Paula Andrade elige el desvío de las sirenas, ella es quien escribe y dibuja en primera persona esta historieta autobiográfica llamada Rakas. Un tango a 12.938 km de distancia, que es la crónica de sus viajes a Finlandia, pero que a diferencia de gran parte de las novelas gráficas de este tipo, incluye una gama de experiencias que van del retrato intimista a la infografía, desde las secuencias de aventura a la poesía visual, de la pasión por los monstruos gigantes hasta la seducción animal. Hay una página en este libro super elocuente. Una escena subacuática donde la protagonista, que es la misma autora, está sumergida y rodeada por imagen y texto. “Entiendo a Odiseo cuando insistió en arriesgarse a oír el canto de las sirenas durante su propio viaje. Yo haría lo mismo”, dicen las palabras arriba y abajo de esa página. Alrededor hay una sirena dibujada que atrapa a la narradora debajo del agua, una sirena tentacular que la rodea como un espiral, acaricia sus piernas y su pelo con una sensualidad húmeda, una danza entre criatura y humana, como el paso de baile de un tango finlandés o argentino. Todo esto dibujado con la magia sostenida que Andrade le saca a la gran tradición gráfica del manga, que atraviesa cada página como los mosquitos gigantes que le advertían que iba a encontrar en Finlandia.

Rakas es el nuevo libro que Paula Andrade, su primera narrativa autobiográfica, que presentó en la convención rosarina de historietas Crack Bang Boom a través de su editorial independiente Gutter Glitter. Además, su libro editado el año pasado, Pornis pulpis, que también tiene una sensualidad queer tentacular y subacuática, fue nominado a los premios Trillo a Mejor Obra Integral para público adulto, que se entregaron durante la convención. Y tanta sensualidad mojada en su obra tiene más sentido en el escenario principal de la Crack Bang Boom, que transcurre frente al río Paraná, un paisaje lacustre que le da una parte de la identidad a la convención y ya es parte insustituible de los recuerdos de la historieta argentina que desde hace diez años vienen acumulándose en esa orilla de Rosario. ¿Habrá sirenas en el río Paraná que nos desvían hacia la Crack Bang Boom? No sabemos, pero lo que siempre hay en la convención es cultura queer. Y no solo estampada en páginas, también en otras formas y colores. Y por eso seguimos celebrando.

HistorieTRANS

La Editorial Municipal de Rosario y la Dirección de Diversidad Sexual de la ciudad lanzaron el concurso de historieta trans latinoamericana y convocaron a un jurado de lujo para la selección de obras ganadoras: Laerte, gran historietista de Brasil, el Licenciado en Artes Audiovisuales por la Universidad Nacional de La Plata e investigador Lucas Morgan, junto a Cecilia Estalles, Magalí Muñiz, Cecilia Saurí y Carla Pericles, representes del Archivo de la Memoria Trans. El resultado del trabajo conjunto del jurado se presentó durante la Crack Bang Boom: el libro Poder Trans. Historieta latinoamericana compila a quienes ganaron el concurso, guionistas, dibujantes e historietistas provenientes de Argentina, Brasil, Costa Rica, Chile, México, Perú, Uruguay, Venezuela que dan cuenta de distintas aristas de la cultura y los modos de vida trans. La Editorial Municipal de Rosario había editado en 2014 el libro Informe, sobre nueva historieta argentina, que incluía una de la artista trans Effymia, y hace dos años compiló a quienes ganaron el concurso nacional de Historieta LGBTI en un volumen. Este volúmen tiene la novedad de ser solo de historieta trans y ser plurinacional, una buena manera de cruzar las fronteras. En primer lugar porque el resultado pone en perspectiva mucha de la potencia trans de Latinoamérica, que atraviesa un momento de crisis por los altos índices de violencia y crímenes de odio. Tal vez por eso, un relato sobre un transfemicidio abre el libro y otro de violencia callejera lo cierra, en el medio conviven una diversidad de narraciones como la historieta documental, la de denuncia, registros de escenas de intimidad, de transmasculinidades, de feminidades trans, de secuencias estéticas y de secuencias narrativas, informes sobre el pasado y el presente, viñetas en blanco y negro, en colores o monocromáticas. En total hay 22 obras que tienen un panorama que proyecta las ideas sobre lo trans en historietas que sacuden un poco o mucho aquello En la presentación del libro, donde participó Ariana Osuna, Licencida en Artes y trabajadora social de la Dirección de Diversidad Sexual, junto al militante trans Santiago Quizamás, quien trajo a un grupo de jóvenes y adolescentes del colectivo de masculinidades trans de Rosario, quienes señalaron la importancia tanto de la visión histórica hasta de la representación de sus realidades por primera vez en una historieta. En la mesa sostuvieron que para sus trabajos de sensibilización en escuelas de la provincia, este libro es fundamental para plantear algunas ideas valiosas. Por otro lado, este año en los premios Trillo de la Crack Bang Boom, fue nominada la compilación Historietas obvias y otros numeritos, donde se recupera la veta de Batato Barea como historietista. Primera nominación a un autor trans en los Trillo. Ahora ya podemos dejar de hablar solo de CIStorietas para hablar también de historieTRANS.

Me animé al beso

 

El cosplay es sacar a pasear al personaje que tenemos oculto en nuestro corazón. Una fiesta de disfraces a corazón abierto. Y el concurso de cosplay de Crack Bang Boom, el más federal y concurrido del país, en cantidad de público y participantes, siempre tiene sorpresas queer para todos los gustos. Este año fue el auge de los payasos asesinos, con presencia de distintos Guasones que imitaban a Joaquin Phoenix, y los Pennywise clonados de la última It. Como siempre, hubo también versiones de crossplay (o sea, disfrazarse de un personaje del género opuesto) con una chica que asumió la identidad del payaso macabro de It 2. No fue el único crossplay, hubo varios, pero la escena queer se la ganaron las dos jóvenes vestidas de sus personajes preferidos de animé, que participaron juntas del concurso, con sus trajes blancos idénticos y sus minifaltas, y se dieron un chupón en su performance sobre la pasarela. Con un domingo soleado donde cientos de miles de familias se congregan al ritual anual frente al río Paraná para celebrar la reinvención personal por medio de los disfraces, dos chicas inauguraron el deseo y erotismo lésbico en Crack Bang Boom. No fueron las ganadoras, pero serán inolvidables.