A pesar de que en el país la tasa de fecundidad de niñas y adolescentes descendió de manera lenta pero continua desde 1980, aún el norte manifiesta una brecha con respecto a las provincias del centro y sur del país.
Según los datos de la Dirección de Estadísticas e Información de Salud (DEIS), en 2017 hubo en la Argentina 704.609 nacimientos, de los cuales 94.079 fueron de mujeres menores de 20 años, cifra que representa el 13.6% del total.
De ésas, 2.493 correspondieron a niñas y adolescentes con menos de 15 años y 91.586 a adolescentes de entre 15 y 19.
La tasa de fecundidad temprana (10 a 14 años) fue de 1,5 por mil, lo que significó entre 6 y 7 nacimientos diarios en ese año. En Salta ese porcentaje ascendió al 3,1 por mil, siendo la más alta del NOA y ubicándose cuarta a nivel nacional por debajo de Formosa (4,4), Chaco (3,7) y Misiones (3,6).
A su vez, el Anuario Estadístico del Observatorio de Violencia contra las Mujeres de Salta informó que de un total de 12.939 partos en 2018, 2.922 pertenecen a niñas y adolescentes entre los 10 y los 19 años. Lo que representa el 22,6% de los partos.
Según indica el Plan Nacional de prevención del Embarazo no Intencional en la Adolescencia (ENIA), 7 de cada 10 embarazos en adolescentes de entre 15 y 19 años no son intencionales. En cuanto a niñas menores de 15 años, 8 de cada 10 embarazos no son intencionales y la mayoría es consecuencia de situaciones de abuso sexual y violación.
Todos estos datos circularon en la Jornada Provincial para prevenir y actuar frente a los abusos sexuales y embarazos forzados en la niñez y adolescencia, que se realizó el martes 15 en el Centro Cultural América de la ciudad de Salta.
El encuentro fue organizado por el Plan ENIA con el apoyo del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) y la Red por la Infancia.
Participaron del evento, integrantes de los ministerios de Salud, Educación, Gobierno, Primera Infancia y Asuntos Indígenas de la provincia.
Gabriel Castelli, secretario nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, fue uno de los oradores en la apertura de la jornada. Salta/12 le preguntó por los motivos de las altas tasas de embarazos de niñas y adolescentes en Salta. El funcionario indicó que tiene que ver con varios factores y por ello avanzaron en el Plan ENIA en las 12 provincias con más altas tasas en el país.
“Lo que acordamos fue trabajar con un plan que sea de abordaje integral. Los chicos la mayor parte de la información la reciben en el colegio secundario y la Educación Sexual Integral (ESI) no puede ser ajena a ellos”, indicó Castelli.
Con respecto a la tardía implementación de la ESI en la provincia y su influencia en la brecha que existe entre Salta y la media nacional en cuanto a esta problemática, el secretario no la negó: “Seguramente, la ESI es ley desde el 2006 y algunas provincias tardaron en implementarla”, reconoció.
Pero responsabilizó al Estado nacional en cuanto al monitoreo de su aplicación, “por lo que quedó muy liberado a lo que cada establecimiento educativo pudiera hacer”.
Por otra parte, agregó que la discusión en cuanto a la Ley de Interrupción Legal del Embarazo del año pasado “puso en juego en la sociedad, la necesidad de que efectivamente de una u otra manera, los chicos tuvieran educación sexual”.
“Hay un concepto que se discute en la sociedad en cuanto a que debe ser la familia la que debe encargarse de esta formación, pero lamentablemente la familia hoy no tiene la característica que tenía hace muchos años”, manifestó el funcionario del área.
Haciendo un rodeo poco claro de la constitución de las familias y relacionándola con la falta de educación, argumentó que hoy hay muchas familias monoparentales, o que “la madre que está al frente de los chicos tampoco sabe leer y escribir, por lo cual tampoco puede transmitir tantos conocimientos”.
Luego aclaró que la educación que los padres les puedan dar a sus hijos no se contrapone con lo que las escuelas puedan enseñar, es complementario, “pero en algunos casos, si no es el colegio no hay nadie”, culminó Castelli.
Para la coordinadora técnica del Plan ENIA, Silvina Ramos, el problema de las altas tasas de embarazo en niñas y adolescentes en Salta se debe entre otros factores, al problema de la pobreza y la inequidad social.
Ramos aseguró que “los embarazos adolescentes son siempre más frecuentes entre quienes residen en áreas rurales, viven en hogares con necesidades básicas insatisfechas y entre jóvenes de comunidades indígenas”.
También aceptó que a esas zonas es donde menos llegan las políticas públicas “para asistir a los sectores más vulnerables, a pesar de todos los esfuerzos que se han hecho en los últimos 15 o 20 años”, dijo Ramos.