El juez de la Sala III de Apelaciones en lo Civil y Comercial, Marcelo Domínguez, convocó a una audiencia pública en el marco del amparo que tramita por la contaminación del río Arenales, en la Ciudad de Salta. La audiencia será en la Sala de Grandes Juicios el próximo 14 de noviembre, a partir de las 9.30.

Este es el proceso público más próximo a la inspección ocular que tuvo lugar el 22 de marzo de este año. En la convocatoria se tomará conocimiento público de los resultados de los análisis que realizaron los peritos del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF), sobre el río y las especificaciones técnicas que hicieron. Los valores nuevamente marcan que hay contaminación y el peligro de que se utilicen las aguas para recreación.

Los vecinos señalaron a Salta/12 la falta de cumplimiento de algunas directrices que había emitido la Justicia. Entre ellas estaba la de evitar nuevos asentamientos dentro de la zona de ribera del río, ya demarcada por la Secretaría de Recursos Hídricos de la provincia.

El 22 de marzo, cuando tuvo lugar la inspección ocular, el juez se dio con dos nuevos asentamientos: uno que se erigió sobre el relleno con escombros que se hizo sobre el cauce del río. Otro terreno que en marzo contaba solamente con un conjunto de carpas, hoy ya tiene casas de material de construcción.

El hombre que vivía sobre el terreno rellenado había hablado en marzo con el juez Domínguez, quien se acercó a la vivienda para conocer su situación. El primer sábado de octubre esta misma persona se enfrentó con los familiares de una de las demandantes del amparo que tramita Domínguez, Amelia Mercado. Tanto el marido de Mercado, Ariel Mamaní, como su hijo de 25 años terminaron lastimados con un machete. Mercado, que está en silla de ruedas, denunció que fue golpeada por la esposa del atacante, quien se encuentra preso por haber violado su libertad condicional con esta nueva afrenta.

“Ahora tenemos ocho meses hasta que él salga para ver qué hacemos”, dijo Mamaní, quien recordó que uno de los pedidos a la Justicia es que sean reubicadas aquellas familias que están en riesgo de sufrir las consecuencias de una nueva inundación por estar muy cerca de la orilla del río.

Por otra parte, los vecinos ya elevaron notas al Ministerio de Seguridad y al procurador general Abel Cornejo para solicitar una intervención que les permita vivir sin los desmanes que, sostuvieron, se están dando en los últimos dos meses.

La contaminación

El informe del CIF se realizó en mayo pasado en cuatro puntos del río Arias-Arenales. El muestreo fue acompañado por imágenes tomadas por drones con el fin de detectar la presencia de coliformes fecales, metales pesados u otros elementos nocivos para la salud, indicando cantidades que superen lo permitido por la normativa vigente.

En el informe se filtró la situación de conflictividad social. En uno de sus párrafos se indica que “por tratarse de un área socialmente compleja, para resguardar la seguridad del personal técnico, el procedimiento se realizó en presencia de personal de la Brigada de Investigaciones de la Policía de Salta”.

Los peritos sostuvieron que los valores de concentración de metales pesados no superan lo establecido por ley. Por el contrario, respecto de otras sustancias, el análisis advierte sobre la concentración de elementos nocivos para la salud. 

“Los valores de concentración de nitritos obtenidos en todos los puntos de muestreo superan ampliamente los niveles guía establecidos para la protección de la vida acuática en cuerpos de agua dulce superficial”, dice el informe del CIF. 

Añade en sus conclusiones que “los niveles observados de bacterias coliformes fecales (…) superan ampliamente lo establecido por la resolución para aguas dulces por lo que dichas aguas se consideran impropias para la protección de la vida acuática, recreación en contacto primario, y abastecimiento humano con tratamiento simple”. Ninguno de los sitios donde se hizo la muestra “poseían identificación como ‘no aptos para recreación en contacto directo/baño’”. 

La disposición de carteles legibles con esta advertencia había sido una orden del juez. Mirando con atención se detectan algunos carteles con la leyenda alusiva a este impedimento.

Sin dormir

“Si llueve a la noche no dormimos y nos ponemos a ver si el río crece”. Una de las vecinas del barrio 13 de Abril detalló así las inquietudes que generan las lluvias estivales. En enero de 2011 el agua del río llegó a entrar casi por un metro y medio a las viviendas y dejó a las familias sin sus pertenencias. Este fue el inicio de la demanda contra la empresa Aguas del Norte, la Secretaría de Recursos Hídricos, la Municipalidad de Salta y la empresa Néstor Marozzi.

Las aguas, como se sospechaba desde hace tiempo, están contaminadas a raíz de los efluentes cloacales. En el caso de Marozzi, la empresa realizó un terraplén que terminó por tapar al menos una de las tres salidas de agua que hay debajo del puente del río ubicado sobre la avenida Tavella. Esto generó que las aguas del Arenales rebotaran y volvieran hacia los barrios causando la inundación.

Para los vecinos, las condiciones de hace ocho años no cambiaron demasiado pese a que el juez dispuso que se realizaran los trabajos pertinentes. En la recorrida que hizo Salta/12 se pudo ver que Aguas del Norte inició los trabajos para conectar las cloacas. Pero del terraplén que se debía erradicar “sólo sacaron un metro y medio”.

Las salidas de las aguas están obstruidas por árboles de gran porte pero también por basura. Aunque no está permitido, se vio que hay camiones que sacan áridos del río. Pero esto sería en algún punto hasta un aliciente en caso de que las lluvias generen una nueva crecida y consecuente inundación. Del lado de los canales que por la calle Lavalle dan al río se puede ver la basura que se acumula, al igual que en el cauce mismo. Esto termina por justificar el temor a la inundación que resurge entre los vecinos durante cada verano lluvioso.