“Cuando se sabe ver, se descubre que todos los acusados son hermosos”. Esta perturbadora frase de Franz Kafka la suele citar Peter Handke, un kafkiano de pura cepa que está en el ojo de la tormenta desde que le concedieron el premio Nobel de Literatura 2019. Los sobrevivientes de la masacre de Srebrenica han pedido que se le retire el galardón. La Academia Sueca salió en defensa del escritor austríaco para aclarar que no niega los crímenes de guerra en los Balcanes. “Es un autor definitivamente provocador y que se ha expresado de modo inadecuado y poco claro en cuestiones políticas, pero no hay en sus escritos nada que implique un ataque a la sociedad civil o al respeto por la igualdad de las personas”, se lee en un artículo del Dagens Nyheter (“Noticias del día”, en español), el principal diario sueco, titulado “Por supuesto que no vamos a premiar a un defensor de la guerra”, firmado por el secretario de la Academia, Mats Malm y otro de sus miembros, Eric M.Runesson.
La Academia Sueca se refirió a Un viaje de invierno a los ríos Danubio, Sava, Morava y Drina, o justicia para Serbia (publicado en 1996), libro donde para unos hace apología de los crímenes cometidos en nombre del nacionalismo serbio, mientras que para otros lucha contra la demonización de los serbios como causantes de todos los males de las guerras en la antigua Yugoslavia. “Lo acusan de relativizar la masacre por referirse a otras cometidas durante la guerra. Es difícil ver cómo eso implica restarle importancia a los hechos especialmente crueles del genocidio de Srebrenica”, plantean Malm y Runesson. En Srebrenica milicias serbobosnias asesinaron en 1995 a 8.000 hombres musulmanes durante la guerra en Bosnia, un acto que la Justicia Internacional ha calificado de genocidio. El autor de Carta breve para un largo adiós, La mujer zurda y La tarde de un escritor, entre otros títulos, calificó lo ocurrido en Srebrenica como el “mayor crimen contra la humanidad en Europa tras la II Guerra Mundial” en un artículo publicado en el diario Süddeutsche Zeitung en 2006.
No existe “ninguna prueba” de que haya glorificado las matanzas o negado los crímenes de guerra cuando participó en el entierro del ex presidente serbio Slobodan Milosevic, aunque su presencia pueda ser “insensata” para alguien de su posición, advirtieron los académicos en el artículo. En el funeral de Milosevic, el 18 de marzo de 2006, Handke habló: “Vengo aquí en defensa de la dignidad humana”, subrayó el escritor que cavó su propia tumba al lado de Milosevic. Su presencia en el funeral desató un escándalo y tuvo que renunciar al premio literario Heinrich Heine, concedido por la ciudad de Düsseldorf. Varios intelectuales y artistas que apoyaron a Handke como Elfriede Jelinek, Patrick Modiano, Wim Wenders y Emir Kusturica denunciaron que el escritor austríaco estaba sufriendo “una campaña de difamación por pensar a contracorriente”. La mayor herejía de Handke fue cuestionar el papel de la OTAN y de los grandes medios y mostrar cómo la propaganda internacional había logrado generar una opinión pública favorable a cualquier intervención contra Serbia.
“Nos preguntamos qué fuentes han usado sus críticos y por qué se ocultan afirmaciones del propio Handke", concluye el artículo firmado por Malm y Runesson. La polémica parece que continuará. El escritor austríaco, que vive en Francia hace dos décadas, suspendió el miércoles una conferencia de prensa en Austria, molesto porque la noche anterior en Griffen, su ciudad natal, le preguntaron por su relación con Milosevic, según informó la emisora pública ORF. “Soy un escritor, vengo de Tolstoi, vengo de Homero, vengo de Cervantes. ¡Dejadme en paz y no me hagáis este tipo de preguntas!”, se quejó Handke en una conversación parcialmente grabada en video. Fuera de cámara agregó, según ORF, que “nunca más” responderá a preguntas de periodistas, ya que a pesar del Premio Nobel ninguno se interesa en realidad por su literatura y sus escritos.
La
semana pasada Munira Subasic, presidenta de la Asociación Madres de Srebrenica,
declaró al portal bosnio Klic que le
pedirán a la Academia Sueca que le retiren el Nobel de Literatura al escritor
austríaco. “El hombre que defendía a los carniceros balcánicos no puede obtener
ese premio”, dijo Subasic. “Estamos muy afectados como víctimas. ¿Cómo puede
obtener el premio Nobel alguien que defiende a los criminales y, sobre todo, a
quienes cometieron genocidio?”, agregó la presidenta de la Asociación Madres de
Srebrenica. En la plataforma de
peticiones Change.org se juntaron más de 12.000 firmas para exigir que le
retiren el Nobel al escritor austríaco. “En 2014, Handke pidió que se aboliera
el Nobel diciendo que era una falsa canonización de la literatura. El hecho de
que él lo haya recibido ahora muestra que tenía razón”, declaró Slavoj Zizek al
diario Clarín. “Así está Suecia hoy:
un apologista de los crímenes de guerra recibe un Premio Nobel mientras que el
país participó de la difamación de un verdadero héroe de nuestros tiempos,
Julián Assange. Nuestra reacción debería ser: no al Premio Nobel de Literatura
para Handke y sí al Nobel de la Paz para Assange”, comparó el filósofo
esloveno.