A nivel personal ha sido un Encuentro hermoso, retrasé siempre a quienes me acompañaban por el pedido de selfies, comentarios amorosos y pedidos de notas al paso. Pero intento escapar de los festines donde tanto le gusta robustecerse mi ego. No salgo de mí pero intento ser comunidad y desde allí hablo con la garganta atorada de impotencia en procesar tantas contradicciones.
Festejo la jueventud y las minas grandes con capacidad de auto transformarse, festejo el abrazo de las comunidades originarias a las disidencias que articularon para mutuo sostén político. Pero hay que decir que esa articulación debió soportar muchas violencias de otras articulaciones como la del PCR y la JP local, pisoteando nuestra identidad -"los travestis vienen a los Encuentros desde antes que Lohana Berkins, que sea de Mujeres no es impedimento para que participen" dijo alguien... y pisoteando nuestras muertas, nadie antes que Lohana, nadie “compañera”. A cuenta gotas a las travestis se nos admitieron talleres, que luego fueron transformados en charlas, nos quitaron las aulas adjudicadas que debimos defender y desalojar para llevar adelante lo que terminó siendo un taller autogestionado "Travesticidios y Transfemicidios" donde acordamos exigir se incluya en los documento, conclusiones y relatoría oficial del Encuentro.
La costumbre macho alfa en las marcas
Festejo que 500 mil fueron las que se sumaron a la 2ª Marcha en contra de los Travesticidios y Transfemicidios sin dejar de notar que fueron con sus lógicas a mear el territorio como cualquier macho alfa, calco de las marchas patriarcales. No hemos podido sacarnos de encima esa impronta de ver quienes son más, quienes con las banderas más altas y erectas. Y así se pudieron ver erguidas las pijas de Hegel, Marx, Trotski, Perón y quien a ustedes se les ocurra sumar. Pijas que se piensan potentes gracias a esas miles de manos de mujeres que las soban para mantenerlas paradas, lo sé, he vivido de la prostitución y sé de qué hablo cuando de sostener erecciones se habla. Muchachas: esas vergas no son siempre potentes sin nuestra participación y nos hacen vernos como impotentes a nosotras si se ponen flácidas, somos nosotras las culpables de que no se les paren. Tendremos que ser imaginativas para reconocer que hay una política potente en nuestras formas, con nuestros cuerpos dejando de lado los modos patriarcales inoculados a fuerza de crianza y educación colonizadas.
Esa crianza y colonización cuyo último giro de formateo de adaptación a la matriz es la formación universitaria. Las más jóvenes en estos últimos años la están rompiendo, es verdad. Porque ¿cuándo saldrán las académicas a decir qué, cómo, cuándo y cuánto pagaron para estar en los sitios de poder que hoy ocupan? Porque en lo discursivo sostienen el discurso de la opresión para estudiar a las pobres, las villeras, las originarias, las disidencias. Nunca hablando de sí mismas. Aquí estamos "estas", las que pretenden aún mantener como objeto de estudio y de políticas sin darnos voz y espacio.
Hoy se pretenden abolicionistas del sistema penal y no punitivistas, hoy que los que están en riesgo de caer en cana son sus hombres, hoy que los recorridos desde las aulas al Starbucks y siendo blancas y viejas no corren riesgo de ser violadas o asesinadas. También sostenemos discursos contra carcelarios La Plata asesinó en estos últimos años a cuatro compañeras con causas fabricadas, sin debido proceso, sin asesoramiento legal, negandoles medicación, sometiendolas a golpizas y tortura, sin atención médica, abrigo y alimentación adecuadas. Seguro hay formas intermedias de ir en proceso a otra forma punitiva que contemple géneros, etnia, racialización y clase y responsabilidades acordes al poder con el que se cuenta y democratizar de manera eficaz el acceso a la justicia. Una justicia a la que como comunidad no podemos llegar, contamos con un sólo caso paradigmático el travesticidio de Diana Sacayán pero la inmensa mayoría ni siquiera bien investigado y se suceden y sucederán hasta que decidamos como sociedad mirar qué educación propiciamos, dejar de producir subjetividades criminales que terminan configurando para el colectivo travesti trans una sociedad genocida. Tendrán las jóvenes que seguir replicando las imágenes de Lohana y Diana en las paredes, dandole play a sus discursos grabados, estampando sus palabras en remeras por que hay una sola imagen que cobra importancia.
Destaco entonces la imagen de la compañera travesti de La Plata, Claudia Vázquez Haro trepando al escenario empecinada y empujada por otros cuerpos travas entre los mordiscos, arañazos y puñetazos de mujeres, ya no gays como le pasó a Silvia Rivera, ya no la policía como nos pasó a todas, mujeres que han ingresado a la lista de las violencias explícitas luego de cloacalizar nuestras identidades al decir de Berkins de ubicarnos en el absoluto oprobio. Al cierre de esta nota la incertidumbre de los tiempos de la posverdad: ¿llegaremos a San Luis con el cambio de identidad del Encuentro? Todo puede suceder ¿tendremos nuestras voces incluidas en los documentos oficiales del Encuentro? ¿Se nos habilitarán espacio oficiales en el próximo Encuentro? La constatación es que CABA fue ovacionada para ser elegida próxima sede y el video oficial muestra un silencio sepulcral ante la elección de San Luis... Veremos, mafia mujer mediante, qué continúa sucediendo y en qué medida podemos habitar con mujeres que nos han construido otras y enemigas a ser golpeadas.