fue del 26,9 por ciento en la Ciudad de Buenos Aires, según el instituto estadístico porteño. La estimación para 2019 de consultores encuestados por el Banco Central es del 54,9 por ciento. Es decir, más del doble que hace cuatro años. Sin embargo, en 2015 la inflación se venía desacelerando hasta las elecciones presidenciales de octubre, con un alza del 23,8 por ciento en los últimos doce meses, y se despegó en noviembre (2 por ciento) y noviembre (3,9) cuando Alfonso Prat Gay, que iba a ser el primer ministro de Hacienda de Cambiemos, anticipó que liberaría la compra de dólares y provocó una ola de remarcaciones.
En septiembre, la fuerte devaluación del peso junto a la rebaja a cero del IVA hasta fin de año en algunos productos de la canasta básica aumentó el grado de desorden de los precios en el mercado interno de consumo masivo. El desequilibrio se acentuó por el enorme grado de incertidumbre alrededor de la evolución del dólar en el corto plazo y un escenario de caída del consumo que obliga a rebajar precios para liquidar stocks. En ese contexto se verifica un proceso inflacionario más desordenado que de costumbre, con fuertes subas en paralelo a aumentos contenidos por las medidas de corte electoral implementadas por el gobierno. La inflación minorista orilla el 55 por ciento anual, hay aumentos contenidos a nivel mayorista y quedan pendientes ajustes en servicios públicos que el gobierno pateó para 2020.
Según Focus Market, la categoría de gaseosas tuvo el mes pasado una suba del 5,9 por ciento frente al mes anterior, igual porcentaje de aumento registrado por la leche, a pesar de estar alcanzada por la eliminación temporaria del IVA. El aceite, también beneficiado por la rebaja del IVA, subió de forma mensual un 7,5 por ciento, mientras que las galletas lo hicieron en un promedio del 9,4 por ciento. La yerba absorbió mejor la rebaja del IVA y subió en septiembre un 2,3 por ciento, mientras que los quesos untables avanzaron en un 7 por ciento.
El promedio de las harinas en las góndolas tuvieron un alza del 4,8 por ciento a pesar de la rebaja del IVA, mientras que el queso rallado subió un 1,6. El puré de tomates aumentó 7,1 por ciento y la manteca, 7,3. Un rubro que lideró las alzas fue aguas, con el 9 por ciento, junto a rollo de cocina (10,8), pañales (13,0), jugos líquidos (10,5), cremas dentales (10,2), toallas femeninas (9,5), suavizantes (10,6) y jabón en barra (10,4).
La UMET calculó que “la inflación de septiembre fue de 5,5 por ciento, en lo que va del año acumula 37,7 por ciento y en los últimos 12 meses llega al 53,5 por ciento”. “El 78 por ciento de los 327 rubros medidos experimentó subas mayores al 3 por ciento, lo cual denota una generalización amplia de la suba de precios al grueso de la canasta”, detalló el informe. Los rubros que motorizaron las subas de precios fueron en primer lugar salud, con el 9,7 por ciento impulsado tanto por prepagas como por medicamentos, seguido de equipamiento y mantenimiento del hogar (9,3 por ciento) y alimentos y bebidas (6,7 por ciento). La inflación de 2019 será la más alta en casi 30 años.