Por impericia y castigo a los votantes, el Gobierno generó en septiembre una inflación del 5,9 por ciento, la más alta del año y la segunda mayor de la era Cambiemos. La devaluación que permitió el presidente Mauricio Macri para aleccionar a quienes le dieron la espalda en las PASO tuvo en septiembre su mayor impacto en materia de precios, lo que en la jerga económica se denomina pass through, y continuará derramando en los meses siguientes. En lo que va del año, el nivel general de precios acumuló un alza del 37,7 por ciento y en los últimos de doce meses el aumento fue del 53,5 por ciento. Las subas se concentraron en servicios regulados, donde la aprobación de los ajustes debe ser convalidado por el gobierno, como Salud, Transporte, Energía y Comunicación. El precio de los alimentos fue el otro gran rubro que subió por encima de la media, lo que impacta en mayor medida a los hogares de menores recursos. "El Presidente está preocupado porque levanto mi índice al hablar. Pero hay índices que le arruinan la vida a la gente y condenan a millones a la pobreza", reprochó desde Twitter el candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández.
Pese a la contundencia de los números oficiales, los funcionarios del gobierno se desentienden de la escalada inflacionaria que provocó la dolarización de la energía y el combustible, la administración errante del tipo de cambio y el desmantelamiento de cualquier política que regule la rentabilidad empresaria. En los últimos veinte meses la inflación se mantuvo siempre por encima del 2 por ciento mensual, con su mayor pico en septiembre del año pasado –también producto de la devaluación- con un 6,5 por ciento. El segundo mayor registro se cumplió justo un año después, el mes pasado, desplazando al 5,1 por ciento de octubre de 2018 al tercer lugar. Analistas esperan que este mes arroje otro número elevado, cercano al 5 por ciento, por la inercia de septiembre.
“Durante el bimestre agosto-septiembre la inflación acumuló más de 10 por ciento, aun cuando el salto cambiario post PASO afectó solamente a la segunda mitad de agosto, atenuando la suba en ese mes. No es casualidad que la última vez que esto había ocurrido fuera luego del salto cambiario de fines de agosto de 2018 (cuando la inflación había acumulado más de 12 por ciento en los dos meses posteriores), debido al significativo impacto del tipo de cambio en el sistema de precios”, señala un documento de la consultora Ecolatina. “La suba de precios alcanza un alza de 267,5 por ciento en 46 meses de gobierno, confirmando en materia inflacionaria uno de los fracasos más importantes del gobierno y de las políticas con las que se intentó combatir la inflación”, agrega un relevamiento de Proyecto Económico, que dirige Fernanda Vallejos.
Con algunos aumentos postergados hasta después de las elecciones, el precio promedio de los servicios fue menor al de los bienes. En septiembre los bienes aumentaron 7,1 por ciento y los servicios, 3,6 por ciento. En el año acumulan alzas de 40,8 y 32,3 por ciento, respectivamente. “Era esperable por su condición de productos potencialmente transables que los hace más sensibles a los movimientos del tipo de cambio”, reconocieron fuentes del Palacio de Hacienda.
Los sectores que mostraron aumentos más significativos fueron Salud, con el 8,3 por ciento, producto de un nuevo ajuste en las cuotas de la medicina prepaga y en los medicamentos, alimentos y bebidas (5,7 por ciento), indumentaria (9,5 por ciento), comunicación (6,7 por ciento) y equipamiento y mantenimiento del hogar (7,4 por ciento). En contraposición compensó el congelamiento en tarifas y el rubro agua, electricidad, gas y otros aumentó apenas un 2 por ciento. De todos modos, en la medición interanual acumula un alza de 57,2 por ciento. “La inflación en septiembre arrastra la inercia de la devaluación, a lo que se suman los aumentos en algunos precios regulados como combustibles (treparon 4 por ciento a pesar del congelamiento anunciado luego de las PASO) y prepagas (tuvieron un incremento de 4 por ciento, a lo que se agregan nuevos aumentos en octubre y noviembre). Además, se observa el efecto de los aumentos estacionales del rubro indumentaria, frutas y verduras”, detalla un estudio del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).
El pico inflacionario de septiembre generó mayores niveles de pobreza e indigencia, dado que los hogares de menores ingresos, cuyo gasto se compone de los capítulos más inelásticos como servicios, transporte y alimentos, sufrieron incrementos mayores a los de la inflación general. La primera mitad del año evidenció un 35,4 por ciento de la población bajo la línea de pobreza y las estimaciones privadas anticipan que 2019 cerrará en torno al 40 por ciento. “Es decir, independientemente de la dinámica de salarios e ingresos, la variación de precios relativos tuvo efectos regresivos en términos distributivos”, de acuerdo con el informe de Proyecto Económico.