El presidente estadounidense Donald Trump anunció que subirá los aranceles al acero de Turquía hasta un 50 por ciento. La decisión supone volver al nivel anterior a la reducción de esos gravámenes en el mes de mayo. El mandatario descartó alcanzar un acuerdo comercial con Ankara por sus "acciones desestabilizadoras" en Siria, en referencia al inicio de la ofensiva militar el pasado 9 de octubre, que tiene como blanco principal a una milicia kurda a la cual el gobierno turco tilda de "terrorista".
"Los aranceles al acero se incrementarán hasta un 50 por ciento, el nivel anterior a la reducción en mayo. Estados Unidos también detendrá inmediatamente las negociaciones con respecto a un acuerdo comercial de 100 mil millones de dólares con Turquía", dijo Trump a través de un comunicado.
El mandatario también advirtió que "pronto" emitirá una orden ejecutiva "autorizando la imposición de sanciones contra los funcionarios actuales y anteriores del Gobierno de Turquía y cualquier persona que contribuya a las acciones desestabilizadoras de Turquía en el noreste de Siria". En el documento oficial difundido a través de Twitter, Trump consideró que la ofensiva militar de Turquía "pone en peligro a civiles y amenaza la paz, la seguridad y la estabilidad en la región".
"He sido perfectamente claro con el presidente turco, Recep Erdogan: la acción de Turquía está precipitando una crisis humanitaria. Turquía debe garantizar la seguridad de los civiles, incluidas las minorías religiosas y étnicas", señaló. En este sentido, aseguró que su Gobierno "utilizará agresivamente las sanciones económicas para atacar a aquellos que permiten, facilitan y financian estos actos atroces en Siria".
El Ejército turco comenzó la invasión del norte de Siria el pasado 9 de octubre , después de que Estados Unidos, aliado de los kurdos en la guerra contra ISIS, anunciara su retirada de la zona cuando la operación de Turquía se volvía inminente, lo que fue considerado una "traición" por las Fuerzas Democráticas Sirias (FSD).
Turquía quiere arrebatarle a los kurdos el control de 480 kilómetros de largo y 30 kilómetros de ancho de un territorio que ha denominado "zona de seguridad", para sacar de allí a las FSD y a su principal grupo, las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), a la que considera una organización terrorista vinculada con la guerrilla del Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK).