La actividad industrial se contrajo durante agosto 7,2 por ciento en relación al mismo mes del año pasado. Al ritmo de la devaluación, el alza en las tasas de interés, la recesión y la contracción del mercado interno el sector manufacturero acumula un retroceso del 7,5 por ciento en los primeros ocho meses de 2019.
El parate fabril relevado por el Centro de Estudios de la Unión Industrial Argentina (CEU-UIA) es acompañado por un sostenido proceso de destrucción de puestos de trabajo. Los últimos datos oficiales disponibles revelan que en julio se contabilizaron 106.430 empleos manufactureros menos que un año atrás. “Las elevadas tasas de interés siguen complicando el acceso al crédito productivo, la estabilidad cambiaria es una precondición para la reactivación económica”, advierte la central fabril que anticipa una sostenida caída durante los próximos meses.
A diferencia del idilio y fulgor que despertaban entre los miembros de la cúpula industrial las políticas económicas implementadas a partir de diciembre de 2015, la despedida de la gestión de Cambiemos está marcada por un creciente cuestionamiento. "Los sectores industriales seguirán viéndose afectados en los próximos meses por la coyuntura macroeconómica: los menores niveles de consumo, exportaciones e inversión en un contexto de fuerte deterioro de la cadena de pagos y de frágil situación financiera", advierte el último informe de la Unión Industrial.
El parate industrial es generalizado. Durante agosto el 77 por ciento de los 58 subrubros manufactureros contemplados por la UIA presentó caídas en sus niveles de producción. La más profunda fue para la industria automotriz. Afectada por la volatilidad financiera y cambiaria, con una contracción del volumen producido de 37,5 por ciento interanual.
De acuerdo a los analistas de la cámara empresaria la dinámica de agosto se vio reflejada en la menor utilización de la capacidad instalada de la industria que descendió al 60,5 por ciento, 2,5 puntos debajo de la observada en agosto de 2018. “Esto se explica tanto por la menor demanda interna como externa”, indican al marcar que, a su vez, se observó una “profundización en la caída de las importaciones vinculadas a la inversión productiva”.